jueves, 17 de enero de 2008

homilía del domingo 20 de enero 2008

En este domingo, el evangelio gira sobre dos frases muy importantes: "El que va a quitar el pecado del mundo" y "El que va a bautizar con Espíritu Santo". En la primera, no se habla de los pecados de los hombres, lo que supondría un carácter expiatorio, sino de "el pecado del mundo", un solo pecado que oprime a toda la humanidad. Este pecado no se expía, se elimina y consiste, según el prólogo de este evangelio de S. Juan, en oponerse a la vida que Dios comunica, participar del orden injusto, del sistema opresor que domina en este mundo.
En la segunda frase, resumiendo todo lo que dice S.Juan en dicho evangelio, el Espiritu es lluvia que empapa al hombre y le da vida haciéndonos hijos de Dios.El pecado del mundo se quita recibiendo el Espíritu Santo y con El Dios finaliza su creación. Este es el sentido en este evangelio. El Espíritu da al hombre el ser capaz de un amor como el que Dios muestra en Jesús.
Repitamos varias veces durante el día: "Señor, bautízame con tu Espíritu Santo"

 
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