lunes, 29 de abril de 2013

VI Domingo después de Pascua. Ciclo C. 05/05/2013. Juan 14,23-29

   En la primera lectura, Hechos 15,1-2.22-29, se relata que judíos ya cristianos mantienen una violenta discusión con Pablo y Bernabé porque aquellos sostienen que los cristianos gentiles no pueden salvarse si no se circuncidan, pues deben obedecer la ley de Moisés. Pablo y Bernabé suben a Jerusalén para consultar con los apóstoles y ancianos sobre el problema que se había suscitado donde estaban, es decir en Antioquía, Siria y Cilicia. La resolución dada por Jerusalén es consensuada por todos, es decir, por las dos partes. No hay una parte que domine legal y autoritariamente a la otra. Se consensúa.

   Nuestra Iglesia hoy tiene muchos problemas. Preguntamos: ¿se consensúan posibles soluciones ya sean teológicas, organizativas, jurídicas, pastorales...?¿O existe una cúpula inflexible?

   La segunda lectura (Apocalipsis 21,10-14,22-23) es de un significado místico y teológico profundísimo que desborda todo lo imaginable. Los cristianos somos la nueva ciudad santa. Nuestro templo está en el mismo Señor Dios y en Cristo Cordero. Nos iluminan el mismo Dios y el Cordero. Esto es maravilloso. Eso explica la luz que los cristianos llevamos dentro. Podemos hablar de nuestra experiencia de Dios y de Jesús. El futuro de la Iglesia depende en gran parte de que sepamos manifestarlo a los demás.

   Y, por fin, entrando en el evangelio, se puede afirmar que continúa con las mismas ideas. En efecto, dice Jesús "El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos una morada en él". Donde quiera que estemos, aquí o en el cielo, Dios morará en nosotros. Como dice Pablo: "Ya vivamos, ya muramos, del Señor somos (Romanos 14,8)".

   Esta promesa ya tiene sus raíces en el Antiguo Testamento. Dios moraba en lo más sagrado del tabernáculo o del Templo. El acceso a este lugar tan sagrado de la presencia de Dios sólo se permite al sumo sacerdote una sola vez al año. Al morir Jesús, el velo que guardaba el Sancta Sanctorum o lugar de la gran presencia de Dios, se rompe en dos, de arriba abajo. Es un lenguaje metafórico que nos indica que todo el pueblo de Dios, y no sólo el Sumo Sacerdote, tiene pleno acceso a la presencia de Dios.

   Jesús hace esta promesa a la iglesia, no a los individuos. Se trata de la iglesia como pueblo de Dios, no de la iglesia jerárquica. El concilio Vaticano II se mueve en esta misma línea. La iglesia es esencialmente misterio y pueblo de Dios, antes que jerárquica. Esto es lo menos importante. Sólamente lo necesario para funcionar. Y el papa Francisco parece que quiere caminar en esta línea, según se desprende de sus homilías en la misa diaria de Santa Marta.

   Jesús promete que nos enviará el Espíritu Santo y nos lo recordará todo. No significa que hará nuevas revelaciones. Es suficiente con el evangelio.

   Finalmente, Jesús nos dice: "Mi paz os dejo, mi paz os doy". Es el último testamento de Jesús. Pero, la paz de Dios es el mejor regalo que se nos puede dejar. Es una paz interior profunda que no se cambia por nada. A menudo, esa paz interior es captada y envidiada por los que no creen en Cristo.
   Esa paz de Dios es paz incluso en la persecución. Era la que necesitaban aquellos primeros cristianos en medio de sus dificultades.

   La misma liturgia debe ser manifestación de nuestra adhesión a Cristo. En la consagración podemos adoptar dos posturas igualmente litúrgicas: arrodillarnos en señal de adoración o permanecer de pie, significando que estamos dispuestos a dar incluso nuestra vida por ser fieles a Dios. Se equivocan los sacerdotes que mandan autoritariamente arrodillarse, y no explican el significado de ambas posturas, dejando en libertad.

   (Quien desee añadir ideas a este comentario debe buscar en las etiquetas del margen: "experiencia de Dios" y aparecerá el comentario del 09/05/2010)

   Compromiso:
   en misa, a la consagración pensar y vivir el significado de las dos posibles posturas.

miércoles, 24 de abril de 2013

V Domingo de Pascua. Ciclo C. 28/04/2013. Juan 13,31-35

Se continúa con lecturas de los Hechos de los Apóstoles para darnos una impresión de la historia de los comienzos de la Iglesia. Hoy el capítulo 14, versículos del 21b al 27. Dice este texto que "hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios". En efecto, poco antes, a Pablo lo lapidaron y lo arrastraron fuera de la ciudad dándole por muerto. De verdad, a Pablo le toca sufrir mucho por causa de predicar la fe. Su testimonio molesta.

   Las iglesias de las que se habla en este texto no son edificios donde se celebre el culto. Son iglesias domésticas, es decir, de la casa de una familia en la que se usaría un salón para la reunión de los cristianos, y en la que el cabeza de familia, hombre o mujer, presidiría la eucaristía. Algo parecido a lo que hoy se hace en Holanda promovido por los dominicos. Existen muchas parroquias sin sacerdote. En ellas, se reunen los creyentes del pueblo y todos juntos celebran la eucaristía y comulgan de lo consagrado por ellos. Hay estudios teológicos serios sobre ello y de autores nada sospechosos.

   Dice también esta lectura que se nombraban presbíteros en cada iglesia. Según los investigadores, se trata de un anacronismo. Además, en vez de presbíteros debería traducirse "ancianos" y sólo se daban en Jerusalén. No eran presbíteros como los de hoy día.

   La enseñanza del hecho que mencionamos es la fuerza creyente, evangélica, de esos cristianos holandeses. Es una experiencia de Cristo maravillosa. ¡Y los primeros cristianos reunidos en una casa van en esa línea. Además, como afirma el Papa Francisco, él prefiere que nos equivoquemos a que tengamos que pedirle permiso en todo.

   Con relación al evangelio, la glorificación de Jesús se manifiesta en su decisión de obedecer hasta morir en una cruz para continuar con la resurrección y ascensión. Es el gran misterio del dolor. El gran misterio de la muerte. Cuando comprendamos nuestra nada delante de Dios y lo amemos sinceramente, estaremos en vía de abandonarnos a él, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad. Y, a continuación, después de palpar la nada de nuestro ser, palparemos las maravillas de la gloria junto a Dios. Nuestro ejemplo es Jesús.

   Un mandamiento nuevo nos da el Señor. Un mandamiento simple para que un niño pequeño lo pueda memorizar y realizar. Pero, a la vez, un mandamiento profundo que nos obliga a mucho.

   Aunque Jesús lo llame mandamiento nuevo, no es completamente nuevo. Basta recordar la Biblia en el libro llamado Levítico, capítulo 19 versículos 18 y 34.

   Sin embargo, hay algo nuevo. Que debemos amarnos como Jesús nos amó. Pero, en este caso, el mandamiento de Jesús se enfoca hacia la comunidad, es decir, debemos amar a nuestros hermanos cristianos. En los evangelios sinópticos hay suficientes textos en que se nos habla del amor incluso a los enemigos. Aquí, sin embargo, debía existir algún problema dentro de la comunidad cristiana, y el escritor del evangelio pone esas palabras en boca de Jesús, que sin duda reflejan sus deseos primordiales.

   No cabe duda que el cumplimiento del mandamiento del amor es algo que arrastra, como manifestación de nuestro amor a Jesús. Según el antiguo escritor Tertuliano, los paganos decían: "Ved como se aman", refiriéndose a los cristianos.

  El testimonio cristiano puede darse predicando en las calles, en tertulias que tantas veces desaprovechamos, sea en los bares o fuera de ellos, en la misma liturgia, pero, en cualquiera de las facetas debe incluir un amor palpable. Además, el amor incluye siempre el respeto a los signos de los tiempos.
   (Para completar ideas, puede consultar mi comentario del 2/5/2010. Para ello, busque en el blog en la columna de la derecha el año 2010. A continuación localice el evangelio de la fecha dicha).

   Compromiso:
   Reflexiona sobre qué habría que hacer hoy, para que la gente se acerque más a Dios y a Jesús. Si te parece, envía tus reflexiones y haz un comentario.

lunes, 15 de abril de 2013

IV Domingo de Pascua. Ciclo C. 21/04/2013. Juan 10, 27-30

   1ª lectura (Hechos, 13 y 14, 43-52). Pablo y Bernabé entran en la sinagoga de Antioquía de Pisidia y exhortan a judíos y proselitos a ser fieles a la gracia de Dios. Los judíos, al ver el gran número de conversiones al mensaje de Cristo, se llenan de envidia e insultan a Pablo. Este se ve llamado por Dios a llevar el mensaje de salvación hasta el extremo de la tierra, es decir, hasta España.

   Los judíos se apoyan en las señoras distinguidas y devotas, y con los principales de la ciudad e inician una persecución expulsando a Pablo y Bernabé. También los cristianos se apoyan, a menudo, en señoras o familias distinguidas para propagar el mensaje y fundar iglesias domésticas en las que, bien la señora o bien el jefe de familia, presiden la eucaristía.

   La 2ª lectura, tomada del Apocalipsis (7,9. 14b-17) presenta a los que fueron perseguidos cruelmente y que lavaron sus ropas en la sangre del Cordero, el cual ahora será el pastor que los lleva a las fuentes de agua viva.

   Como se ve, en estas dos primeras lecturas está muy presente el tema de la persecución. Los creyentes debemos esta siempre firmes en la fe, y preparados para el testimonio y la ofrenda de nuestra vida antes que renegar de Cristo. Es una experiencia de la fe.

   El evangelio de hoy es cortísimo, pero expone unas verdades muy profundas y condensadas. Comienza afirmando Jesús que sus ovejas escuchan su voz y él las conoce y le siguen. Esto es verdaderamente cierto. Hace tres días mi esposa y yo nos encontramos con una amiga y compañera de profesión. Es terminal de cáncer. Y nos decía: "Estoy muy tranquila. No sé si será dentro de tres o cuatro días, pero siento que Dios está conmigo, soy muy feliz. Mi hija ha pedido unos días en el trabajo para acompañarme en estos momentos".

   Realmente, esta mujer escucha la voz de Dios, la voz de Jesús y Jesús la conoce y ella lo sigue. El evangelio plasmado en una vida humana. Jesús nos dará la vida eterna. Esta vida no se refiere a la longevidad, sino a la vida que se vive en la presencia de Dios. Es decir, la vida eterna. No pereceremos, nadie nos arrebatará de la mano de Jesús como se afirma en este evangelio. Esto no quita que la persecución por la fe, no pueda afectar a los creyentes. Perderemos, por ser fieles a Dios, lo que sea. Pero, no perderemos la relacióncon Dios, con Jesús. Esto será verdad si somos fieles a Dios en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad.

   Dice Jesús que él y el Padre son uno. Es decir de otra manera lo que se afirma al comienzo del evangelio de Juan: "...Y el Verbo era Dios". Dios es un misterio inconcebible, pero Jesús nos lo ha hecho visible.

   (Para completar ideas, puede consultar mi comentario del 25/04/2010. Para ello consulte en la etiqueta "ovejas" en la columna de la derecha de la versión web).

   Compromiso:
   Reflexiona sobre el ejemplo de la mujer próxima a la muerte.

martes, 9 de abril de 2013

Domingo III de Pascua. Ciclo C. 14/04/2013. Juan 21,3-19

   El capítulo 5 de los Hechos de los Apóstoles (27-41) objeto de la primera lectura es muy densa en contenidos. Nos recuerda que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, en los momentos de persecución. Que Dios resucitó a Jesús y lo exaltó haciéndolo jefe y salvador para darnos la conversión con el perdón de los pecados. Este no se relaciona con la necesidad de confesarse ante un sacerdote, sino con la conversión ante Dios y Jesús. El Espíritu Santo da testimonio en el interior de cada creyente, de ese perdón que nos ha sido concedido.

   El Apocalipsis (5,11-1) llama a Jesús el Cordero Degollado y aparecen todas las criaturas dándole la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. A esto se responde Amén.

   Ya en el evangelio de hoy, dice Simón: "Voy a pescar". Parece que los discípulos necesitan pescar para comer. El peligro está en que se olviden de la propaganda del evangelio.

   Llega Jesús a la orilla, pero ellos no lo reconocen, y viendo que no habían pescado nada les manda que echen la red a la derecha de la barca. No sabemos la razón, pero no sería raro que una persona que está mirando sugiera otro lugar para pescar, pues los lugareños suelen conocer los sitios donde abundan los peces. Sin embargo, de una forma o de otra, se nos enseña que la obediencia a Cristo es lo fundamental. El resultado es una pesca tan grande que no pueden con ella.

   Pero, esa pesca tan exitosa hace exclamar al discípulo que amaba Jesús: "Es el Señor". Este discípulo muestra un excelente discernimiento espiritual. Se da cuenta de la presencia del Señor. La capta. Así nosotros debemos saber captar la presencia de Dios en muchas ocasiones de la vida, y en concreto, en nuestra vida interior y en nuestra actuación como cristianos.

   Cuando descendieron de la barca vieron unas brasas con un pez encima y pan. La palabra "ascuas" o "brasas" sólo aparece dos veces en el Nuevo Testamento, aquí y cuando Pedro se calentó sobre unas ascuas mientras traicionaba a Jesús. De este hecho, con poca imaginación, puede extraerse un bonito pensamiento. Si ante unas brasas Pedro traiciona a Jesús, ahora, también ante unas brasas, Jesús le va a dar la oportunidad de arrepentirse.

   En este evangelio parecen existir dos trasfondos significativos. Hay una referencia a la eucaristía, pues Jesús toma el pan y el pez que lo representa entre los primeros cristianos. Jesús se nos da en comida y está presente entre nosotros.

   Por otro lado, parece entenderse la pesca de peces como pesca de hombres. Son muchos los que se van haciendo discípulos del Señor. Cuando dice este evangelio que Pedro trajo la red a tierra usa el mismo verbo que para atraer la gente hacia él.

   Finalmente, si Pedro negó tres veces a Jesús la noche de ser entregado, ahora Jesús le pregunta por tres veces: "Pedro, me amas más que estos?" A lo que Pedro responde que sí, que le ama. Sin embargo, el verbo amar en boca de Jesús se expresa, en el original griego, con una palabra distinta a l aque se usa cuando se pone el verbo amar en boca de Pedro. La palabra usada por Jesús significa un amor mucho más fuerte que el de la contestación de Pedro. El servicio cristiano se manifiesta por el amor.

   Las palabras de Cristo a Pedro, "apacienta mis corderos", hace referencia al sacrificio, pues en la época en que se escribió este evangelio, la persecución de los cristianos y su martirio era cosa corriente.

   Compromiso:
   Arrepiéntete de tus pecados y siéntete perdonado por Dios.

   (Para completar ideas puede consultar mi comentario del 18/04/2010. Para ello, pulse en ls etiqueta "pesca" en la columna de la derecha de la versión web)

miércoles, 3 de abril de 2013

Domingo VIII de Pascua. Ciclo C. 07/04/2013. Juan 20, 19-31

   En la primera lectura de la misa de hoy, (Hechos de los Apóstoles 5,12-16) se señala un lugar del Templo de Jerusalén donde se reunían los primeros cristianos. Era el pórtico de Salomón. Y crecía el número de personas que  se adhería al Señor por la fe. Es importante notar que Lucas no presenta los signos y prodigios que hacían los apóstoles como algo que lleva por sí sólo a la fe. Esta nace únicamente de la proclamación por la palabra.

   Pedro es presentado como un hombre religioso lleno de una fuerza sobrenatural y divina que se manifiesta a su alrededor. Es el acontecimiento salvífico definitivo que irrumpe en la existencia humana. Esto sucede a menudo. El hombre que recibe a Jesús en la comunión, después de muchos años de no hacerlo, y esperando la muerte, y exclama: ¡Qué pena no haberlo hecho antes, pues soy inmensamente feliz!

   La segunda lectura, tomada del libro bíblico del Apocalipsis (1,9-19) dice que Juan se encontraba en la isla de Patmos, actualmente con el nombre de Patino para quien desee buscarla en internet y forma parte de las islas Esperadas. Los romanos la utilizaban como lugar de deportación, y esa era la razón por la que Juan estaba allí, castigado a causa del evangelio y condenado a trabajos forzados por Domiciano. Esta lectura nos recuerda a Jesús resucitado que es un sol resplandeciente con todas sus fuerzas.

   En el evangelio de hoy, Jesús se aparece a sus discípulos y lo primero que les dice es: "Paz a vosotros". Esta paz tiene todo el sabor de la paz judía. No indica la ausencia de persecución, de conflictos; es una paz interior que Dios da en las alegrías y en las penas. Es el shalom judío. De hecho, los discípulos - no sólo los apóstoles - están con las puertas cerradas por miedo de los judíos. Y Jesús les da esa paz interior, el regalo de Dios. En pensamiento judío, esa paz era señal de que Dios traía su armonía de los tiempos escatológicos o finales.

   En la época en que se escribió este evangelio, la iglesia tenía el problema de los docetitas y gnósticos. Ambos creían que la materia era mala y que, por lo tanto, Jesús no podía ser de verdad humano. Durante la historia, los cristianos hemos considerado que el cuerpo nos arrastraba al pecado. A menudo, no hemos sabido pensar en positivo. Nuestro cuerpo es obra de Dios, al igual que nuestro espíritu. Las apariciones de Jesús enseñando su cuerpo, sus manos y su costado, nos indica lo positivo del cuerpo, que aunque resucitado, sigue siendo cuerpo.

   Jesús, después de dar Espíritu Santo a todos los presentes, les dice: "a quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes los retengais, les serán retenidos". Jesús lo dice no sólo a los apóstoles sino a todos los discípulos que se encuentran allí. En Juan, el pecado no es una transgresión moral; es no reconocer la verdad. A los que aceptan el mensaje y reconocen a Cristo resucitado, se les perdonan los pecados. Son reconciliados con Dios y con los hermanos. En adelante, actualizarán este reconocer a Cristo como resucitado, por medio de la fe.

   Compromiso:
   Buca Patino, antigua Patmos, lugar donde estuvo Juan condenado a trabajos forzados por propagar la fe.

   (Para completar ideas puede consultar mi comentario del 11/04/2010 de la siguiente manera: 1- escribir en google teología ovetense. 2- Hacer click en la primera búsqueda que aparece. 3- En la columna de la derecha, buscar "entradas anteriores" y hacer click en 2010. 4- Pasar todos los comentarios y al final hacer click en "entradas antiguas". 5- Buscar el domingo del 11/04/2010.        También se puede hacer la búsqueda pulsando la etiqueta pecado.)

 
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