martes, 15 de mayo de 2012

VII Domingo después de Pascua. Ciclo B. 20/05/2012. Marcos, 16,15-20

   El evangelio de Marcos termina propiamente antes del trozo evangélico leído hoy. Su final está en el mismo capítulo 16, pero en el versículo 8. No parecía satisfacer el final puesto por Marcos comparando con las conclusiones de los otros evangelios, así que se fueron creando y añadiendo otros finales. El más conocido es el leído hoy, pero con la parte anterior no leída. Es decir, desde el versículo 9. Por tanto, lo añadido es en el capítulo 16, desde el versículo 9 hasta el 20. Según los expertos, lo añadido es totalmente independiente de Marcos, e intenta transmitir un kerigma, un mensaje. Probablemente fue utilizado como una especie de catecismo pascual en la enseñanza de la comunidad y nació en el siglo II, en Francia o Italia.

   En el presente texto, Jesús ordena predicar el evangelio a toda la creación, que es más que si dijera: "a todas las personas". En Marcos el evangelio se predica sólo a las personas. Pero, la lectura de hoy, aunque esté en el evangelio de Marcos, nos ordena predicarlo a toda la creación. Es señal de que es un añadido. Con ello, intenta decirnos que el Cristo resucitado a comenzado a ejercer la soberanía sobre toda la creación, no solamente sobre todas las personas.

   Aquí, la fe es el reconocimiento de la soberanía del Resucitado en toda la creación. Las cinco clases de milagros, como confirmación divina a todos los que creyeron, son una forma de expresar la soberanía de Cristo resucitado al final de los tiempos. De hecho, en la vida real, las serpientes siguieron mordiendo y haciendo morir a las gentes; el veneno mortífero siempre fue veneno... Pero, al final de los tiempos, resucitados con Cristo, nada podrá hacernos daño y la creación será transformada y elevada al culmen. Coincide con este texto la teoría filosófica de Teilhard de Chardin.
   Al autor de este relato le preocupa la incredulidad, como actualmente nos preocupa a los creyentes. En la formación religiosa, hemos olvidado con frecuencia la experiencia o vivencias religiosas que vamos teniendo dentro de nosotros, y que son un auténtico regalo de Dios. Deben recordarse en la predicación y en la catequesis. Y también provocar nuevas experiencias de Dios. Son las vivencias que vamos teniendo de él.

   Quien acepta a Jesús como rey de la creación y lo manifiesta públicamente en su bautismo, está en el camino recto.

   El evangelio termina tan rápidamente que parece que se precipita. Es quizá una forma de credo. "Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios"... Ellos -los discípulos- predicaron por todas las partes, y el Señor actuaba en ellos y confirmaba su palabra.

   Compromiso:
   Atreverme a hablar con algún amigo sobre Jesús resucitado o sobre la experiencia religiosa.

 
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