lunes, 24 de enero de 2022

Domingo IV del Tiempo Ordinario. 30/01/2022. Lucas 4-21-30

Cuando estoy escribiendo este comentario a las lecturas de este domingo, último de enero, no puedo quitar de la mente lo sucedido ayer, domingo, en una parroquía donde yo veraneaba de niño. Es un modelo de cómo se debe actuar en posibles tiempos que se avecinan. Digo que es un modelo, no la única forma de hacerlo. Pero, los cristianos debemos acostumbrarnos a saber dar testimonio de nuestra fe. No la imponemos a nadie, que quede claro. Pero, jamás renunciaremos a nuestra fe. Sólo pedimos que se nos respete. El Hecho es que ante un fallecimiento de uno del pueblo, por deseo ¿expreso del difunto? o por la razón que sea, no se llama al sacerdote para nada, pero se entierra en sagrado. Sin embargo, una persona cristiana, católica, se atreve y reza públicamente una oración donde pide por el descanso eterno del difunto, en la presencia de Dios. El difunto es un vecino de toda la vida y esta vecina no quiere dejarlo marchar sin la bendición de Dios. Se conocían desde siempre. Un gesto precioso. Según la primera cita bíblica de la misa, en el introito o entrada, nos dice Jeremías: No les tengas miedo. Pues, no tengamos miedo. Respetemos, pero no tengamos miedo. Contestemos en el salmo 70: Mi boca contará tu salvación, Señor. Ya en la segunda lectura, 1 Corintios 12, 31-13, 13 se nos dice que si no tenemos amor no somos más que unos platillos que aturden. Yo, puedo tener todos los conocimientos, pero si no tengo amor de nada me sirve. Todo debemos contarlo con el amor. Pues, si no tengo amor, nada soy. Incluso aunque me dejara quemar vivo, si no tengo amor de nada me sirve. El amor no pasa nunca. Pensemos, ¿qué es la fe sin amor? Creer en Dios sin amarlo de verdad, no tiene sentido. Por eso, al final dice san Pablo, que ¡lo más grande, es el amor! Hay que centrarse en la frase que dicen los vecinos del pueblo de Jesús: Haz también aquí, en tu tierra lo que dicen que has hecho en Cafarnaún. Jesús, que penetra los corazones, les contesta haciéndoles ver la falta de fe que tienen. Entonces tratan de matarlo, pero al fin lo dejan marchar.

miércoles, 19 de enero de 2022

Domingo III del Tiempo Ordinario. 23/01/2022. Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

Se celebra hoy el día de la infancia misionera. La actividad se realiza siempre con la potencia del Espíritu Santo. La predicación de Jesús nunca tiene sentido si la potencia de Dios, su Espíritu, no está con Él. Todo el pueblo está reunido para escuchar la palabra de Dios. El sacerdote Esdras es el que lee y el pueblo escucha con muy buena atención. El pueblo tiene verdadero sentido de lo que es una lectura sagrada y, llegado el momento, se pone de pie. Esdras bendice al Señor, el Dios grande y todo el pueblo levanta las manos y bendice al Señor diciendo: "Amén, amén". Es necesario que aprendamos a bendecir de verdad a Dios. Que aprendamos a inclinarnos y adorarlo rostro en tierra. Son gestos que dicen mucho y se realizan poco. Es necesario que la iglesia gaste dinero y ensaye para que las lecturas se entiendan muy bien. Dice esta primera lectura de la misa de hoy que el libro de la ley de Dios se leía con claridad y aplicando su sentido, de modo que todos entendieran su lectura. Ojalá esto lo tuvieran en cuenta todos los rectores de iglesias. No cabe duda que estas medidas aplicadas es hacer un buen apostolado. A los versos del salmo 18, 8-10.15 respondamos: "Tus palabras Señor, son espíritu y vida". La 1 Corintios 12, 12-14. 27 hacen la segunda lectura de la misa de hoy. En ella se establece una comparación con el cuerpo humano y sus miembros. Los miembros de nuestro cuerpo son muchos, es verdad, pero todos juntos forman un solo cuerpo y actúa como tal. Fomentemos el sentido de la unión. En nuestras conversaciones hablemos de lo que podemos hacer y tomemos decisiones. Hagamos cosas por el reino de Dios en el mundo. Pero, hagámoslas juntos si es posible. Es necesario aprender a trabajar juntos. Si aprendemos esta lección hemos aprovechado bien el día y, hemos hecho también una buena oración si le damos un feliz remate mirando a la imagen del Señor, aunque tengamos que levantarnos para ir a donde tenemos la imagen. Y como lo hemos hecho con cariño, nos vendrá algún sentimiento emocional que aprovecharemos como verdadera oración. Es así como rezamos a menudo, muchas veces. Lo hacemos a veces, pero no nos damos cuenta. Hoy a Jesús le ha gustado mucho estar junto a nosotros. Vale. Se notará si hacemos un compromiso y lo cumplimos.

martes, 11 de enero de 2022

II Domingo del Tiempo Ordinario. 16/01/2022. Juan 2, 1-11

Es una maravilla la misa de este domingo por las lecturas que nos toca saborear. Las bodas de Caná es el primer milagro que realiza Jesús y parece que inundan el espíritu de la misa entera. La primera lectura se toma del libro de Isaías y nos muestra el gran amor de Dios por su patria, por Jerusalén. En efecto, Dios no parará hasta lograr que Jerusalén, su tierra amada, se eche plenamente en sus brazos. Dios le dice a Jerusalén los mejores y variados piropos. Ya no será la Abandonada sino la Predilecta. El Señor la prefiere como esposa. A ella la llamarán mi Predilecta, porque el Señor la prefiere como esposa. Y después de tanto piropo, como se regocija el marido con la esposa, se regocija tu Dios contigo. ¡Figúrate esa alegría de Dios contigo! Y es una realidad. Dios se alegra contigo. Déjate guiar por él. Vívelo. Sigue con el salmo 95. Y responde: "Cantad las maravillas del Señor a todas las naciones". Repítelo varias veces durante la semana y mira a ver si puedes sacar algún propósito de ello. La segunda lectura es de 1Cor 12, 4-11. En Dios todo forma una sola unidad y a pesar de ser trino. Dios es uno y trino. Es el gran misterio de la Santísima Trinidad. Dios actúa en todos nosotros, en cada uno de distinta manera, pero en todos. Dios nos da de su don, su regalo a cada uno de nosotros. Todo lo que recibimos de Dios, lo recibimos por el mismo Espíritu. Y cada uno recibe su Espíritu. Tenemos el Espíritu de Dios en nosotros. El lo obra todo en cada uno de nosotros. Dios es, sin duda, la maravilla de las maravillas. Debes acostumbrarnos a ver a Dios en un espíritu de contemplación. Ciertamente, ese es el camino, verlo en espíritu de contemplación, pero quizá nosotros no somos capaces de tanto. Como nos dice el evangelio de hoy, los criados de la boda de Caná de Galilea, extrañados de que el vino del final sea mejor que el del principio, le preguntan a Jesús, por qué ha hecho eso así. Dios, a veces, hace las cosas de manera muy distinta a nosotros. Pero, ante Dios, lo que interesa es el final. Saber rectificar a tiempo. Pero, rectificar con decisión, rectificar para ser, definitivamente, fiel a Dios.

martes, 4 de enero de 2022

Fiesta del Bautismo del Señor. 09/01/2022. Domingo

Estamos hoy en el primer domingo del año 2022 y es la fiesta del Bautismo del Señor. Este bautismo forma parte de los planes de Dios sobre nosotros. Pero, no debemos temer a los planes de Dios. Nunca serán con el fin de aplastarnos. Jesús viene para estar con nosotros, junto a nosotros. Dios nos quiere tanto que elimina la infinita distancia que nos separa. El libro bíblico de Isaías, conforma la primera lectura de la misa de este domingo. Es la presentación que Dios Padre nos hizo de Jesús. El nos manifiesta la justicia a todos nosotros, porque trae la justicia misma en sus manos. Pero es una justicia llena de amor y cariño, es la justicia con la verdad. No es la justicia que se predica voceando por las calles. Dios nos ha tomado de la mano. Con Jesús al frente somos luz de las naciones, es decir, a disposición suya para ayudarlo, de verdad en su misión. Memoricemos para esta semana la frase: "El Señor bendice a su pueblo con la paz". Repitámosla varias veces durante el día y así viviremos más la presencia de Dios en nosotros. Es una forma estupenda de recordarnos de Dios. Es la forma de vivir el salmo 28 durante el día de hoy. La segunda lectura se toma del libro Hechos de los Apóstoles, 10, 34-38. Es hora, cuando Pedro, el primero de los Apóstoles, comprende de verdad el proceder de Dios. Para Dios somos todos iguales, porque para Dios no existen los enchufados. No sólo somos todos iguales, sino que nos ama de verdad a todos nosotros, si de verdad nos dejamos ungir por Dios con la fuerza del Espíritu Santo y hacemos el bien a todos. Pedro acaba de descubrir que Dios no hace acepción de personas, sino que acepta al que le teme y practíca la justicia, sea de la nación que sea y, a esos, envió a Dios su palabra y anunció la Buena Nueva de la paz que trajo Jesucristo, el Señor de todos. Es una paz interior que los que aceptamos de verdad a Cristo, experimentamos en nuestro corazón. Lo expresa muy bien el evangelio de hoy: Lucas 3, 15-16. 21-22. Para que no haya confusiones Juan habla muy claro. Y dice refiriéndose a Jesús: yo os bautizo con agua, pero Jesús os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Jesús ora, Jesús reza y entonces, ya bautizado, se abrieron los cielos y bajó el Espíritu Santo sobre él, en forma de paloma y vino una voz del cielo que dijo: "Tú eres mi hijo muy amado, en tí tengo puestas todas mis complacencias". Y de estas complacencias, sin duda que participamos también nosotros, porque participamos de Jesús. Por esta razón, debemos participar de los sentimientos que salen del corazón de Jesús. Obremos como Jesús quiere, como Dios desea, y nos llenará de muchas bendiciones. Propósito: Seamos capaces de hacerlo por nuestra cuenta.

 
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