lunes, 18 de febrero de 2019

VII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 24/02/2019. Lucas 6, 27-38

   Las lecturas de la misa de hoy giran en torno a la segunda, destacando lo que es el hombre espiritual. Como frase para recordar se propone la siguiente de la segunda lectura: "al igual que hemos llevado la imagen del hombre terrenal, llevemos también la imagen del hombre celestial" (I Cor., 15). Es una frase fácil de recordar, pero a la vez, de profundo calado.

   1 Samuel 26, 2.7-9.12-13, 22-23. Esta lectura nos permite ver como los judíos respetaban la bendición de Dios, aunque hubiera sido pronunciada para bendecir a mi propio enemigo. Por esta razón, David no extermina a Saúl ya que este había sido ungido por Dios. Lo derrota, pero no lo mata.

   La segunda lectura (1 Corintios 15, 45-49) nos hace ver como podemos orientar nuestra vida: o bien siguiendo al hombre material, representado por Adán; o bien siguiendo al hombre espiritual, es decir, a Jesús de Nazaret. Decidamos sinceramente por cual.

   El evangelio de hoy es realmente muy duro si se interpreta al pie de la letra. No puede hacerse literalmente porque puede hacerse daño a terceras personas. Además, no pueden cultivarse las tendencias perversas de otros. Lo que debemos hacer con este evangelio es darnos cuenta de un mundo nuevo que Jesús trata de implantar con la técnica literaria de la exageración. En nosotros está el saber encontrar el punto adecuado para considerar que hemos cumplido con la enseñanza evangélica. Veamos algún ejemplo. Dice el evangelio: "Al que te quite la capa, déjale que tome también la túnica". Pero, si seguimos así, te dejará desnudo, lo cual ya no procede de ninguna manera y, además, te puede caer una pulmonía. El evangelio dice también: "A quien pide dale; al que se lleve lo tuyo no le reclames". Y, entonces, cabe preguntarse: Si todo lo damos, ¿qué será de nuestros hijos? o ¿qué será de nuestros ancianos cuando haya que ingresarlos en una residencia para que estén bien atendidos? Con este par de reflexiones queda aclarado el evangelio de hoy.

   Y, ¿cuál es el mensaje que trata de transmitirnos este evangelio? Es, como tantas otras veces, el mensaje del amor. Debemos tenerlo a flor de piel. Pero, a la vez, debemos tener personalidad, ser personas equilibradas. Todos tenemos nuestras obligaciones que debemos cumplir. Obligaciones con los demás y con nosotros mismos. Las pautas que se han expuesto nos ayudarán en la correcta interpretación del evangelio de este domingo.

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