jueves, 22 de diciembre de 2016

Solemnidad de la Natividad de Jesucristo. Ciclo A. 25/12/2016. Juan 1,1-18

   En este domingo podemos felicitar a Jesús por ser el día de su cumpleaños. Hoy, celebramos con toda la familia cristiana la gran fiesta de su venida al mundo. ¡Te felicitamos Jesús!

   Como frase para memorizar la palabra de Dios podemos escoger la siguiente: "A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer (Juan 1, 18)".

   Isaías nos llena hoy de verdadera alegría. Nos presenta hoy, la espiritualidad alegre que vive el pueblo judío en las alturas. Allí, se vive la presencia de Dios. Es una vivencia que, también, muchos de nosotros llevamos dentro. Allí, cantan a coro porque ven, cara a cara, al Señor: ¡Rompamos a cantar porque el Señor nos consuela!, nos manda la primera lectura.

   La carta a los Hebreos afirma que Dios nos habla a cada uno de nosotros de distintas maneras. Sólo tenemos que pararnos a reflexionar en oración, para descubrir cómo Dios ha estado presente en nuestras vidas. Y, cómo nos inspira en la lectura bíblica. En ella, encontramos, en estos tiempos, la palabra más reciente de Dios que nos habla. Es la palabra de Jesús que nos ha limpiado los pecados y está en los cielos.

   Nos recuerda el evangelio, que la vida era la luz del hombre. Los judíos afirmaban que la ley de Moisés era la luz, por el contrario. En el evangelio de Juan no existe, sin embargo, una luz que no sea el brillo de la vida misma. Juan no dice que la verdad lleve a la vida, sino que para los hombres la única luz-verdad es el mismo resplandor de la vida. Jesús nos trae la vida y con ella, el verdadero resplandor. La verdad es la vida misma, vida que podemos experimentar. Lo afirma el evangelio de hoy cuando dice: "En el verbo había vida y la vida era la luz de los hombres". En la vida del hombre hay un deseo de plenitud, como también el anhelo de vida es constitutivo de su ser. Nadie desea que su vida se apague para siempre. Aceptamos la muerte, pero como tránsito para seguir viviendo. El anhelo de vida es siempre constitutivo de nuestro ser. 

   Con ese anhelo de vida contactamos con Dios. La fe está basada en un contacto personal con El. Es la gran diferencia entre fe e ideología. Ideologías hay muchas. Las formas de pensar pueden ser variadas, pero, sólo es fe la que proviene del contacto con Dios, del contacto con Cristo, del contacto con Dios hecho hombre. Así se explica el Papa Francisco.

   Para terminar, y resumiendo, celebremos este día con verdadera alegría, descubramos cómo Dios está presente en nuestras vidas y contactemos con él para constatar la viveza de nuestra fe.

   Compromiso:
   Analizar el sentido de nuestra vida a la luz de la fe.

 
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