martes, 24 de junio de 2014

Solemnidad de los Apóstoles Pedro y Pablo. 29/6/2014. Ciclo A. Mateo, 16, 13-19

   Aunque en la fiesta de hoy festejemos la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, las lecturas 1ª y 3ª tienen especial y única referencia a Pedro.

   La primera comunidad cristiana siguió formando parte integral del judaísmo. Sin embargo, pronto llegará la definitiva separación, pues las persecuciones y las ejecuciones tendrán un papel decisivo en ella. Por la primera lectura (Hechos de los Apóstoles, 12, 1-11), vemos que el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia, empezando por pasar a cuchillo a Santiago el hermano de Juan. Esto agradaba a los judíos y entonces Herodes se decide a meter preso a  Pedro. Vienen a continuación otra serie de hechos que no se mencionan en la lectura de hoy pero que determinaron la separación definitiva de judíos y cristianos. Es fundamental recordar hoy día, el común origen judío de los cristianos. Es fundamental recordarlo en estos tiempos de ecunemismo o de unión entre los creyentes en un sólo Dios: judíos, cristianos y musulmanes. Esta es la razón por la que han orado juntos en Roma, Francisco y los jefes árabe y judío. La creencia en el único Dios es razón suficiente para llevarnos como hermanos, en paz.

   La segunda lectura (2ª Carta a Timoteo, 4, 6-8. 17-18) nos habla de los últimos días de la vida de Pablo. Dice que el momento de su partida es inminente y afirma que ha mantenido la fe y la ha anunciado a los gentiles. Termina afirmando que aunque muera, Dios seguirá librándolo de todo mal y lo salvará. Pablo se echa en los brazos, cosa que muchos cristianos aún no han aprendido a hacer.

   Ya en la lectura evangélica, debemos recordar las palabras de Jesús a Pedro: "Tú eres Piedra y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no podrán contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Tradicionalmente este texto se ha ido interpretando de forma unidireccional a favor de un primado monárquico del Papa. Sin tratar de herir a los católicos conservadores, se debe afirmar que hoy día los mismos exégetas católicos afirman que los otros evangelios no dicen nada de dicho texto, lo ignoran, y que por lo mismo y otras razones, no son palabras del Jesús terreno. Son palabras compuestas después de Pascua por la comunidad de Mateo. En la primitiva Iglesia Pedro no aparece como monarca absolutista. No hay ningún indicio de ello. El papa Francisco se sitúa en esa línea y así puede abrirse una línea de unión entre todos los cristianos. No neguemos nunca esta posibilidad y abrámonos a ella. No seamos fundamentalistas ni tengamos una fe ideologizada.

   Compromiso:
   Estemos abiertos al ecunemismo.

 
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