miércoles, 8 de septiembre de 2021

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario. Dulce nombre de María. 12/09/2021. Marcos 8,27-35

 Algún día, o mejor más de uno, habrá que dedicar a reflexionar sobre el estar dispuestos a dar nuestra vida por defender a Jesús, nuestro Señor, o los valores que él nos trajo. Un cristiano tiene que estar siempre dispuesto a ello. Amar a Dios, a Jesús, cada vez más. Dice el profeta Isaías 50,5-9a que no escondió el rostro ante ultrajes y salivazos. El señor Dios lo ayudaba, e Isaías no quedó defraudado. Que esto nos sirva para una profunda oración. Pero una oración sencilla, con amor, echándonos en brazos de Dios y llenándonos de confianza.


El salmo 114,1-6,8-9 dice: "Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos". Repitámoslo varias veces durante el día. Nos ayudará a mantener la presencia de Dios en nosotros. Animémonos.


En la Carta de Santiago 2,14-18 se los presenta la fe y las obras. La fe sin las obras no vale nada. Las obras son las que nos muestran el valor real de nuestra fe. Como tengo oído a gente sencilla, cristiana, y nos recuerda el evangelio, la fe sin obras es fe muerta. Toda la razón. La fe no se puede demostrar sin las obras.


En el evangelio de hoy, cuando Jesús pregunta a sus discípulos quién dice la gente que es él, cada uno opina a su modo. Pero cuando les pregunta directamente a ellos: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?", tomo Pedro la palabra y dice: "Tu eres el mesías". Así, de frente, y no por decirlo, sino plenamente convencido. Jesús no quiere dar publicidad de que él es el mesías. Y empieza a dar una formación muy seria a sus discípulos de lo que le espera., empezando por decirles cómo va a ser despreciado por todos, ejecutado con muerte de cruz, como cualquier malhechor, y como resucitará al tercer día. Pedro no puede admitir eso, porque espera sin duda un alto puesto después de Jesús. No sabe todavía para qué vino Jesús a este mundo. El pensamiento de Dios es muy distinto. Por eso le contesta Jesús: "Tu piensas como los hombres, no como Dios". Y para terminar, la iglesia nos recuerda el final de este evangelio que se puede unir, con su significado, con la primera lectura de la misa de este domingo: "Mirad, el Señor Dios me ayuda".


Reflexiona sobre tu fe.



 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.