martes, 28 de noviembre de 2017

I Domingo de Adviento. Ciclo B. 03/12/2017. Marcos 13,33-37

   Comenzamos hoy un nuevo año litúrgico y un nuevo ciclo de lecturas, el ciclo B.
   En este comenzar, tenemos ya presente nuestra meta final que es el encuentro definitivo con Jesús resucitado. Para ese encuentro debemos estar siempre preparados.

   Aquellos a quienes gusta la observación de la naturaleza, les propongo, a escoger, dos textos para memorizar: "Todos nos marchitamos como una hoja y nuestras culpas nos llevan como el viento (Isaías 64,5)", o bien: "Tú eres nuestro Padre, nosotros somos arcilla y tú nuestro alfarero (Isaías, 64,7)".

   La primera lectura se toma de Isaías 63,16b-17;64,1-7. El comentario puedes hacerlo tú mismo y, para ello, te proponemos dos textos: "Ojalá se abriera el cielo y bajases derritiendo los montes con tu presencia" o "sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos". ¿Puedes hacer oración con dichos textos bíblicos? ¿Te sirven para hablar con Dios?

   La segunda lectura es de 1. Corintios 1,3-9. Recordando el comienzo de la misa, te quedará grabado en la memoria el de la primera carta a los Corintios "La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con todos vosotros". A continuación, menciona Pablo su propia Acción de Gracias, glosándola. Y nosotros podemos hacerla nuestra. Demos gracias a Dios por lo que ha dado a nuestra familia a través de Cristo. Para los que aguardamos su manifestación nos adornan sus dones, Dios es fiel en medio de todos los problemas de esta vida.

   El tema del evangelio de hoy es el de la vigilancia. Pero, la correcta interpretación nos dice que no se trata de una vigilancia esperando que llegue el Señor al final de los tiempos. El mantenerse despiertos equivale aquí a la responsabilidad en el trabajo. Estas expresiones de este evangelio ya no tienen sentido apocalíptico, y vienen muy bien en nuestra época actual, en que algunas iglesias se quedan vacías. Es necesario, sumamente imprescindible, que los párrocos convoquen y expoleen el consejo de pastoral parroquial. Un momento muy importante para hacerlo es el año del laicado, que empezó el día de Cristo Rey, en algún país, e irá hasta la víspera de Cristo Rey de 2018. Pero, empezando ya, sin perder un sólo día en el tema. Exijámoslo a nuestros párrocos, pues el evangelio de hoy nos exige mantenernos despiertos teniendo gran responsabilidad en el trabajo. El consejo de pastoral parroquial, sin duda, nos exigirá un gran esfuerzo para acercar a las personas a Cristo, a la parroquia. Este puede ser nuestro velar para una gran temporada. Y el laicado cogerá cancha.

   Compromiso:
   Comprométete en tu parroquia.

 
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