lunes, 11 de junio de 2012

Domingo XI del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 17/06/2012. Marcos 4,26-34

   El evangelio de este domingo nos presenta dos parábolas sobre el reino de Dios. Este reinado de Dios llena al hombre de una nueva vitalidad, que es real. Según el original griego, la semilla se lanza, es decir, se siembra a voleo para que la semilla llegue a todas partes. También en 2,22 se lanza el vino nuevo que es símbolo del amor. Si los dos pasajes están en relación, como así lo parece, el mensaje que se siembra debe lanzarse con amor a Dios y al hermano.

    En la siembra del mensaje no hay excepciones. En contacto con el mensaje, la tierra buena fructifica siempre. Están llamados el uno para el otro, de manera que si el mensaje y la persona no se encuentran se produce una frustación.
   Siguiendo la exposición de la parábola, lo sembrado aparece como una hierba, luego se hace espiga y, por fin, grano. Todo requiere su tiempo. El mensaje sembrado debe ir asimilándose poco a poco. El resultado final es la plenitud, el grano. Pero, siempre que el mensaje se haya sembrado en tierra buena.
   Una mala traducción puede quitar fuerza al texto. En este evangelio, "la hoz es enviada", pero no como figura de ruina, sino de salvación de todas las gentes. Es una alusión a Joel 4,13 en que se trata de destruir a las naciones. Marcos, en esta parábola, cambia totalmente el sentido de Joel  y presenta como terminado el enfrentamiento entre Israel y el resto de las naciones. Ahora, los paganos también están llamados al reino.

   En esta parábola está ausente la idea de juicio. Marcos sigue al salmista cuando dice "cosecharán con alegría".

   La parábola del grano de mostaza tiene un sabor grande de ironía. Rectifica el texto bíblico de Ezequiel 17,22s. Este habla de un esqueje que se toma de un cedro, árbol alto, y que se plantaría en lo alto de un monte en Israel. El esqueje del cedro llegaría a ser un gran cedro y el rey de los árboles. Esto sería Israel, llena de gloria nacional. Pero, el reino de Dios que viene con Jesús contradice todas las expectativas de los judíos. Si Jesús explica esto públicamente provocaría un rechazo definitivo a su persona y mensaje. Por eso tiene que hablarles en parábolas.

   Sin embargo, el reino de Dios consiste en la adhesión a Jesús y a su mensaje. En Jesús, el amor es universal, abraza a todos los pueblos, renunciando al triunfo sobre los demás.

   Compromiso:
   Aprender a obedecer a Dios cuando me habla al corazón.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.