lunes, 12 de septiembre de 2011

Domingo XXV del Tiempo Ordinario. Ciclo A. 18/09/2011. Mateo 20,1-16

   El evangelio de hoy es un evangelio desafiante porque se sale fuera de nuestra forma de pensamiento ordinario. En efecto, un propietario sale al amanecer a contratar jornaleros para su viña. Vuelve a salir para contratar a más, a media mañana, a mediodía, a media tarde y a última hora. Cuando termina el día, empieza a pagar comenzando por los últimos contratados que cobran el jornal entero, es decir, su denario. Viendo esto, los que habían trabajado el día entero se frotaban las manos pensando que iban a cobrar bastante más. Pero, no fue así, todos cobraron lo mismo. Hay protestas, pero la última respuesta del dueño de la viña es que ha pagado a cada uno el denario ajustado y, además, ¿es que no tiene libertad para hacer lo que quiera con lo que es suyo?

   La conclusión de este relato, según el evangelista, es que los últimos serán los primeros y los primeros últimos. Como se ve, es una conclusión desafiante que no nos convence. Por ello, necesita una explicación. Los exégetas, habiendo analizado los idiomas arameo, hebreo y griego, coinciden en que la verdadera traducción de este giro idiomático es: "todos serán aunque primeros, últimos, y aunque últimos, primeros". Así, la frase adquiere sentido y cuadra perfectamente con la parábola. Se expresa de esta forma la perfecta igualdad que debe existir en la comunidad cristiana.

   En la Biblia, la viña es símbolo de pueblo de Dios. Todos somos llamados, gratuitamente, a trabajar en dicha viña. Y no hay situaciones de privilegio ante Dios. Según la parábola de hoy, en la viña del Señor no hay situaciones de mayor o menor mérito. El servicio en la viña del Señor es la respuesta a un llamamiento gratuito, que, como tal, espera una respuesta desinteresada. No merece más el Papa por ser Papa ni el Obispo por ser Obispo. El trabajo en dicha viña no nace del deseo de recompensa, sino de la voluntad de servicio a los demás y de la llamada de Dios especialmente.

   Volviendo a la perfecta igualdad que debe existir en la comunidad cristiana, como se dijo más arriba, y recordando algunos evangelios pasados, el pensamiento de los cristianos debe ser tenido muy en cuenta a la hora de tomar decisiones parroquiales y de la iglesia universal. No se incide más en este tema, sólo se indica, pues fácilmente nos saldríamos de la temática de hoy.

   Compromiso:
   Trabaja algo en la viña del Señor, pero sin exigir recompensa. Con lo que Dios nos dé nadaremos en abundancia y seremos felices para siempre.

 
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