miércoles, 18 de septiembre de 2013

XXV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 22/09/2013. Lucas 16,1-13


   Amós es uno de los profetas llamados menores y vivió en el siglo VIII antes de Cristo. Es uno de los primeros profetas que puso por escrito sus mensajes. Recogía el fruto de las higueras y era pastor de ovejas. La primera lectura de hoy se toma de Amós 8,4-7.

   Este profeta se siente enviado por Dios a Betel, en Israel, donde proclama valientemente el mensaje de Justicia y juicio contra la opresión y la avaricia. Los comerciantes, que se enriquecían abusivamente a base de trampas en el peso, y deseando que terminase pronto el día de descanso religioso para volver a acaparar riquezas con sus negocios sucios o abusivos, son la diana hacia donde apuntan sus dardos.

   La pregunta surge hoy día, en el siglo XXI, cuando ante tanta injusticia está totalmente silenciada la doctrina social de la Iglesia.¿Cuánto se predica de justicia social? ¡¡Nada!! Es verdad que no hace falta tanta doctrina social; bastaría con predicar la línea dura del evangelio, un día y otro día!

   La segunda lectura es de la primera Carta a Timoteo, 2,1-8. Timoteo, a quien se dirige esta carta, era natural de Turquía e hijo de padre griego y madre judía.

   En esta segunda lectura se vierten dos ideas principales. En la primera nos anima a hacer oraciones y acciones de gracias por todos los hombres para que podamos llevar una vida tranquila. En la segunda idea, afirma que sólo hay un mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jesús. Afirmación tajante que, por mucho amor que tengamos a la Virgen María, nos impide llamarla mediadora. En este sentido, y para que la verdad de Cristo resplandezca plenamente, debemos evitar las disquisiciones teológicas.

   Respecto al evangelio del administrador infiel, este ha demostrado ser inteligente y decisivo, rápido en la reacción. Esto es lo que Jesús alaba.

   Los hijos de este siglo comprenden como funciona el mundo, pero, a menudo, los hijos de la luz no comprenden como funciona el reino de Dios. Como nos dice Jesús: "Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos que los hijos de la luz".

   Dice Jesús: "Ganáos amigos con el dinero adquirido injustamente". A menudo, se obtienen riquezas injustamente y aunque se quiera devolverlas para obtener el perdón de Dios ya no se sabe a quien se ha de devolver. Pero esas riquezas siguen sin ser de quien ilícitamente las obtuvo. Para obtener el perdón debe desprenderse de todas, todas, todas ellas en bien de los pobres, que no es lo mismo que hacer una obra benéfica importante. Muchos roban y roban y, luego, hacen obras benéficas importantes, granjeándose las alabanzas incluso de la jerarquía eclesiástica. Pero es necesario, de una forma o de otra, devolver todo lo robado. Es la única forma de ganar amigos con el dinero injustamente adquirido.

   Compromiso:
   Conviene meditar lo que se refiere en este comentario.

 

 
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