martes, 6 de abril de 2021

Domingo II de Pascua. 11-4-2021. Juan 20,19-31.

   Todavía escuchamos los ecos del día de la resurrección. Si vivimos los días de la Pasión con verdadero espíritu cristiano, también sentiremos una inmensa alegría y paz espiritual saboreando los comienzos de la Pascua del Señor. Y, si no tenemos ya una alegría fuerte, al menos, nos quedará el recuerdo de la misma... Lo importante es vibrar con Dios, estar cerca de Él.


    Hoy, en la primera lectura, Hechos 4,32-35, se nos habla del amor entre nosotros, entre los creyentes, que lo poseían todo en común. Entre ellos no había necesitados. Pero, conociendo el espíritu cristiano, podemos estar seguros que los no cristianos también disfrutarían del espíritu de caridad, de amor que Cristo nos transmite. Llenos del amor de Dios en nosotros, digamos a menudo el salmo 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. 


   La segunda lectura se toma de la primera carta de Juan 5,1-6. El amor a Dios y a Cristo están íntimamente relacionados. Aprendamos nosotros a relacionarlo sin que se nos explique. Que nuestras vivencias sean las de amar a Dios y a los hermanos en Cristo Jesús. Hay una realidad, y es que los mandamientos de Dios no son pesados, cuando lo amamos de verdad.


   El evangelio de este domingo se toma de Juan 20,19-31. Lo primero que hace Jesús es darnos la paz. Paz que penetra en nosotros y nos da una profunda paz. Y así vamos de paz en paz. Y somos enviados por el mundo a comunicar la fe en Cristo. Somos todos llamados a callejear para darlo a conocer. Deben hacerlo no solo los misioneros, no solo los sacerdotes. ¡También tú y yo! No debemos balconear, sino callejear, estar entre la gente, hablar de nuestra relación con Dios, con Jesús de Nazaret. Jesús no dijo solo a los apóstoles. sino también a los discípulos, "recibid al Espíritu Santo; a quienes perdoneis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengaís les quedan retenidos". Y los discípulos somos todos. Por lo tanto pensemos ¿a quiénes dijo jesús la frase anterios? La dijo a todos nosotros, a tí y a mi. Luego, todos podemos perdonar los pecados. Pero, además, el evangelista Juan tiene un concepto especial de pecado. EL pecado consiste en integrarse voluntariamente en el orden injusto. Juan no concibe el pecado como una mancha, sino como una actitud del individuo: pecar es pertenecer a un sistema opresor contra el ser humano. Cuando uno entra en el grupo cristiano, rompe definitivamente con el orden injusto y se propone vivir según el mensaje de Jesús, y sus pecados ya no pesan sobre Él. Según lo dicho, recordemos que el poder de perdonar los pecados lo tiene la comunidad, con todas las conclusiones que de aquí puedan derivarse.



   Compromiso: No pertenezcas a un oreden injusto, ni lo favorezcas.

 
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