lunes, 30 de enero de 2012

Domingo V de Tiempo Ordinario. 05/02/2012. Ciclo B. Marcos, 1, 29-39

   Al salir de la sinagoga, Jesús no se queda a hablar con la gente. Seguramente tiene miedo de que el entusiasmo popular pueda falsear su mensaje del reino de los cielos. Se va a casa de Simón y Andrés en compañía de Santiago y Juan. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre.

   Extraña que en este pasaje no aparecen las palabras "enfermedad" o "enfermo" ni el verbo "curar". Además, en griego, los términos para indicar la fiebre derivan de "fuego". Era proverbial el fuego o celo del profeta Elías al que se ve en un carro de fuego. La suegra de Pedro estaba que ardía, encoraginada. Había ambientes reformistas y violentos en la zona. El fuego aparece así como figura de ese ardiente celo reformista, que es el mismo que representa Simón que no había estado en la sinagoga o iglesia de los judíos.

   A los que hablan a Jesús sobre la suegra de Simón no les preocupa que sea día de sábado, en el que estaba prohibido curar a un enfermo, salvo que estuviera en peligro de muerte.

   La fiebre representa una ideología que consume y lleva a la violencia y es, por consiguiente, incompatible con el programa de Jesús, con el reinado de Dios. Es en ese ambiente donde predica Jesús la buena noticia. Tiene que  enfrentarse con la institución religiosa que pone el legalismo por encima de las personas, como vimos el domingo anterior, y con la violencia de determinados grupos que no encuentran otra forma de realizar la transformación.

   El servicio a todos es lo que caracteriza el seguimiento de Jesús y lo que hace presente el reino. Por eso, cuando a la suegra de Pedro le pasa la irritación por la presencia de Jesús, se olvida de todo y abandonada la violencia se pone a servirles. La violencia es incompatible con el programa de Jesús.

   Cuando se puso el sol le llevaron enfermos y endemoniados. Para los judíos, con la puesta del sol termina el sábado o día festivo y comienza un nuevo día. Ya no obliga al descanso, ya se puede curar a los enfermos. Esto quiere decir que las gentes de Galilea siguen fieles a las enseñanzas tradicionales, sin someterlas a un pensamiento razonable. ¿Cómo no se va a poder curar a las personas aunque sea día santo?

   Jesús se levantó de madrugada, se fue e un descampado y se puso a orar. ¿Qué habrá pedido Jesús en su oración? Sin lugar a dudas que habrá pedido por aquellos hombres, que renuncien a los métodos violentos y a todo lo que va en contra de la dignidad humana, aunque provenga de la institución religiosa.

   Compromiso:
   No estropees tu personalidad por dejarte llevar de la violencia. Piensa que eres discípulo de Jesús.

lunes, 23 de enero de 2012

IV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 29/1/2012. Marcos, 1,21-28

   Jesús, con los que le siguen, entra en Cafarnaún. Esta ciudad se encontraba junto al lago de  Tiberíades o mar de Galilea. Cafarnaún era el cruce de caravanas en la ruta de Damasco al puerto mediterráneo de Tolemaida. Desde esta ciudad, por su posición estratégica, las noticias se propagan con muchísima prontitud. Cafarnaún va a ser el centro de la actuación de Jesús en Galilea.

   Este evangelio de la misa de hoy es uno de los varios evangelios contra las ideologías en las instituciones religiosas. El sábado es el día festivo de los judíos. La asistencia al servicio religioso es obligatoria y ello significaba obedecer a todo lo que se presentaba como voluntad divina, aunque en realidad no lo fuera. Los que se encuentran en la sinagoga son judíos integrados en la institución religiosa y observantes de la ley.

 Jesús entra de imprevisto en la sinagoga de Cafarnaún. Entra cuando ya ha empezado el servicio religioso y parece no ir con la intención de asistir a dicho servicio. No pide permiso al jefe de la sinagoga, como debía hacerse, sino que habiendo llegado tarde, se pone sin más a enseñar.

   ¿Qué enseña Jesús? No se dice aquí. Pero, el versículo 15 ya leído el domingo anterior, nos dice el programa de Jesús: "Está cerca el reino de Dios. Enmendaos y tened fe en esta buena noticia". Este programa se formula en categorías de éxodo. Jesús estaba al otro lado del mar de Galilea (v.9) y ahora, vuelve a Galilea. Equivale a atravesar el mar Rojo.

   Se quiere sacar al pueblo de un estado de esclavitud y llevarlo a la tierra prometida del reino de los cielos.

   En la sinagoga de Cafarnaún, Jesús causa una gran impresión debido a que la gente experimenta directamente su autoridad. Los letrados de las sinagogas no hablaban con autoridad propia, sino con la autoridad de la tradición a la que atribuían un valor divino. Jesús habla partiendo de su propia experiencia religiosa personal. La enseñanza de Jesús despierta el espíritu crítico y pone las bases para una autonomía y libertad del hombre, lo que le va a conducir hacia la madurez.

   Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo que empezó a gritar. Si estaba poseído por un espíritu inmundo no podía estar en el servicio religioso. Sin embargo, está en él totalmente integrado, sin abominar contra Dios. Además, las palabras que pronuncia ese hombre muestran que es un partidario incondicional de la institución religiosa. Dice: "¿Qué tienes tú contra nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros?" La institución religiosa habla por boca del que se dice que está endemoniado. El "nosotros" incluye al poseído y a los letrados.

   Posesión y adhesión fanática a lo que se enseña son dos modos de expresar lo mismo. Cuando este fanático llama a Jesús "Nazareno" le recuerda que Nazaret es conocida por su nacionalismo a ultranza y que, por lo mismo, él debe seguir también los valores del nacionalismo y de la institución religiosa judía.

   Como se ve, es un lenguaje figurado el que se usa en este episodio. Ante la enseñanza de Jesús, el fanático queda sin respuesta y reconoce su error, aunque tuvo que retorcerse bastante.

   Práctica:
   Haz un juicio sobre la siguiente cita de la encíclica "Fides et ratio": "Se considera que una persona ha alcanzado la edad adulta cuando puede discernir, con los propios medios, entre lo que es verdadero y lo que es falso, formándose un juicio propio sobre la realidad objetiva de las cosas". (cap. III).

martes, 17 de enero de 2012

Domingo III del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 22/01/2012. Marcos, 1,14-20.

   Cuando arrestan a Juan el Bautista, Jesús comienza a anunciar la buena noticia de parte de Dios, en Galilea. "Evangelio" debe traducirse mejor por "buena noticia" ya que este es su verdadero significado, haciéndonos penetrar mejor en el sentido de la lectura. Toda la predicación de Jesús es una buena noticia que viene de Dios y que realiza maravillas en nosotros. En la Iglesia, como institución llevada por humanos, pueden entrar ideologías que deben depurarse, pero la buena noticia que viene de Dios es limpia y pura.

   Como se dice al principio, Jesús está en Galilea. Es un dato importante. Jesús es de Nazaret, en Galilea, región muy poblada de griegos y sirios helenizados. Hay indicios de que en tiempos de Jesús había gente bilingüe que hablaba el arameo y se valía también de un griego rudimentario. Jesús, sin duda, hablaba y pensaba en arameo, pero su contacto con la lengua griega fue posiblemente más importante de lo que solemos pensar. Quizás se defendía en griego.

   Volviendo al comienzo, después de esta breve disgresión, cuando Marcos habla de Dios, no se refiere sólo al Dios de Israel, sino al Dios de todos, al Dios de la creación. De este Dios nos viene la buena noticia que nos trae Jesús. Y es una noticia universal, no sólo para los judíos, es universal, es del Dios de la creación. Es del Dios de todos, del tuyo y del mío. Jesús dice: "Enmendaos y tened fe en esta buena noticia". Y vuelve a insistir, como Juan el Bautista, en la necesidad de enmendarse. Si acogemos de verdad la buena noticia que viene de Dios, romperemos con las injusticias de la sociedad en que vivimos.

   A continuación, el evangelista Marcos menciona dos formas de lucha contra las injusticias, propias de diversos sectores de la sociedad judía. Ninguna de las dos son propias del reino de Dios que trae Jesús y están representadas por cada una de las parejas de hermanos que llama a continuación.

   Simón y Andrés tienen nombres griegos por lo que pertenencen, con toda seguridad, a un círculo judío que no era demasiado estricto en el cumplimiento religioso. Además, el hecho de que Marcos juegue con la metáfora de la pesca, nos hace recordar que la pesca tiene siempre, siempre, en los profetas, connotaciones guerreras, matanzas del enemigo y conquistas. Sólo se exceptúa el texto de Ezequiel, 47,1-12.

    A la luz de estos datos, Simón y Andrés representan el espíritu nacionalista y violento. Dice el texto que "echaban las redes" citando, sin duda a Mabacuc,1,17: "Echará su red y nunca cesará de matar naciones". Parece que están cercanos a los círculos zelotas. Están comprometidos en provocar un cambio social aunque sea con la violencia. Nada más contrario al mensaje de Jesús. Al afirmar que eran "pescadores que estaban pescando" alude al texto citado de Ez. 47,1-12, el único en que la pesca no tiene sentido de pesca militar. Se trata de "pescar" hombres en beneficio de los propios hombres, es decir, de los "pecados".

   Jesús llama también a Santiago el Zebedeo y a su hermano Juan. Llevan nombres hebreos y el patrimonio de la familia. Estos datos señalan un círculo judío más apegado a la tradición que la anterior pareja.

   En estas llamadas Jesús sólo invita a seguirle. Es como hacen los profetas. No se trata de ser fiel a una doctrina, sino del seguimiento. Aprender lo que es vivir cerca de Jesús y dejarse moldear por él.

   Compromiso:
   Aprender a ser discípulo de Jesús, viviendo como a él le gusta que sean sus discípulos.

martes, 10 de enero de 2012

Domingo II del Tiempo Ordinario. 15/01/2012. Ciclo B. Juan, 1, 35-42

   Es curioso que a Juan el Bautista, Juan en su evangelio nunca le aplica verbos de moverse, de cambiar de sitio. El Bautista se presenta como una figura estática mientras dura su misión, que no terminará hasta que Jesús comience la suya. Dice el evangelio de hoy, que estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo: "Este es el cordero de Dios". Al oir esto, los dos discípulos siguieron a Jesús y le preguntan que dónde vive. Lo llaman "Maestro" indicando que lo toman por guía. Además, en aquel tiempo, la misión del maestro no se limitaba a la transmisión de una doctrina, sino que, además, se aprendía un modo de vivir. La vida del maestro era pauta para la del discípulo. Esta es la razón por la cual preguntan a Jesús dónde vive.

   Los dos discipulos han de experimentar lo que es la convivencia con Jesús. Además, Jesús, según el comienzo del evangelio de Juan, está en la zona de la vida. Está donde Dios se hace presente entre los hombres y todo ello conlleva una experiencia personal que no puede conocerse por mera información. De ahí la necesidad de convivir con Jesús, de estar cerca de él. Como dijo el teólogo Danielu, la fe está basada en un contacto personal con Cristo. Y se refería a nuestra propia fe. En esta dirección debe ir la nueva evangelización, de la que tanto se habla hoy. Lo importante es el contacto personal con Cristo, con unas prácticas religiosas o con otras, aunque no debemos aferrarnos a dichas prácticas sino que estamos obligados a ser fieles a las prácticas originales del Nuevo Testamento, que no siempre coinciden con las de hoy, pues siempre hay una evolucíon histórica. Si supiésemos volver una y otra vez al Nuevo Testamento, nos adaptaríamos mejor a la evolución de los tiempos, porque la sencillez es maestra de la vida.

   Cuando los dos discípulos deciden quedarse a vivir con Jesús es la hora décima, o las cuatro de la tarde en nuestro cómputo. Poco después, comienza para los judíos el nuevo día. El evangelista desea comunicar que termina una época, la anterior a Jesús, y va a comenzar una nueva etapa.

   Aparece en escena Simón Pedro, de quien dice Jesús que lo llamaron Cefas (que significa Piedra). En este evangelio, Jesús nunca lo llamará Pedro (Piedra). El escritor del evangelio sí. No es muy correcta la traducción del libro de lecturas de la misa.

   Jesús es el Ungido, como afirma Andrés, porque al salir de su bautismo fue lleno del Espíritu y permanece en Él.

   Compromiso:
   Reflexiona sobre este comentario evangélico.

martes, 3 de enero de 2012

Domingo Fiesta del Bautismo del Señor. Ciclo B. 08/01/2012. Marcos, 1,6b-11

   Comienza el evangelio de hoy haciendo una aplicación metafórica de la ley judía del levirato. Cuando un hombre moría sin hijos, la ley prescribía que el hermano o un pariente próximo del difunto debía casarse con la viuda, de manera que los hijos que de ahí nacieran deberían ser considerénados hijos del difunto.  Si el hombre que tenía derecho a casarse con la viuda renunciaba a ello, otro podía apropiarse tal derecho. Esto se expresaba con una ceremonia en la que el pretendiente soltaba y quitaba las sandalias del que cedía, indicando así que se apropiaba de su derecho y tomaba su puesto.

   Israel se ha separado de Dios, se ha quedado sin Dios y es infecunda. ¿Quién le dará la fecundidad? No es Juan el que debe darle la fecundidad, es el que viene detrás de él, Jesús. Hablando de Israel, el esposo, según el Antiguo Testamento, tiene un papel exclusivamente divino. Por esta razón, Jesús es el nuevo esposo de Israel, o mejor, del nuevo pueblo de Dios que sobrepasa al pueblo de Israel. Nace, por lo tanto, una nueva alianza cuyas características vamos a ver a continuación.

   En el versículo 8 dice Juan el Bautista: "Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo".

   Juan, según bautiza sólo con agua, va anunciando que viene detrás otro que bautizará con Espíritu Santo. Son los mismos individuos los que han de recibir ambos bautizos. No podrán recibir el Espíritu Santo los que no hayan renunciado a las injusticias del pasado, que es lo que se pide en el bautismo de agua que realiza Juan. Esto me hace pensar que sería muy conveniente exigir al muchacho la renuncia clara y manifiesta, con una buena catequesis y preparación, de toda injusticia antes de recibir la confirmación. El bautismo - lluvia de Espíritu Santo - es vida para el futuro. Efecto típico del Espíritu es hacer que el hombre pertenezca a Dios. La fidelidad a Dios no debería depender de que exista una ley exterior que nos coaccione a cumplir, sino que dicha fidelidad nacerá del Espíritu que se nos comunicó. La norma externa queda sustituida por el impulso interno del Espíritu. Esa es la característica de la nueva alianza.

   Jesús no tiene injusticias a las que deba renunciar, pero se somete al simbolismo del bautismo de Juan. Dice el evangelio que mientras subía del agua, Jesús vió rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Es, sin duda una experiencia personal y mística del propio Jesús. Los cielos, en este evangelio no se abren, se rasgan. El compromiso de Jesús rasga el cielo, rompe la frontera en Dios y el hombre. Dios es padre en las alegrías y en las penas. Está cercano a nosotros. Lo rasgado queda irrevocablemente abierto, no hay cremallera ni botones para cerrarlo. Es el valor supremo de la entrega de Jesús, que es el Hijo amado, el predilecto.

   Compromiso:
   Renuncia eficaz y manifiestamente a las injusticias y ábrete al Espíritu.

 
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