martes, 15 de marzo de 2022

Domingo III de Cuaresma. 20-03-2022. Lucas 13, 1-9

En las tres lecturas de este domingo está muy clara la labor de alguien que haga apostolado. En la primera lectura, aparece Moisés que lo que hace es ir dejándose llevar por algo que realmente es admirable:la llama que arde sin consumirse. ¿Qué misterio hay en tí y en mi cuando nos dejamos llevar por la atracción de los misterios de Dios en nuestro corazón? ¿Qué maravillosa zarza está ardiendo en nuestro interior?. Es verdad, cuando nos acercamos a Dios, a menudo nos damos cuenta que nuestro corazón ya estaba ardiendo hacía algún tiempo, reclamando nuestra entrega, nuestro amor. Ya estamos entre las llamas que Dios nos tiene. Digámosle como Moisés:"aquí estoy". Y nos damos cuenta que estamos envueltos en el fuego de amor que Dios nos tiene. ¿Y a quién o a quienes nos envía Dios? ¿y...para qué? Para hablar del Señor... Dice el salmo 102, 1-8.11: El Señor es compasivo y misericordioso. Repitámoslo durante el día, y durante la semana como acostumbramos a hacerlo. Ya lo sabemos, es para ir acosstumbrándonos a la presencia de Dios. Si preferimos decirle a Dios otra cosa, vale también. I Corintios 10, 1-6, 10-12. Estamos en la segunda lectura. Es como una película de verdadero terror. En ella vemos que por seis veces, y seguidas, se repite el indefinido "todos". ¡Y eso que la roca espiritual que les seguía era Cristo! Sin embargo, la verdad es que la mayoría de ellos no agradó a Dios. Y, sin embargo, les seguía una roca espiritual, Cristo. Lo repito para que nos quede grabado: Cristo. Sin embargo, la mayoría no agradó a Dios, y sus cuerpos quedaron tendidos por el desierto. Y sucedió para que no codiciemos el mal. Pero, no olvidemos jamás la forma judía de escribir. Les gusta mucho la exageración para que grabemos algo en nuestro corazón y no lo olvidemos. Seguimos leyendo y ya no dice "la mayoría" sino "algunos de ellos". Y todo sucedía "alegóricamente" para enseñanza nuestra. La tercera lectura es de Lucas 13, 1-9. La enseñanza es maravillosa como la de la lectura anterior. Los buenos no se convierten en malos porque su sangre se mezcle con la de los perversos. Al contrario, si fueron buenos seguirán siendo buenos ante Dios. Lo importante es estar con Dios, estar convertidos a Dios. Ante Dios todos somos iguales, todos somos de Dios si estamos convertidos a él. Aunque caiga la torre de Siloé sobre nosotros. No es un castigo de Dios. Son cosas que suceden por lo que sea. Si Dios nos ama, nos sigue amando. Y seguimos viviendo junto a El y nos sigue amando. Después, el evangelio nos cuenta lo de la higuera que lleva tres años sin dar fruto y el dueño manda cortarla. Pero, lo que necesita esa higuera es alguien que la cultive y le dé mimo. El viñador se lo da. Y, el fruto se supone. Lo que nos enseña es la necesidad que tenemos de hablar de Dios con los demás y sembrar a Dios.

 
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