jueves, 12 de diciembre de 2019

III Domingo de Adviento. Ciclo A. 15-12-2019. Mateo 11,2-11

     Hoy es un día en el que salen muchas virtudes a relucir y que se irán viendo a través de las lecturas. Estas fechas de Navidad son días de preparación, de espera a que lleguen, a que nos inunden, a que nos transmitan su espíritu. Las palabras nos salen a borbotones, pero todas dicen lo mismo: ¡Alegría!

     La frase para memorizar la tomamos de la primera lectura: "Alegría sin límite en sus (nuestros) rostros... Quedan atrás la pena y la aflicción" (Isaías 35). Está cerca la Navidad.

     Isaías 35,1-6a.10 nos trae la primera lectura. Para comprenderla bien y poder experimentarla es necesario que nos dejemos invadir por la gloria y el amor de Dios, que irá llegando poco a poco a nuestros corazones si nos abrimos a Él. Pero, no sólo abrirnos nosotros, sino también fortaleciendo nosotros a los más débiles. Diciéndoles: sed fuertes, no temáis. Y animándolos. De esta forma llegaremos a la Navidad creciendo en el amor a Dios y estando cada vez más unidos a Él.

     La segunda lectura es de la carta de Santiago (5,7-10). Esta lectura se resume en que esperemos con paciencia y fortalezcamos nuestros corazones, porque por mucho que vivamos, la cita con el Señor llega pronto. La muerte está a la vuelta de la esquina y veremos al Señor cara a cara. ¡Que todo sea cuando Dios quiera! Durante el día, digámosle muchas veces a Dios, con el pensamiento, que lo amamos, que lo queremos. Esta es una de las formas de esperar con paciencia, y transmitamos esta idea a los que nos rodean.

     Y, ya en el evangelio, se trata de toda una referencia sobre el mensajero Juan. En éste, podemos vernos reflejados todos, ya que todos tenemos la obligación de trabajar por el reinado de Cristo. Todos somos su mensajero. Y así debemos considerarnos. El actual papa Francisco ha consagrado dos expresiones muy significativas para nosotros: "no balconear, sino callejear" y ser "Iglesia en salida". La primera nos invita a trabajar de verdad para que los demás vivan cerca de Dios. En los balcones, mirando, no se hace nada, no se trabaja, no nos relacionamos con los demás, no podemos sacar conversaciones sobre Dios. Por esa razón, nos pide el papa que salgamos de los balcones y bajemos a la calle, que nos relacionemos. Sin embargo, somos tan humanos que hay temas que fácilmente hacen surgir una conversación, como es el fútbol o la política. Pero con el tema de Dios, de la religión, es generalmente bastante más difícil. Deberíamos reflexionar sobre ello y ver las formas de lograrlo.

     La segunda expresión, "Iglesia en salida", hace referencia a la postura cómoda de muchos cristianos. Vamos a la iglesia a nuestras oraciones, a misa, a reuniones de uno o de otro. Con ello consideramos que ya hemos cumplido como buenos cristianos. Pero ¿hemos trabajado para extender el reino de Cristo? ¿Dónde está el ejemplo de Juan? Aunque no es el tema de hoy, no olvidemos que la oración es muy necesaria para que la obra de Dios fructifique. Ni oración sin acción, ni acción sin oración.

     Compromiso:
     Haz un esfuerzo para extender el reino de Cristo.


 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.