lunes, 18 de abril de 2011

Pascua de la Resurrección del Señor. 24/04/2011.Ciclo A. Juan, 20,1-9.

   Comienza hoy el evangelio mencionando este día como "el primer día de la semana". En efecto, Cristo resucitado inaugura una nueva vida que nosotros experimentamos por la fe y por su amor.

   Por la mañana temprano, es decir, al amanecer, María Magdalena va al sepulcro. Cuando ya debía dominar la luz, dice el evangelio que todavía había tinieblas. En el lenguaje de Juan, la tiniebla representa la ideología contraria a la vida que nos trae Jesús. La primera comunidad de judíos cristianos aún no tiene las cosas claras, vive en tinieblas, y se siente perdida sin Jesús. María Magdalena dice que "no sabemos donde lo han puesto", es decir, habla en nombre de otros, en nombre de la comunidad. Jesús era su fuerza y ahora no está, lo mataron. La comunidad aún no captó a Jesús en el espíritu y el misterio. No se da cuenta que ha resucitado.

   Pedro y Juan encuentran, en el sepulcro, los lienzos puestos, es decir, las sábanas puestas como en el lecho nupcial, expresando vida. El texo de la misa traduce mal y pone "vendas". El sudario, que había estado sólo sobre la cabeza, sin cubrir la cara, no está con las sábanas nupciales, sino aparte, envolviendo determinado lugar. También aquí se traduce mal y el misal pone "enrollado en un sitio aparte". Sin embargo no está enrollado sino envolviendo determinado lugar. Esta expresión extraña indica que tiene un sentido simbólico. En el evangelio de Juan "el lugar" designa siempre al templo de Jerusalén. El sudario, que indica muerte, envuelve al templo de Jerusalén. Sin embargo, el sudario no fue tapando la cara de Jesús, que indicaría su muerte total, como en el caso de Lázaro. El sudario sólo cubría, según Juan, la cabeza de Jesús. Su muerte era un sueño. El evangelio de Juan expresa, con su lenguaje propio, la resurrección de Jesús. La muerte no ha interrumpido la vida, simbolizada por el lecho nupcial preparado.

   El evangelista Juan no nos indica como reaccionó Pedro. Sólo dice que Juan, el discípulo amado, vió y creyó.

   Como hemos visto, en este evangelio, se hace continuamente referencia al problema de fe en la primera comunidad cristiana. Volvamos a recordar que cuando a Jesús se le llama "Señor" es de que se hace referencia a dicha primera comunidad.

   Compromiso:
   Como dice Pablo: ya que hemos resucitado con Cristo busquemos los bienes de allá arriba, donde está Cristo. 

 
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