martes, 30 de junio de 2015

XIV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 5/7/2015. Marcos 6,1-6

   Este domingo se presenta en sus lecturas como el día de los que predican el mensaje divino.

   La primera lectura (Exodo 2,2-5) nos presenta la llamada de un enviado a predicar el mensaje de Dios. El espíritu de Dios entra en él y le dice: Te envío a un pueblo rebelde. Sin duda, todos somos llamados a hablar las cosas de Dios. No hace falta una llamada especial, pues todos debemos velar por las cosas de Dios. Como termina la lectura: "Todos deben saber que hubo un profeta en medio de ellos".

   En 2 Coríntios (12,7b-10) se nos expone la segunda lectura. El que desea trabajar para extender el reinado de Cristo no tiene disculpas, si quiere hacerlo, el Señor está con él, eso nos dice la lectura. La fuerza se realiza en la debilidad. Los cristianos deberíamos volver al uso de un vocabulario religioso, como sucedió en otra época. "Hasta mañana, si Dios quiere; gracias a Dios; ¡Bendito sea Dios! (expresión de admiración, alegría...); ¡Jesús, María, José! (también como expresión)... y otras que sin duda, podemos recordar. Hay muchos que se quedan extrañados al oírlo, pero son expresión de una fe.

   Reúnete con amigos creyentes para pensar cómo puedes trabajar para extender el reinado de Cristo. Irás descubriendo, como le sucedió a Pablo, que la fuerza de Cristo reside en ti. 


   El evangelio de este domingo se desarrolla en la tierra de Jesús, es decir, en Galilea. Como el domingo anterior, el evangelista sigue usando el presente histórico, con lo cual, el fracaso de Jesús ante los seguidores de la institución religiosa judía, se sigue dando en tiempos del evangelista Marcos. Es la segunda vez que Jesús habla en una sinagoga. La primera vez fue un éxito, pero esta vez la reacción de los que escuchan va a ser muy diferente. Los que escuchan a Jesús se pregunta ¿no es este el hijo del carpintero? Así tratan de desacreditarlo. Un carpintero, en la época de Jesús, trabajaba además, de artesano, albañil, herrador. Siendo así, trabajando de estas cosas, ¿qué garantía puede ofrecer lo que predica? Ante este desprecio, Jesús queda desarmado.

   En otros lugares, Jesús había, entre otras cosas, expulsado muchos demonios, lo que en expresión judía equivale a decir que había librado a muchos de la adhesión fanática a ciertas ideologías de odio, poder y violencia sustentadas por el judaísmo radical. Pero, ahora, en su tierra, a Jesús le resulta difícil desideologizar a las gentes y liberarlas de ideas avasalladoras que las autoridades religiosas han ido cultivando en su corazón. Es decir, Jesús no podía expulsar demonios en su propia tierra. Esto demuestra hasta el extremo, la gran influencia del legalismo fariseo. Y, en efecto, la gran fuerza de muchas ideologías que hoy día tratan de meternos por la cabeza y que nos alejan de Dios.

   Compromiso:
   Reflexiona sobre qué ideologías pueden alejarte de Dios.

 
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