lunes, 7 de agosto de 2017

XIX Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A. 13-8-2017. Mat. 14, 22-33

   Podemos afirmar que en las lecturas de hoy subyace el tema de la fe. En un mundo como el actual, en el que la fe de las gentes parece derrumbarse, es muy conveniente retomar diversos aspectos concernientes a la fe y sacarlos a la luz del día.

   Para memorizar se propone sencillamente un trozo del versículo 11 de la primera lectura, que dice: "aguarda, que el Señor va a pasar".

   Y así entramos de lleno en dicha lectura (1 Reyes 19, 11-13). En la vida del creyente es fundamental saber, creer, sentir, experimentar, que Dios pasa a través de nuestras vidas de diferentes formas. Cuando una persona afirma que no cree en nada, podemos darle el siguiente consejo. Dile todos los días a Dios que si un día te lo hace ver claro, tu creerás en él. Eso sí, tienes que ser fiel en rezarle todos los días, con sinceridad. No canses. Ten por seguro que Dios pasa cerca de ti.

   Segunda lectura (Rom 9, 1-5). Aquí toca Pablo el tema de que los cristianos gentiles han ganado el favor de Dios en contra de los judíos, que crucificaron a Jesús. Así se lo creen los de procedencia gentil. Una división entre los primeros cristianos. También hoy tenemos división entre los cristianos e incluso entre los mismos católicos. Pongamos todos nuestro granito de arena y démonos un gran abrazo de paz y hermandad. Pero, el mismo Vaticano debe hacer examen de conciencia y ver la culpa que tiene en ello. ¡Hay que ver la gran oposición al Papa Francisco de parte de gente de la curia vaticana!

   En el evangelio, el de Jesús andando sobre las aguas, vemos retratados a aquellos primeros cristianos padeciendo una persecución. Jesús es un hombre de profunda oración. De acción para extender el evangelio y de oración que le sale del interior. Después de despedir a la gente, sube al monte para orar a solas. Los discípulos, no sólo los apóstoles, lo esperan a la otra orilla. Jesús ora hasta la madrugada.

   Este evangelio nos dice en lenguaje judío que Jesús es Dios, pues "andar sobre el agua" era atributo propio de Dios. Además, cuando los discípulos creen que Jesús es un fantasma, él contesta "soy yo". Con esta misma fórmula, se manifiesta Dios en el Antiguo Testamento.

   La fe ocupa un lugar fundamental en este evangelio, pues los cristianos padecen persecución, como decía más arriba. La reacción de los cristianos debe ser la oración profunda, no lo que vulgarmente llamamos rezos, oraciones hechas que recitamos de memoria. Es la que Jesús hace hasta la madrugada. Es la que en otros comentarios del evangelio nos hacía experimentar la presencia de Dios, presencia que tenía un nombre entre los judíos: la Shekhinar. Con esta clase de experiencia divina se vence cualquier tipo de persecución, de tempestad. Sentimos que el Señor pasa cerca de nosotros como nos dice la frase que memorizamos hoy.


   Compromiso: aprender a hacer oración, a hablar con Dios.


 
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