viernes, 22 de diciembre de 2017

IV Domingo de Adviento. Ciclo B. 24-12-20174. Lucas 1,26-38

   Hoy es el día en que todos encontramos la gracia de Dios, que está esperándonos con los brazos abiertos. ¿No hemos sentido alguna vez en nuestra vida la necesidad de sentirnos cerca de Dios? ¿Hemos sido felices con Él? Si hemos disfrutado de estas experiencias, aunque nos hayamos alejado de Dios a lo largo de la vida, puede resultarnos fácil volver a su encuentro y dejarnos abrazar por Él.

   Como frase a memorizar se propone la del ángel: "María, has encontrado gracia ante Dios" (Lucas1).

   En la primera lectura (2 Samuel  7,1-5.8b-12.14a.16) el rey David desea construir algo digno para Dios, ya que él, como rey, vive en una casa del mejor material. Dios le responde recordándole todo lo que hizo por él. Como colofón de todo, Dios le dice a David que cuando se acueste con sus padres, Él mismo será para él padre, y David su hijo. Con estas palabras podemos morirnos en los brazos de Dios y confiarnos plenamente en Él, que será para nosotros padre, y nosotros seremos su hijo.

   La segunda lectura (Romanos 16,25-27) nos presenta a Jesús como el que nos revela los misterios de Dios. Dejémonos llevar por él y nos irá descubriendo sus misterios en la Sagrada Biblia.

   En el evangelio, el ángel dice a María que ella ha encontrado gracia delante de Dios. Reflexiona y pregúntate si también tu estás en disposición de encontrar gracia ante Dios. No te examines conforme a los cánones de la religión, sino ante tu conciencia, delante de Dios. Y con toda humildad. Sin duda que, en medio de todas tus debilidades, Dios está a tu favor, porque él te ama. Y María, la madre, no digamos.

   Al hijo de María, Jesús, Dios padre va a darle el trono de David, con todo su a trasfondo judío de lenguaje metafórico. La virgen, la muchacha, la joven, que así puede traducirse la palabra original, pregunta cómo puede esperar un hijo si no conoce varón. El ángel le responde diciéndole que el Espíritu Santo vendrá sobre ella y la fuerza de Dios la cubrirá con su sombra. Debió ser una experiencia religiosa tan maravillosa que María contesta: "He aquí la esclava del señor, hágase en mi según tu palabra". Y el ángel se fue. Es decir, se terminó dicha experiencia.

   Como con la virgen María, Dios quiere establecer contigo una relación personal de amistad, siempre para tu bien. De ti depende la aceptación. Dios te espera con los brazos abiertos. Y María también. No los defraudes.

   Compromiso: piensa en la relación personal de amistad con Dios.


 
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