miércoles, 16 de agosto de 2017

XX Domingo del TIempo Ordinario. Ciclo A. 20-8-2017. Mateo 15,21-28.


   En este domingo domina el tema de la salvación universal. Dios se ocupa de la salvación, no sólo del pueblo judío, sino de los extranjeros, de los gentiles, de todos en una palabra. Pero son tres los ejes sobre los que se ancla dicha enseñanza: la oración del que practica la justicia, la misericordia de Dios, y la fe. Una verdadera oración abarca los tres aspectos, y por esta razón se propone como frase a recordar la de Isaías 56,7: "Mi casa es casa de oración".

   La primera lectura se toma de Isaías (56,1.6-7). En ella se habla de los extranjeros que aman el nombre del Señor, del verdadero Dios. Él los llevará a su casa de oración, es decir, los hará personas de oración. Sea en el templo o fuera de él, será verdadera oración, no puramente rezos. Será entrar en contacto con Dios, hacer la oración como la hace Cristo, que el domingo pasado se retiraba solo, al anochecer, para orar.

   Romanos 11,13-15.29-32 es la segunda lectura. Se resume en la frase final: "Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos". Todos hemos pecado, Dios lo ve y lo sabe. Y él se ha decidido a tener misericordia de todos. Y sepámoslo, como nos dice esta misma lectura, los dones y la llamada de Dios son irrevocables.

   Si en la segunda lectura el tema se refería a la salvación de todos, en el evangelio y en la primera lectura Dios tiene en su punto de vista a los que no pertenecen al pueblo judío, a los extranjeros. Mateo nos relata el pasaje de la mujer cananea. Para situarnos, afirmar que se llamaban cananeos a los fenicios que vivían en el territorio que posteriormente ocuparon los hebreos. Esto nos hace ver que la mujer, aunque pagana, vivía entre los israelitas y conocía sus tradiciones. Por eso llama a Jesús "Hijo de David".

   La aparente repulsa que manifiesta Jesús estimula la fe de la mujer pagana, Aún así, la mujer, que reconoce no tener derecho a pedir ayuda, espera conseguir lo que pide. Pero está dominada por una ideología: la de creer en el absoluto privilegio de Israel. Con Jesús, los paganos no son inferiores a los de Israel. Todos pueden ser de Cristo. Sólo cuando la mujer cananea salta por encima de dicha discriminación, sólo entonces, Jesús cura a su hija. La mujer reconoce que la bondad de Jesús alcanza más allá de los límites del pueblo de Israel. Y Jesús le dice: "¡Qué grande es tu fe, mujer! Que se cumpla lo que pides". Y quedó curada su hija.

   La mujer cananea es figura de la condición de los paganos. Ella y su hija representan el sentimiento de inferioridad ante Dios, de los que no se sienten su pueblo. Madre e hija están poseídas por dicha ideología contraria a Dios. Ellas viven con el deseo de encontrar la salvación en Jesús.


   Compromiso: lo que no va conforme al evangelio es ideología, aunque provenga de la curia vaticana que legisla. ¿Encuentras alguna ideología actualmente en la Iglesia? ¿La admites o la rechazas? Actúa cristianamente en consecuencia.


 
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