martes, 26 de marzo de 2013

Domingo de Pascua de Resurrección. Ciclo C. 31/03/2013. Juan 20, 1-9

   La primera lectura de este domingo de Pascua de Resurrección tomada del libro bíblico de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 10, versículos del 37 al 41, se desarrolla en la iglesia doméstica de la casa de Cornelio. Estas iglesias o comunidades domésticas fueron muy importantes en la primera propagación de la Iglesia. Las presidía, incluso para la celebración de la eucaristía, el señor o la señora de la casa. Las comunidades de base deberían saber activar estas iglesias domésticas, que podrían atraer a muchos cristianos no practicantes y hacerles experimentar muchas vivencias espirituales.

    La segunda lectura de la carta a los Colosenses, 3, 1-4, nos dice que si hemos resucitado con Cristo debemos buscar las cosas de arriba. Si hemos resucitado con Cristo, es decir, si lo hemos aceptado por la fe, debemos ser consecuentes y serle fiel. En la Biblia, la fe implica compromiso. Por consiguiente, la fe en Cristo implica comprometerse a serle fieles, a defenderlo, a ser consecuentes, a buscar las cosas de arriba. Esta es la principal enseñanza de la segunda lectura de este domingo.

   El evangelio de hoy nos habla de la resurrección del Señor. Sobre las apariciones, hay el ciclo de las apariciones en Galilea que presupone Marcos y registra Mateo y el ciclo de Judea que registra Lucas. Ambos ciclos se encuentran en el evangelio de Juan. El ciclo de Judea en el capítulo 20 y el ciclo de Galilea en el capítulo 21.

   Las personas judías de aquella época creían que el espíritu de una persona muerta estaba durante tres días alrededor de la tumba. Esos días los aprovechaban para visitarla con más interés.

   Dice el evangelio de hoy que, cuando María Magdalena va al sepulcro, aún está oscuro. Juan usa las palabras "oscuro" y "oscuridad", a menudo, para hablar de la oscuridad espiritual. Quizá la Magdalena vivía todavía en dicha oscuridad. Por lo que se deduce del evangelio de Juan, María Magdalena ni siquiera considera que Jesús haya resucitado de entre los muertos. Dice que se han llevado el cuerpo del Señor. Sin embargo, los lienzos hacen ver que el cuerpo de Jesús no fue robado. Los salteadores de tumbas no habrían abandonado unos lienzos de lino valioso, ni hubieran perdido el tiempo en quitarlos aumentando el riesgo en ser descubiertos. Lo mismo podemos afirmar de las autoridades judías, si estas hubieran intentado hacer desaparecer el cuerpo de Cristo. Por esta razón, los lienzos echados o extendidos y el sudario no por el suelo, sino enrollado, pueden ser una evidencia visual de la resurrección de Jesús.

   Dice este evangelio, que "el otro discípulo vió y creyó". No comprende la Escritura o Biblia, pero se encuentra, sin saber por qué, entre la esperanza y la fe. No entiende lo que ha pasado, pero siente en lo profundo de su alma que debe ser algo maravilloso. Muchos llegan a la fe precisamente de esa manera. Todos intuimos que existe algo maravilloso detrás de la fe.

   (Sería conveniente completar con el comentario del mismo evangelio del Domingo de Pascua de Resurrección de 04/04/2010)

   Compromiso:
   Mira a ver si eres capaz de descubrir lo maravilloso que hay detrás de la fe y en el fondo de tu alma.

 
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