martes, 16 de febrero de 2021

I Domingo de Cuaresma. 21-2-2021.

    En este domingo, primero de Cuaresma, empezamos a reflexionar más vivamente que en el  resto del año, sobre la nacesidad de convertirnos y vivir cerca de Dios no cometiendo pecados. Es decir, viviendo en gracia de  Dios. Este tiempo de reflexión y de penitencia dura cinco semanas y le llamamos el tiempo de Cuaresma. Cuando este tiempo termine vendrá la Semana Santa y el Tiempo de Resurrección.

   Hoy, primer domingo de Cuaresma, se nos invita a meditar sobre la tentación y la necesidad de convertirse y ser fiel a Dios.

   La primera lectura de la misa de hoy se toma del libro del Génesis 9,8-15. Dios establece una alianza con la humanidad, la explica con palabras humanas y da como señal, como recuerdo humano de dicha alianza, el arco iris. Cuando veamos el arco, digámosle a Dios que le amamos de verdad y que no queremos cometer pecados.

   Busquemos en la Biblia el salmo 24 y recemos despacio, con amor y cariño hacia Dios, los versículos del 4 al 9. 

   La segunda lectura es de la primera carta de Pedro 3, 18-22. Nos recuerda que Cristo, aunque fue muerto en la carne fue vivificado por el Espíritu Santo. De todo ello, es símbolo y realidad nuestro propio bautismo. ¿Visitamos alguna vez la pila de nuestro propio bautismo y le prometemos a Dios ser fieles a nuestra fe?

   El evangelio de hoy o tercera lectura es de Marcos 1,12-15. Jesús, empujado por el Espíritu, se fue al desierto para hacer penitencia durante cuarenta días. Después se va a Galilea a predicar el evangelio y dice: convertíos y creed en el evangelio. Con el demonio no podemos mantener una conversación, porque terminó convenciéndonos. Al demonio solo podemos responderle con oración, con la palabra de Dios. Si mantenemos una conversación, como hizo Eva, estamos perdidos. Caemos en la tentación.

   Recuerda este evangelio y ten presente que estamos en Cuaresma. Es tiempo de hacer penitencia, es decir, es tiempo de realizar algún sacrificio. 

   Ojalá de este tiempo de Cuaresma no dejemos pasar ni un solo día sin hacer algo de oración. Pero, no olvidemos que la oración a Dios pasa también por la relación de unos con otros. Por una relación buena, se entiende. 


   Propósito: siguiendo la segunda lectura, que se tomó de 1 Pedro 3,18-22, completa la siguiente frase: ...el bautismo no es purificación de una mancha física, sino petición a Dios de una buena conciencia...

 
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