jueves, 22 de febrero de 2018

II Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 25-2-2018. Marcos 9,2-10

   Hoy, en las tres lecturas bíblicas de la misa sale la palabra "hijo". Y en las tres hay una relación con las experiencias místicas. Este es el ambiente religioso en que nos movemos en la misa de hoy. Como frase a recordar podemos escoger la del evangelio, que dice: "Este es mi Hijo amado, escuchadlo". Son palabras de la Transfiguracion del Señor.

   Si nos echamos continuamente en los brazos de Dios y nos dejamos llevar amándole de verdad, así un día y otro, vamos camino de experiencias místicas, sentiremos que tenemos o que vivimos en contacto con Dios. Pero todo esto debemos vivirlo en humildad y dando gracias al Señor.

   La primera lectura tomada del primer libro de la Biblia, Génesis (22,1-,.9-13.15), nos presenta el relato sobre el sacrificio de Isaac. Nueve veces aparece la palabra "hijo", lo que pone de manifiesto su importancia. Los pueblos antiguos anteriores a Abrahán ofrecían a Dios, en sacrificio, a alguno de sus hijos. Es la costumbre que sigue Abrahán, pero Dios no lo quiere. Con esta relación tan profunda con Dios y la gran entrega a Él, no cabe duda que Abrahán es un hombre con experiencias místicas.

   La segunda lectura (Romanos 8,31b-34) comienza con la frase "Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?". Esta frase vivida en plenitud va camino de acercarnos tanto a Dios que sintamos sus radiaciones como los rayos que se desprenden del sol.

   El evangelio nos presenta una de las grandes experiencias místicas que tuvo Jesús en su humanidad. Los cristianos orientales, durante la oración, se sentían inspirados por el Cristo transfigurado en el monte Tabor. La fiesta de la Transfiguración es muy importante para las Iglesias ortodoxas orientales, porque es una manifestación de Dios.

   Simeón (949-1022), abad del monasterio de San Mamés en Constantinopla, llamado "el nuevo teólogo", afirmaba que un verdadero cristiano era el que tenía una experiencia consciente del Dios que se reveló en la humanidad transfigurada de Cristo. Esto nos pone de manifiesto la importancia de la fiesta de hoy. Afirmaba también que las experiencias de Dios solamente se pueden tener a través de la oración y la Eurcaristía. Según él mismo, el reino anunciado por Cristo en los evangelios era una unión con Dios que todos podían experimentar aquí y ahora, sin necesidad de tener que esperar a la otra vida.

   Es doctrina firmemente basada en los Padres de la Iglesia. Pero no interpretemos equivocadamente lo dicho hasta aquí. La oración de Jesús está siempre impregnada de amor a los demás. Sin este amor a nuestros semejantes no hay verdadero amor a Dios, y por lo tanto no hay vida mística.


   Compromiso: reflexiona sobre que "un verdadero cristiano es el que tiene experiencia consciente de Dios".


jueves, 15 de febrero de 2018

I Domingo de Cuaresma. Ciclo C. 18-2-2018. Marcos 1,12-15

   Hoy es el primer domingo del tiempo litúrgico que comenzó con el miércoles de Ceniza. Durante este tiempo mantengamos la mirada puesta en la Pascua como la gran victoria de Jesús. Situémonos definitivamente en la senda de Jesús.

   Tanto en la primera como en la segunda lectura se nos presenta una señal o símbolo de la salvación que nos trae Dios y que proclamará en el evangelio. Cuando veamos un arco iris, acordémonos de que Dios nos ama tanto en las alegrías como en las más duras penas. Al final de la lluvia siempre el sol nos trae el arco iris. Dibujémoslo alguna vez con estos mismos pensamientos. Esta es la enseñanza de la primera lectura, tomada del primer libro de la Biblia, Génesis 9,8-15.

   La segunda lectura de esta misa es de la 1ª carta de Pedro 3,18-22. Nos dice que a Jesús podemos verlo desde dos perspectivas: como hombre y como poseedor del Espíritu. Como hombre pudieron matarlo, pero como poseedor del Espíritu volvió a la vida. Nosotros debemos dar una importancia total y definitiva al Espíritu en Jesús y en nosotros. Por el símbolo de las aguas -tanto del diluvio como del bautismo- se nos recuerda la salvación de Dios. Pedro nos dice que pidamos a Dios una conciencia pura, con todo lo que esto puede significar para un creyente.

   El evangelio nos dibuja, con un simbolismo muy real, el escenario donde Jesús va a realizar su actividad para enseñar su mensaje. Por unos o por otros, más de una vez en la vida se tratará de persuadirle para que abandone el ritmo que lleva. Por su manifiesto compromiso con la gente para llevarla a Dios y liberarla de esclavitudes, incluso religiosas, algunos tratarán de convertirlo en líder político que pueda conquistar el poder. A Jesús nadie le comprende, está muy solo. Está en un desierto. Este es el escenario de su vida.

   Allí en el desierto estuvo cuarenta días tentado por Satanás, entre las fieras. Y los ángeles le servían. El número cuarenta señala un periodo de tiempo en el que perdura la misma situación, en este caso de soledad. Satanás es quien desea que la obra de Dios no siga adelante. Las fieras son los poderes opresores, religiosos o políticos. Van a la par con Satanás. Dice el evangelio que los ángeles le servían, y en Marcos los ángeles pueden ser hombres, son los que colaboran con Jesús.

   Como se ve, este relato es totalmente metafórico, pero pinta muy realmente el escenario donde se va a desarrollar la vida de Jesús. Este no saldrá del desierto si no es con su muerte.

   Hoy podemos preguntarnos: ¿Está Jesús en el desierto, solo, abandonado? ¿Le ayudamos? ¿Su obra va hacia adelante o retrocede? ¿Ponemos en práctica el evangelio? ¿Vivimos la fe? ¿Seguimos el evangelio, o nos entretenemos con determinadas órdenes vaticanas? Este evangelio nos presenta un gran espacio para meditar. Es exigente, pero da mucha alegría.

   Compromiso: comprométete a algo para aliviar el desierto de Jesús.


jueves, 8 de febrero de 2018

VI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 11-2-2018. Marcos 1, 40-45

   Conviene recordar que hoy se celebra la colecta de la campaña contra el hambre en el mundo.

   Por otra parte, las lecturas de este domingo tienen una gran transcendencia en el tiempo en que vivimos. Sólo tenemos constancia de un mínimo porcentaje de la oposición que se hace al Papa Francisco. La realidad es que esta oposición es grandísima, según las crónicas. Las instituciones del Vaticano se han pasado condenando a buenos teólogos, de los que el Papa Francisco ya ha rehabilitado algunos. Por aquí van las enseñanzas bíblicas de hoy. Y recordemos que la Santa Biblia es Palabra de Dios.

   Como frase a recordar:"Se acercó a Jesús un leproso pidiéndole de rodillas: si quieres, puedes limpiarme". Pero recordémosla conforme a su verdadero significado.

   En la primera lectura (Levítico 13,1-2.44-46) se presenta la mentalidad que imperaba en tiempos de Jesús y que debemos tener en cuenta para el comentario del evangelio.

   La segunda lectura (1Corintios 10,31-11,1) nos presenta una enseñanza importantísima para nuestra propia vida cristiana. Debemos hacerlo todo para gloria de Dios, nos dice San Pablo. Pero, según la experiencia de los místicos cristianos, debemos vivir recordándonos de Dios, es decir, debemos vivir en su presencia. Humanamente es imposible vivirla de modo continuo. Pero sí podemos acordarnos de Dios varias veces al día y decirle que lo amamos. Escojamos cuatro o cinco momentos para ello y vivámoslo así diariamente.

   Sobre el evangelio debemos empezar afirmando que en tiempos de Jesús el leproso no tenía acceso posible a Dios, no pertenecía por tanto al pueblo elegido. Jesús derrumba los cimientos teológicos existentes en su época, en el pueblo de Dios. En parte es la misión que se presenta hoy día al Papa Francisco: proponer una teología conforme al evangelio. De hecho, es lo que ya pidió a los teólogos. A través de los tiempos, los organismos y congregaciones vaticanas han ido acumulando obligaciones y criterios que terminan alejándose de la voluntad divina y alejándose del evangelio.

   La lepra era una enfermedad de la piel, con inflamaciones, sarna, llagas y otros signos que alejaban totalmente de Dios. El leproso era el prototipo de toda marginación. Dios no lo miraba. Sabiendo esto, le dice a Jesús: "Si quieres puedes limpiarme". Con el verbo limpiar, el evangelista subraya el aspecto religioso, equivalente a purificar. Y Jesús, conmovido, lo toca. El verbo conmoverse, en el Nuevo Testamento, se aplica solo a Dios y a Jesús. Aquí, Marcos le da a Jesús un atributo divino: es Hijo de Dios, se comporta como Dios.

   La ley religiosa prohibía tocar al leproso, pero Jesús lo toca. Para Jesús, antes que la ley está la persona. Y eso que según la ley Jesús quedaría impuro al tocarlo. Esta es la batalla que le toca liderar a Francisco: poner a la persona y al evangelio por encima de algunas leyes que hay en la iglesia. La oposición que tiene es muy grande. Recemos mucho por él.


   Compromiso: en tus oraciones acuérdate del Papa. Reza poniendo interés en lo que dices.


jueves, 1 de febrero de 2018

V Domingo del Tiempo Ordinario, Cilclo B, 4-2-2018. Marcos 1, 29-39

V Domingo del Tiempo Ordinario, Cilclo B, 4-2-2018. Marcos 1, 29-39

La tercera y cuarta lecturas nos habla de la necesidad de predicar el evangelio, la buena noticia de Dios, mientras que la primera nos presenta lo que es el hombre sin moverse en el conocimiento de Dios; Por estar esta razón, debemos hacer nuestra, recordarla y repetirla a menudo, la frase de Pablo: “¡ay de mí si no evangelizo!”.

La primera lectura a través del libro bíblico de Job (7, 1-4. 6-7) nos hace ver la vaciedad de la vida, y su amargura, sin la perspectiva de Dios. Para el que no tiene Fe, la vida es como un soplo y los ojos no verán jamás la dicha. Con la muerte se acabó todo.

Pero, ya con la segunda lectura, (1 Corintios 9, 16-19. 22-23) la perspectiva cambia. La presencia del evangelio nos urge a los creyentes a  predicar.  No podemos ver la vida con la ceguera que se presenta en la primera lectura. Hoy día, muchas personas se creen adultas y les parece que sobra Dios. Pero, Pablo nos dice que predicar el evangelio, ya de por sí, es la mejor paga que puede recibir. El disfruta haciendo, o llevando a los demás la gran luz que proviene de Dios.

¿Y nosotros? ¿Aprovechamos los momentos oportunos para hablar con los demás de las cosas de Dios?

El evangelio nos presenta dos aspectos: Uno la mentalidad política y social de la época y otro la vida de oración y unión con Dios Padre que tiene Jesús como fundamento de su predicación.

La primera parte se expresa con metáforas. No aparecen las palabras enferma,  enfermedad o curación, solamente se menciona fiebre. Esta palabra se expresa dos veces y las dos con palabras que derivan de fuego, ardiente, ardor. La metáfora de la fiebre como fuego proviene del profeta Elías. El fuego termina siendo figura de ciertos grupos de la época de Jesús, que tenían un ardiente celo reformista y violento, como eran los zelotas, en concreto Simón. En este caso, Jesús no libera de una enfermedad a la suegra de Simón, la libera de una ideología. Presta su fuerza, presta su mano sin conminar  a la fiebre y levanta a la mujer desapareciendo aquella. La fiebre representa una ideología de modos violentos incompatible con el programa de Jesús. Los deseos de cambio propios de su mensaje no son compatibles con los métodos violentos.

El evangelio de hoy pone equivocadamente la palabra “enfermos” en vez de “los que se encontraban mal”. Expresa según exequilel 34, 4 la indiferencia de los gobernantes ante el sufrimiento del pueblo. Los endemoniados son los fanáticos alienados por ideologías nacionalistas y violentas, inaceptable para Dios. Aún hoy, ante uno demasiado enfurecido decimos “Está endemoniado”.

Una vez más nos presenta, el evangelio a Jesús como un hombre de mucha oración y fiel a su misión de predicar.

Imitemos a Jesús en saber reconducir a los que se exaltan; En ser personas de oración y en propagar la palabra de Dios.

Palabras clave: endemoniados.

Compromiso: Tener vida de oración.



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