miércoles, 2 de febrero de 2022

Misa Domingo V del Tiempo Ordinario. 06/02/2022

Hace poco leí: "Dios siempre se adelanta y siempre nos espera". La primera lectura de la misa de hoy nos expresa cómo el Señor, nuestro Dios, nos mira de verdad. Los ángeles se miran uno a otro y se dicen: "¡Santo, santo, el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!". Que el Señor me mire de verdad, es un tesoro. Me conduce de verdad, a mirarme a la cara y llorar. Dios, en su amor, me mira a la cara para amarme, para perdonarme. ¡Así es Dios! Qué maravilla tocar a Dios y ¡cómo nos hace vibrar!. Que se traduce: ¡Cómo nos ama! ¡Cómo nos abraza! ¡Cómo nos quiere! Y por esta razón, por este su amor, ha desaparecido nuestra culpa y está perdonado nuestro pecado. Mándame para darte a conocer. Aquí estoy, mándame. Con el salmo 137 repitamos varias veces: "Delante de los ángeles tocaré para ti, Señor". Repitámoslo durante el día hasta el día 13, próximo domingo. Así, iremos aprendiendo a estar en la presencia de Dios. Nos es muy necesario a todos, y sobre todo a los que vivís en sitios donde no se permite a los cristianos practicar sus vivencias de creyentes. La segunda lectura es de 1Corintios 15, 1-11. Pablo sabe que el evangelio de Cristo es el que le hace sentirse salvado o estar salvándose. Estas experiencias que él siente en su interior son las que él desea que experimenten aquellos primeros cristianos. Sabemos que nuestra experiencia cristiana es un contacto personal con Cristo. Cristo en persona está a nuestro lado y él nos fortalece y nos ayuda de verdad. Lucas 5, 1-11. El evangelio nos presenta a Jesús junto al lago de Genesaret, subido en la barca de Simón Pedro y hablando a la gente. No se nos dice lo que les enseñó, pero manda a los apóstoles que echen las redes. Los apóstoles le replican diciendo que ya han estado bregando toda la noche, pero no han logrado pescar nada. No obstante, echan las redes y el resultado es fabuloso, es enorme, hasta el punto de que casi se hundían. Pedro se da cuenta de lo que representa Jesús, aunque como nos sucede a todos nosotros, aún irá descubriéndolo cada vez más. Vivamos cada vez más nuestra experiencia de Cristo, que es la experiencia del mismo Dios tocándonos el corazón. Mantengámonos fieles a la cercanía con Dios. Lee más de una vez este comentario y vete profundizando en la lectura. No te pesará.

 
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