martes, 4 de agosto de 2009

Domingo XIX del Tiempo Ordinario. 09/08/2009.Juan 6,41-51

Cuando el evangelista Juan menciona a los judíos, se refiere generalmente a los que apoyan el régimen religioso judío. Estos son los que critican a Jesús. Conocen su origen humano, conocen a sus padres. Vienen a decir que, siendo un hombre, está usurpando el puesto de Dios (v.v. 41-42).

Para adherirse a Jesús hay que dejarse llevar por el Padre. Jesús llama Padre a Dios. Pero, los judíos adictos al régimen religioso no creen en el amor que Dios tiene a los hombres. Por eso, parapetados en su teología, no saben ser dóciles a Dios, no aceptan a Jesús. Igualmente, algún saber de Dios o alguna teología católica no nos permite una experiencia evnagélica sino, más bien, una experiencia de sometimiento a la Ley, como la de los judíos. Los fariseos creían en la resurrección, pero como premio por cumplir la Ley. Y la Ley no hay quien la cumpla plenamente. Jesús resucitará a los que se adhieran a él (v. 44).

En el v. 45, Jesús menciona un texto profético (Is. 54,13)que se ponía en relación con Ir. 31,33s. Isaías dice: "Todos tus hijos serán discípulos del Señor". Jesús elimina de la frase la expresión "tus hijos" y dice: "Todos serán discípulos de Dios". "Tus hijos" serían los judíos, pero, en frase de Jesús, ahora todo el mundo podrá ser discípulo de Dios, que es Padre. La nueva comunidad cristiana no será continuación ni restauración de Israel, sino que estará abierta a todo el mundo.

Jesús tiene una experiencia inmediata de Dios. Es su Padre (v. 46). Y, por eso, puede afirmar que el que cree tiene vida eterna (v. 47).

Dice Jesús: "yo soy el pan de vida"(v.48). Para los judíos, el pan de vida era la Ley con todos sus mandamientos. Ahora, es Jesús el pan de vida. El da al hombre la vida para siempre.

Jesús, como pan del cielo, baja sin cesar para dar vida a los que se adhieren a él. Jesús es el pan de vida. Con ello, resume todo el pensamiento de esta pasaje, antes de decirnos cómo va a ser alimento.

En el v.51, leemos: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". La carne es una realidad humana. El Espíritu se manifiesta en las realidades humanas. Los dones divinos tienen su expresión en el hombre, y a través del don de la carne de Jesús, Dios quiere entrar en el campo de la experiencia humana.

Práctica:
Amando a Jesús, saber discrepar de la teología más o menos oficial que es predicada o enseñada.

 
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