miércoles, 9 de enero de 2019

Fiesta del Bautismo del Señor. Ciclo C. 13/01/2019. Lucas 3, 15-16.21-22

   Si algo flota en las lecturas de la misa de este domingo es que con Jesucristo ya no hay distancia entre Dios y el hombre. Como dice el Papa Francisco, Jesús vino precisamente para quitar la distancia entre el hombre y Dios.

   Como frase a recordar, se propone la del evangelio que dice: "El os bautizará con Espíritu Santo y fuego" (Lucas 3). 

   Isaías (42, 1-4. 6-7) nos da la primera lectura bíblica. En ella se nos da un retrato de como obra Dios, a menudo. Es un retrato que puede muy bien reflejar la situación de hoy día: el Señor no quebrará la caña cascada ni apagará la mecha vacilante. Las débiles voces que hoy resuenan a favor de Dios, no serán apagadas. Se abrirán los ojos de los ciegos, saldrán de la prisión los que habitan en las tinieblas. El mundo de debilitará en amor a Dios, pero Dios seguirá amando al mundo y este reaccionará volviendo al camino de Dios.

   La segunda lectura se recoge del libro de los Hechos (10, 34-38). Nos dice que Jesús de Nazaret fue ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien, Dios estaba con El y pasó curando a los oprimidos por el diablo, es decir, volviendo a Dios a los que se habían olvidado de El.

   En el evangelio, preguntan a Juan si es él el Mesías o si tienen que esperar a otro. Juan, con gran rapidez, afirma: "El (Jesús) os bautizará con Espíritu Santo y fuego". Juan tenía una visión muy clara de la nueva vida que nos iba a traer el Mesías, Jesús. Los judíos tenían una idea muy clara de lo que era, o de lo que significaba, venir sobre uno o posarse sobre su cabeza el Espíritu Santo. Se dice de algunos judíos que, cuando leían la Sagrada Biblia o Palabra de Dios, se transfiguraban y llenaban del Espíritu Santo. Que Jesús era un hombre de mucha oración, de una fuerte unión con Dios, su Padre, lo sabemos por los mismos evangelios. Es, por lo tanto, muy normal que el Espíritu Santo viviera en él y se manifestara.

   El evangelio de hoy termina diciendo que Jesús fue bautizado por Juan Bautista y mientras oraba se abren los cielos y el Espíritu Santo baja sobre él en forma de paloma, saliendo del cielo, una voz que decía: Tu eres mi Hijo muy amado, en ti están todas mis complacencias.

    No  cabe mejor expresión de la unión de Jesús con Dios Padre. En Jesús se complacen, de verdad, el Padre que lo ama y el Espíritu Santo que viene sobre él. Todo sucede mientras Jesús oraba. Hoy día, la gente ora muy poco y lo que es peor, se usa la oración como un talismán para conseguir cosas puramente materiales. Nos bastaría observar muchos de los mensajes que llegan a los móviles. Y así hay personas, y es real, que cuando Dios no les concede algo, más o menos serio, se enfadan muy seriamente con El. Seamos personas de verdadera oración y aprendamos a conformarnos con la voluntad de Dios, que él siempre hace las cosas bien.

   Compromiso:
   Ser persona de auténtica vida de oración acordándose de Dios varias veces al día. Decirle que lo amamos.

 
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