martes, 26 de junio de 2018

XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 01/07/2018. Marcos 5,21-30.33-43

   Las lecturas de este domingo, de una forma u otra, exaltan la vida. No perdamos esto de vista si no queremos perdernos en una diversidad de aspectos.

   La frase que merece la pena subrayar y memorizar es la que dice Jesús en el evangelio, a saber: "Hija, tu fe te ha salvado". Se lo dice a la hemorroisa.

   En este domingo se debe tener en cuenta que, según un análisis riguroso del texto evangélico, no debe tomarse todo al pie de la letra sino por su significado.

   La primera lectura se toma del libro bíblico Sabiduría 1,13-15;2,23-25. La idea que subyace es que Dios es Dios de vida. Dios creó al hombre para la inmortalidad. Tengamos fe porque así es. Vivamos siempre de la fe en Dios, fiémonos de El.

   La segunda lectura es de 2 Corintios 8,7-9.13-15. Empieza mencionando aquello en que sobresalen los cristianos de Corinto, es decir, en su fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el amor. ¡Qué contestarían nuestros cristianos si se les preguntara en la homilía de un domingo! ¿Hablan de Dios o cosas de Dios con los demás? ¿Hacen del amor el profundo contenido de su oración? ¿Saben ir con los tiempos sin alejarse de Dios? ¡O ya no dicen totus tuus (todo tuyo) como decían a uno de los anteriores papas! Pobre Papa Francisco al que trata de hereje la parte ultra conservadora de la Iglesia. Algunos movimientos católicos es lo que están haciendo en sus reuniones y así lo manifiestan.

   Ya en el evangelio, se nos presentan dos figuras: Jairo, jefe de una sinagoga, y la hemorroisa. Esta lleva doce años enferma, que son los años de la hija de Jairo. Doce es un número a menudo no real, sino significativo. Y aquí, eso parece por distintos motivos. Así vamos a considerarlo. Tanto la hemorroisa como el jefe de la sinagoga representan un sector que sufre opresión por parte de la institución religiosa. La hemorroisa es marginada por las leyes religiosas, que amarran las conciencias más allá de lo que Dios quiere. Es la dureza de la Ley de Moisés. La mujer con hemorragias no podía acceder a Dios, estaba excluida de la salvación. Tampoco podía mantener relaciones sexuales ni con su esposo. Estaba condenada a la esterilidad en todos los sentidos. Los intérpretes de la Ley religiosa son totalmente inflexibles. No hay forma de reconciliarse con Dios. Así, llevaba doce años.

   Referente al jefe de sinagoga, Jairo, se describe una situación general en Galilea donde Jesús está excomulgado por los letrados de su época, y la multitud lo sabe, pero acuden a él. Seguramente que Jairo no acude a Jesús hasta el último momento, cuando ve que su hija se muere, porque tiene miedo como jefe de sinagoga que es. ¡Cómo va a acudir él, jefe de sinagoga, ante un excomulgado!

   Compromiso:
   Haz un análisis de la situación religiosa actual y haz un compromiso.

jueves, 21 de junio de 2018

Solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista. Ciclo B. 24-6-2018. Lucas 1,57-66.80

   Como dijo el Papa Francisco, la voz de Juan el Bautista grita también hoy en los desiertos de la humanidad, que son las mentes cerradas y los corazones duros.

   En las lecturas de este domingo, Dios nos habla del salvador que busca para su pueblo Israel. El Israel de Dios, que somos todos los que aceptamos a su enviado Jesús.

   Como texto bíblico para recordar y memorizar como oración, se propone uno de la primera lectura (Isaías 49,1-6) que dice: "He sido glorificado a los ojos de Dios. Y mi Dios es mi fuerza". Repitámoslo con frecuencia para que nos sirva de oración. Si lo hacemos así, estaremos sacando buen fruto de esta lectura, que termina afirmando que Dios me hace "luz de las naciones, para que su salvación alcance hasta el confín de la Tierra". ¿Nos lo aplicamos?

   La segunda lectura está sacada de Hechos 13,22-26. De entre la familia del rey David, Dios saca un salvador para Israel, es decir, a Jesús. Pero a Jesús lo va a preceder Juan el Bautista, cuya fiesta celebramos hoy. Juan afirma, refiriéndose a Jesús: "mirad, viene uno detrás de mi a quien no merezco desatarle las sandalias de sus pies". Es decir, Juan empieza a predicar para anunciar a Jesús. Esta es su misión, como también la nuestra.

   El evangelio de hoy nos presenta el nacimiento de Juan, nacimiento que, debido a determinados signos, hace que todos se pregunten diciendo: "¿Qué va a ser este niño?".

   Según el evangelio de Juan, descendía de una estirpe sacerdotal y estaba emparentado con Jesús. Sus padres se llamaban Zacarías e Isabel. Tiene el sobrenombre de "bautista", lo que hace que el bautismo aparezca como el inconfundible rasgo definitivo de Juan. Este bautismo carece de analogía, como creación original suya que es. Su actividad en el desierto, su estilo de vida y su forma de vestir subrayan su labor profética. Los profetas transmiten a su auditorio una palabra de Dios intuitivamente recibida por el medio que sea. Este Juan, pariente de Jesús, no tiene nada que ver con el evangelista Juan, autor del cuarto evangelio.

   Como lección que nos da esta fiesta es la imitación de Juan el Bautista como profeta que prepara el camino hacia Jesús. Todos los creyentes debemos esforzarnos en acercar a la gente hacia Jesús. Iniciarlos y llevarlos por el camino del Señor. En esto sí podemos participar del ejemplo de Juan el Bautista. Fue su misión.

   Un hijo es también una maravillosa ocasión de que los demás feliciten a la madre. Esto es lo que le sucede a Isabel. Dios ha vertido en ella grandes bendiciones, por lo que las felicitaciones de los vecinos no tardan en llegar. Así también, cuanto mejor reflejemos en nosotros las bendiciones de Dios, mayor alegría manifestarán nuestros padres, sobre todo nuestra madre.

   Imitemos, pues, a Juan como profeta y como hijo de una madre receptora de las bendiciones de Dios.


   Compromiso: reflexiona y decide sobre el texto propuesto para memorizar.



jueves, 14 de junio de 2018

XI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 17-6-2018. Marcos, 4,26-34.

   Vivimos hoy dos tiernas lecturas de bello ambiente vegetal al que nos transportan la primera y la tercera. El texto a memorizar que se propone es de la segunda: "En destierro o en patria, nos esforzamos en agradarlo".

   Vivamos este domingo con la imaginación del paisaje que nos proporciona la primera lectura, el texto bíblico del Antiguo Testamento, del libro de Ezequiel 17,22-24, que empieza usando una metáfora literaria para expresar lo que es el reino de Dios, la obra de Dios. El templo y el palacio de Salomón se recubrieron con artesonados de cedro, que es un árbol noble y de mucho valor económico. La obra de Dios en nosotros empieza desde pequeños y es maravillosa si permanecemos junto a él. Se representa por un cedro plantado junto a Dios, es decir, en el monte más alto. Cultivemos esa plantita que se convertirá en un gran árbol si permanecemos junto a Dios siempre.

   La segunda carta a los Corintios (5,6-10) se resume en la frase que propusimos para memorizar: en destierro (aquí) o en la patria (en el cielo) nos esforzamos en agradarlo. Meditémosla.

   El evangelio nos dice que la obra de Dios en nosotros va creciendo sin que nos demos cuenta. Pero debemos permanecer en él, y al segar la cosecha recibiremos el fruto.

   Jesús quiere seguir poniendo ejemplos y se le ocurre el del grano de mostaza. En los tiempos bíblicos dicho grano era considerado como la semilla más pequeña, por lo que se prestaba como comparación para explicar los inicios del reino de Dios en nuestras almas. No importa la edad para la entrada del reino de Dios en nosotros. Puede ser de niño, de joven, en la edad madura, en la vejez, o en el mismo momento de la muerte. Pero lo importante es que aceptemos a Dios en nuestro corazón y obremos como él quiere. Tu crecimiento será como el del grano de mostaza que, siendo pequeño, se convierte en el lugar donde los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra.

   Si estás dispuesto a convertirte, a volver tu corazón hacia Dios, hazlo ahora mismo. Ten coraje y no te retrases más.

   Dice este evangelio que todo les enseñaba en parábolas, acomodándose al entender de las gentes. ¿Qué parábolas o ejemplos usarías tu para hablar de lo que hace Dios en tu corazón, en lo más íntimo de tu alma? ¿Cómo son tus vivencias religiosas? ¿Cómo son tus vivencias de Dios? Es muy necesario que reflexiones sobre todo ello, es una forma de hacer meditación. Y, al final, haz una oración dando gracias a Dios.


   Compromiso: esta semana que no pase un solo día sin que hagas alguna oración inventada por ti.



jueves, 7 de junio de 2018

X Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 10-6-2018. Marcos 3,20-35



   En este día, se nos presenta el pecado y cual debe ser nuestra reacción ante él. No celebramos nada, es un domingo más o menos corriente y, sin embargo, contiene bonitas enseñanzas. Como frase a recordar, proponemos: "Creí, y por eso hablé", tomada de la segunda lectura.
   Las  enseñanzas de este domingo son pocas, pero de gran calado. Aprovechémoslas.

   La primera lectura, Génesis 3,9-15, expone el conocido relato del primer pecado del hombre, es decir, el de Adán y Eva. Lo conocemos todos. Por supuesto, no es un relato auténtico, histórico. Pero sí nos dice que, de una forma u otra, el pecado entró en el mundo por voluntad del hombre, por voluntad humana. Fijémonos en la última frase: "Pongo enemistades entre ti (la serpiente) y la mujer, entre tu descendencia y la suya; ella te herirá en la cabeza y tú la herirás en el talón". Esta es la razón por la que no podemos aplicarla a la virgen María poniendo a sus pies una serpiente, como a veces se hizo.

   La segunda lectura (2 Corintios 4,13-5,1)contiene dos preciosas ideas. Una: "nosotros creemos y por eso hablamos". La segunda: "Aún cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día". Es decir, si creemos de verdad, hablaremos mucho a favor de Dios y también creceremos continuamente en unión con él.

   El primer versículo del evangelio nos cuenta que la multitud no les dejaba ni comer pan. Esta expresión última se usaba como metáfora del estudio de la Biblia o de la Ley, que se expresa con "comer el pan". En el comienzo de esta lectura se ven dos reacciones de la gente: una mayoritaria, de simpatía; otra de rechazo total, que es la de algunos círculos cercanos a Jesús. Estos últimos afirman que la autoridad que muestra Jesús no procede de Dios Padre, sino del demonio. Esto no es una ofensa cualquiera, sino que es una calumnia consciente y fruto de muy mala fe. Jesús les responde amenazadoramente: la mala fe no tiene perdón.

   Declarar que es contrario a Dios luchar contra el fanatismo ideológico, junto al espíritu de odio y violencia, es insultar al Espíritu Santo. Es lo que hacen los letrados o maestros que dictaminan sobre la doctrina y establecen la ortodoxia, en contra de lo enseñado por Jesús. Ellos son los que afirman que Jesús está endemoniado.

   Esta forma de proceder se refleja también hoy día. Antes muchos decían: "Totus tuus"en alusión a que "siempre con el Papa". Pero hoy día muchos se han olvidado de todo ello y están en contra de él. Creen comer del pan de la Biblia, y realmente no comen.

   La Biblia, la Palabra de Dios, está por encima de los catecismos, aunque se llamen el Catecismo de la Iglesia. A estos se les debe un respeto, pero no son infalibles. Por encima está la Palabra de Dios. Hay que escrutarla en un ambiente de oración. Los conservadores ansían volver al catecismo del Padre Astete, pero olvidan las correcciones que algunos Papas recientes ya le han hecho. No pequemos contra el Espíritu Santo.


   Compromiso: revísate si eres de los conservadores que están contra el Papa o si tienes un espíritu abierto, que sin abandonar a Dios busca realmente el bien de los demás.



 
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