miércoles, 13 de diciembre de 2017

III Domingo de Adviento. Ciclo B. 17-12-2017

   La proximidad del nacimiento del niño Jesús nos pone en una expectativa explosiva que nos lanza al exterior. Nos hace comprender la idea del papa Francisco que él denomina "iglesia en salida". En un comienzo, la gran oposición que existe contra Francisco no supo profundizar en el calado de dicha expresión. Pero está llamada a causar un profundo cambio en la iglesia. La frase lleva consigo un alto grado de desclericalización. Como primer fruto, el papa ha proclamado un "año del laicado", desde el 26-12-2017, fiesta de Cristo Rey, hasta la misma fiesta del año que viene.

   Como frase para memorizar y vivir durante la semana, se propone: "No apaguéis el espíritu" (1 Tesalonicenses 5,17).

   La primera lectura (Isaías 61,1-2a.10-11) comienza afirmando el profeta que "el Espíritu del Señor está sobre mi porque el Señor me ha ungido". Como consecuencia de dicha unción, Isaías es un cúmulo de bendiciones para los demás. Ayuda y libera de sus padecimientos a todos, y desborda de alegría con el Señor. Es la alegría del que es bueno y ayuda a los demás.

   La segunda lectura (1 Tesalonicenses 5,16-24) comienza dándonos el consejo de ser constantes en la oración, que completa con la recomendación de no apagar el espíritu evangélico, nuestra vida cambiaría y comprenderíamos excelentemente bien lo de "iglesia en salida".

   El evangelio de hoy nos presenta a Juan el Bautista. No se trata de un sacerdote, simplemente es un hombre que da públicamente testimonio de Dios con su ejemplo y su predicación. Juan encuadra perfectamente en este año del laicado. Él trabaja por la causa de Dios. Si viviera hoy, no se contentaría con ir a misa los domingos, pues él es la voz que grita: "Allanad el camino del Señor". Debemos aprender a hablar de las cosas de Dios a los demás. Ojalá entre nosotros proliferen los Juanes. La causa de Dios se vería muy fortalecida. y estaríamos empezando a celebrar muy dignamente el año del laicado. Dice Francisco que es muy necesario desclericalizar a la iglesia. No podemos estar esperando que los curas nos manden hacer algo. Debemos tener iniciativa y movernos. Como Juan el Bautista en el evangelio de hoy.

   Jesús no es un personaje de otros tiempos, del pasado. Tiene mucho que decirnos hoy día. Él es la palabra de Dios que nos ilumina. Y es nuestra obligación transmitirla a los demás. No es sólo tarea de los curas, de los sacerdotes. Es deber de todos. Planteémonos la problemática en nuestra parroquia y actuemos. Con o sin el cura. Los seglares ya somos mayores de edad. Y tenemos nuestra responsabilidad en la iglesia de Dios. Además, nos apoya el papa Francisco.

   Compromiso: ¡Piensa a ver cómo te animas!


 
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