miércoles, 23 de marzo de 2022

IV Domingo de Cuaresma. 27/03/2022

Hoy es un domingo que tiene unas lecturas preciosas. ¡De verdad! Da ganas de leerlas y releerlas. Nada más empezar ya tenemos fiesta. La celebra Dios con su pueblo. El Dios que jamás abandona a su pueblo, ni en los peores momentos. Externamente, aparentemente, parece que sí, que ya ni Dios se acuerda de él. Pero, Dios siempre nos tiene presentes. Y celebramos los días con alegría. Es una alegría que viene de Dios. Y nos hace terminar cada día con un gracias a Dios. Sabemos que Él nos tiene presentes y nosotros, aunque la vida nos resulte dura, siempre nos echamos en sus brazoas, con confianza. Dios pone sus brazos ¡en nuestras manos! Esa es la verdad. Pero, nunca nos abandona. Sea como sea. Y el maná se acaba, pero Dios sigue estando ahí. Muy cerca de nosotros. ¡Qué razón tiene el salmo de hoy (salmo 33, 2-7)!: ¡Gustad y ved que bueno es el Señor! Como decíamos unas líneas más atrás. Repitámoslo varias veces durante el día: "gustad y ved que bueno es el Señor". Mantendremos así la presencia de Dios, acordándonos de Él. Y, así, todos los días. Aunque si alguno tiene otra forma de acordarse de Dios, de mantener su presencia, puede hacerlo. De una manera muy continuada es humanamente imposible hacerlo. Pero, tal como decimos, mantenernos cerca de Dios nos hará sentirnos contentos. La segunda lectura es de la 2ª Corintios 5, 17-21. Dios nos pide que nos reconciliemos con él por medio de Cristo. Y, aún más, nos reconciliamos nosotros con Dios, pero, también nosotros podemos reconciliar a los demás con Dios. Es como si Dios mismo actuara por medio de nosotros. Esto es llevar a Dios a los demás. Y esto es lo que nos pide esta lectura de la Biblia. Y, recordemos que la Biblia es para el cristiano, la palabra de Dios. ¡Trabajemos para que los demás se acerquen a Dios! Que todos amemos a Dios, que nos acerquemos a él. Llegamos a la lectura del evangelio. Lucas 15, 1-11-32. Es la parábola de Hijo pródigo. ¿Recuerdas como es la parábola? Muchas veces la habrás oído. ¡Haz un esfuerzo! Aprovecha para hacer un poquito de oración. No hay por qué rezar siempre una oración que hemos aprendido en el catecismo. Nosotros podemos hacer una oración con el pensamiento. Podemos ir rezando con nuestro propio pensamiento. Sí, anímate y hazlo. Si te sale muy corta no te preocupes. Estás practicando el evangelio de hoy. Al final, lo has hecho más largo o más corto, pero lo has hecho. Y serás un hijo de Dios que no deseas dejarlo solo.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.