jueves, 24 de mayo de 2018

Solemnidad de la Santísima Trinidad. Ciclo B. 27-5-2018. Mateo 28,16-20

   Celebramos hoy el día de la Santísima Trinidad. La revelación, es decir la Biblia, no nos proporciona una información precisa sobre el ser de Dios. Se nos dice que Dios es incomprensible para nosotros. En efecto, la lengua humana, por mucho que se esfuerce, no puede expresar lo que es Dios. Pero sí podemos experimentar su misterio, su amor hacia nosotros.

   Como texto bíblico para recordar y memorizar, se propone: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Se toma de la lectura evangélica.

   La primera lectura (Deuteronomio 4,32-34.39-40) nos presenta a Moisés hablando al pueblo sobre las excelencias de Dios. En la Biblia, las teofanías o manifestaciones de Dios se realizan a menudo mediante la presencia de fuego. Hoy día, Dios nos habla muchísimas veces al corazón.

   No en vano nos dice la segunda lectura (Carta de Pablo a los Romanos, 8,14-17) en su comienzo que los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Continúa explicando que el Espíritu de Dios y el nuestro están unidos de tal forma que dan un testimonio idéntico, afirmando que somos hijos de Dios. Y de verdad que lo somos.

   El evangelio nos presenta a Jesús dando la última recomendación a los discípulos. Ocupa el lugar central la frase propuesta anteriormente para recordar y memorizar. El misterio insondable de Dios, en su manifestación de tres, es evidente. Y mediante formulaciones doctrinales es siempre imposible expresar lo que Dios es. Ante Dios, el silencio es el único medio que hace posible captar lo divino. La espiritualidad del silencio respetuoso, pero jamás un silencio que olvida. Un silencio atento a la escucha de lo que Dios te va enseñando en lo más hondo de tu corazón. Cuando eso sucede, estás haciendo oración de verdad. Esto vale para todos. No sólo para los monjes, sino también los que no lo son. Es más, todas las prácticas cristianas deben estar informadas por esta actitud de silencio y amor hacia Dios. El culto público y nuestras relaciones humanas también. Es un camino que nos introduce en el misterio insondable de Dios.

   Si estamos entrenados en el manejo de internet, busquemos "La Trinidad del Antiguo Testamento", del pintor ruso del siglo XV Andrei Rublev, que se ha convertido en imagen arquetípica de lo divino en el mundo ortodoxo. Es un icono basado en el relato de Abraham y los tres extranjeros. Si vemos el icono en buen color y con una acertada explicación es maravilloso. En él nos aparece toda la dulzura y misteriosa profundidad de Dios Trinidad. El icono sugiere que los cristianos podemos experimentar la verdad de la Trinidad en la liturgia eucarística, en la comunión con Dios y entre sí, y en una vida de compasión y de caridad.

   Aprovechémonos de internet para acercarnos a Dios.


   Compromiso: aprendamos a disfrutar con Dios en el silencio.


 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.