martes, 1 de agosto de 2017

Transfiguración del Señor. Ciclo A. 6-8-2017. Mateo 17,1-9

   En la fiesta de la Transfiguración se nos presentan tres visiones o apariciones, una en cada lectura, haciendo referencia a Jesús de Nazaret. Y a Él se dirige la frase que hoy se propone para memorizar: "La palabra profética, a la cual hacéis muy bien en atender, como a lámpara que brilla en lugar oscuro, hasta que luzca el día y el lucero amanezca en vuestros corazones" (2 Pedro, 1, 19).

   La primera lectura se toma del libro bíblico del Antiguo Testamento llamado Daniel, capítulo 7, versículos 9-10. 13-14. Está escrito en el lenguaje llamado de Merkabá, que es el lenguaje de visiones y propio del misticismo judío. En él, el anciano de días es Dios, y se sentó en calidad de juez. El color blanco nos garantiza que merece nuestra más profunda confianza y repeto. Quedémonos con esta enseñanza.

   La segunda lectura (2 Pedro 1,16-19) nos pone de manifiesto que el apóstol Pedro no nos contó fábulas fantasiosas, sino que fue con los demás apóstoles testigo ocular de la grandeza de nuestro Señor y, personalmente, vivió experiencias místicas como la que se celebra hoy. ¡Que nos afinquemos fuertemente en la fe que hemos recibido, y que nadie nos la robe!

   En el texto del evangelio vemos que Jesús, con Pedro, Santiago y Juan, sube a un monte alto. Cuanto más alto el monte, parece que estamos más cerca de Dios, más se siente su presencia. Esta misma presencia la vivían también los judíos de la época de Jesús. El resplandor del rostro de Jesús es de un profundo significado. El rostro resplandeciente de Moisés fue una imagen poderosa en la historia de Israel. Se puede afirmar que detrás de todo ello existe una experiencia mística, pues todos sabemos que Jesús hacía mucha oración y, al oscurecer, cuando la gente se iba, aprovechaba para hacerla en pleno monte, en plena naturaleza. Seguro que los discípulos la habían hecho más de una vez junto a Él y conocían muchas de sus experiencias místicas.

   A la Iglesia le ha gustado siempre mucho esta historia, pero sin saber qué hacer con ella. Es una experiencia más allá de nuestro alcance, y por tanto, difícil de comprender. Nos habla de la identidad de Jesús, nos afirma quién es él. En este pasaje de la transfiguración se encuentran muchos paralelismos entre Jesús y Moisés.

   Las lecturas de este domingo nos ofrecen lecciones preciosas. De la primera lectura, quedémonos con la profunda confianza en Dios, que nos lleva a consolidarnos fuertemente en la fe, según indicación de la segunda lectura, no olvidando que ambas cosas son fruto de la abundante y constante vida de oración, siguiendo el ejemplo de Jesús.

   Compromiso: tener vida de oración.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.