jueves, 14 de junio de 2018

XI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 17-6-2018. Marcos, 4,26-34.

   Vivimos hoy dos tiernas lecturas de bello ambiente vegetal al que nos transportan la primera y la tercera. El texto a memorizar que se propone es de la segunda: "En destierro o en patria, nos esforzamos en agradarlo".

   Vivamos este domingo con la imaginación del paisaje que nos proporciona la primera lectura, el texto bíblico del Antiguo Testamento, del libro de Ezequiel 17,22-24, que empieza usando una metáfora literaria para expresar lo que es el reino de Dios, la obra de Dios. El templo y el palacio de Salomón se recubrieron con artesonados de cedro, que es un árbol noble y de mucho valor económico. La obra de Dios en nosotros empieza desde pequeños y es maravillosa si permanecemos junto a él. Se representa por un cedro plantado junto a Dios, es decir, en el monte más alto. Cultivemos esa plantita que se convertirá en un gran árbol si permanecemos junto a Dios siempre.

   La segunda carta a los Corintios (5,6-10) se resume en la frase que propusimos para memorizar: en destierro (aquí) o en la patria (en el cielo) nos esforzamos en agradarlo. Meditémosla.

   El evangelio nos dice que la obra de Dios en nosotros va creciendo sin que nos demos cuenta. Pero debemos permanecer en él, y al segar la cosecha recibiremos el fruto.

   Jesús quiere seguir poniendo ejemplos y se le ocurre el del grano de mostaza. En los tiempos bíblicos dicho grano era considerado como la semilla más pequeña, por lo que se prestaba como comparación para explicar los inicios del reino de Dios en nuestras almas. No importa la edad para la entrada del reino de Dios en nosotros. Puede ser de niño, de joven, en la edad madura, en la vejez, o en el mismo momento de la muerte. Pero lo importante es que aceptemos a Dios en nuestro corazón y obremos como él quiere. Tu crecimiento será como el del grano de mostaza que, siendo pequeño, se convierte en el lugar donde los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra.

   Si estás dispuesto a convertirte, a volver tu corazón hacia Dios, hazlo ahora mismo. Ten coraje y no te retrases más.

   Dice este evangelio que todo les enseñaba en parábolas, acomodándose al entender de las gentes. ¿Qué parábolas o ejemplos usarías tu para hablar de lo que hace Dios en tu corazón, en lo más íntimo de tu alma? ¿Cómo son tus vivencias religiosas? ¿Cómo son tus vivencias de Dios? Es muy necesario que reflexiones sobre todo ello, es una forma de hacer meditación. Y, al final, haz una oración dando gracias a Dios.


   Compromiso: esta semana que no pase un solo día sin que hagas alguna oración inventada por ti.



 
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