lunes, 27 de julio de 2015

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 2/8/2015. Juan 6, 24-35

   Nuevamente, la primera y tercera lecturas nos transmiten la enseñanza a través de la comida. En la cultura judía esta correlación se da con frecuencia y debemos discernir cuándo realmente se trata de un hecho puramente humano, material, y cuándo hay un significado espiritual y religioso que la trasciende profundamente. Somos humanos y es muy lógico que la enseñanza de Dios se nos transmita a través de experiencias humanas, a menudo experiencias profundas que nos marcan el espíritu y nos hacen ver que allí está la mano de Dios.

   En la primera lectura (libro del Exodo 16,2-4.12-15) a su comienzo se encuentra una expresión muy propia de una persona de fe: "morir en las manos del Señor". Es fundamental saber ponerse en manos de Dios para morir. Hay personas que se echan en los brazos de Dios cuando se aproxima tan trascendental momento. Y, sin duda, sienten una paz y una felicidad grande. Eso es morir en la paz de Dios. ¡Qué todos podamos experimentar así la muerte, que es nacer para una vida con Dios! En la misma lectura, aparece Dios dando de comer carne de codornices y pan. Y de esta pan afirma Moisés: "Es el pan que el Señor os da de comer". El significado espiritual de este pan lo veremos en el evangelio de hoy.

   La segunda lectura (Efesios 4, 17.20-24) nos habla de la necesidad de aprender bien a Cristo para no caer en la vaciedad de criterios o para librarse de esa vaciedad. Nuestra fe no depende de unas cartas de la Virgen ni de unos milagros, como dice Francisco, el obispo de Roma. Nuestra fe está basada en un contacto personal con Cristo. Debemos permitir que el Espíritu de Dios remueve nuestra mente y espíritu. Es aquí donde obran los signos de Dios. Y aquí conectamos con la tercera lectura o evangelio.

   En el evangelio dice Jesús: "Me buscáis no porque habéis visto signos sino porque comisteis". Lo fundamental no son los milagros, sino los signos. Estos se perciben en el interior del alma. Nunca desechéis esa semilla que estaba en vuestros corazones. Desarrolladla. No la adormezcais. Volved a ella. Es un alimento que perdura y que da vida eterna. Es el que lleva a saber echarse en los brazos de Dios y, a la vez, ser de una vida activa para trabajar por el reino de Cristo. El verdadero pan del cielo no lo dio Moisés; lo da el Padre, lo da Dios. Este pan es el verdadero pan que da vida al mundo.

   Alguna vez se ha oído decir, a no creyentes, que admiran la felicidad y paz que ven en los que sí creen y practican. Jesús es el pan de vida. El dice: "El que viene a mí no pasará hambre ni tendrá sed". Estas verdades, si uno no quiere acercarse a Jesús, no se comprenden.

   Compromiso:
   Basándote en tu experiencia cristiana interior, ¿sabrías ver la diferencia entre signo y milagro?

jueves, 23 de julio de 2015

XVII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 26/7/2015. Juan 6,1-15

   Como sucede a menudo, la primera y tercera lectura tienen una relación temática, mientras que la segunda nos presenta algo referente al Señor Jesús y su relación con los cristianos. Así, hoy, las lecturas inicial y última nos presentan una multiplicación de panes.

   En la primera (2 Reyes 4,42-44), se menciona una multiplicación de panes. Elías había multiplicado harina y aceite. Eliseo, ahora, multiplica 20 panes y algunos peces. En los evangelios, esta multiplicación se relata seis veces. Como se ve, el hecho de multiplicaciones es muy bíblico y sin duda tiene un profundo significado como trasfondo. Moisés provocó varios días la repetición del pan bajado del cielo para alimento de los israelitas. La multiplicación de alimentos tiene fuertes signos mesiánicos, proféticos y litúrgicos. Algo se verá en el comentario evangélico.

   La segunda lectura (Efesios 4, 1-6) tienen dos enseñanzas entrañables y fundamentales. Todos los creyentes tenemos alguna experiencia espiritual, pues si vivimos la fe debemos recordar que la fe está basada en un contacto personal con Cristo. Por eso, mantenemos entre todos la unidad del Espiritu con el vínculo de la paz sobrellevándonos mutuamente.

   Ya en la multiplicación evangélica de los panes y de los peces, enlazamos con la primera lectura. Jesús multiplica cinco panes de cebada y alimenta a 5000 personas, sobrando 12 canastas. Eliseo con 20 panes de cebada sólo había alimentado a 100 personas. Es una gran diferencia que nos deja un mensaje muy claro. Jesús, sólo hablando como profeta, que es lo que se presenta a la vista de las gentes, es un profeta superior a Elías y Eliseo.

   ¿Y, con relación a Moisés? El número simbólico que se asocia con Moisés es el 5. En efecto, se atribuyen 5 libros a Moisés, que son los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Exodo, Levítico, Numeros y Deuteronomio. Son los libros de la Ley o Pentateuco. Los cinco panes de cebada representan esos cinco libros. Jesús con la multiplicación de los cinco panes, número simbólico que se asocia a Moisés, está enseñando que transforma la ley mosaica en algo superior, más grande y nutritivo. Moisés predijo que enviaría un profeta como él (Deuteronomio 18,18). El pueblo entendió el mensaje y Jesús tuvo que escabullirse para evitar que quisieran proclamarlo rey (Juan 6,14-15). Este relato de la multiplicación es un preludio de la Eucaristía.

   Compromiso:
   Haz en la iglesia, con recogimiento, algo de oración, y piensa en la felicidad que da el vivir junto a Dios. Es la superioridad del amor sobre la ley.

lunes, 13 de julio de 2015

XVI Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 19/7/2015. Marcos 6,30-34

   Nuevamente, el esquema de las lecturas de hoy es idéntico al de domingos anteriores. La primera y la tercera se refieren a la predicación bajo la imagen del pastor. La segunda nos presenta una temática sobre Cristo Jesús, que nos trajo la unión de los dos pueblos: el de Dios, de siempre, y el que oficialmente no lo era. Es el modelo del ecumenismo que practica Francisco, obispo de Roma. Ecumenismo criticado por una parte de la Iglesia.

   La primera lectura (Jeremías 23,1-6) nos presenta al profeta Jeremías hablando de los pastores que echan a perder a las ovejas por la maldad de sus acciones o por la falta de pastoreo. Todos tenemos nuestra responsabilidad, pues todos somos pastores los unos de los otros, respetando la libertad a que cada uno tiene derecho.

   La segunda lectura (Efesios 2, 13-18) da por hecho la existencia de dos pueblos. Actualmente, la gran división entre los cristianos es abrumadora. Además, el mundo no cristiano o el realmente alejado de Cristo, es muy numeroso. Sin embargo, todos somos de Dios. A todos nos ama Dios. Esto no debemos perderlo de vista jamás. Cristo ha llegado a abolir la Ley con sus mandamientos y reglas para eliminar condicionamientos, dejando como norma suprema el mandamiento del amor: Amor de verdad a Dios y a los hermanos. Eso sí, nunca lo uno sin lo otro.

   El evangelio continúa usando en el texto original el presente histórico, es decir, los problemas que tuvo Jesús para formar a los Doce continúan presentándose entre los primeros cristianos. Era un problema de formación. Jesús envía a los Doce de dos en dos para que se vayan formando en comprender las mentalidades distintas a la judía, es decir, las diferentes formas de pensar de los paganos. Que comprendan que los paganos tienen cosas buenas, aceptables y que no todo es malo como creían los judíos.

   Hoy día, también los cristianos necesitamos aprender que entre lo que no es cristiano hay también cosas buenas o, por lo menos, indiferentes. Es fundamental comprenderlo. No hay que dar importancia a cosas que en sí, no la tienen. Rezar como los cristianos o como los indios o como los musulmanes no importa. Lo fundamental es relacionarse con el único Dios, adorarlo, amarlo y saber que nos ama. Eso es lo importante y necesario. Las posturas del cuerpo no son esenciales y pueden ser variadas. No tienen que causarnos risas los gestos religiosos de otras culturas. Por ejemplo, los de religión musulmana adoptan posturas distintas a las de los cristianos. Lo mismo podemos afirmar de las formas de vestir. Dentro de una vestimenta hay una persona a la que ama Dios. Con burka o sin él. Con maxifalda o con una falda más corta. Sepamos separar lo fundamental de lo accesorio.

   Compromiso:
   Siendo cristiano, qué otras reflexiones añadirías a este comentario bíblico.

martes, 7 de julio de 2015

XV Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 12/07/2015. Marcos 6, 7-13

   En este domingo, como en algún otro, también aparecen dos envíos a predicar el mensaje divino, uno en la primera lectura y otro en la tercera o evangelio. La segunda hace de puente, presentando las bendiciones que nos ha dado el Padre, con Cristo y el Espíritu Santo, y que es la esencia de la predicación evangélica.

   Sobre la primera lectura, (Amós 7, 12-15) decir que el profeta Amós nació hacia el año 750 antes de Cristo. Amós no es un profeta oficial y lo que predica puede ser molesto, aunque es un enviado de Dios. Algunas veces, lo que dice un cristiano creyente de verdad, puede molestar a determinada parte de la Iglesia, como le sucedió al mismo Jesús, en sus tiempos, ante las autoridades religiosas. Esta primera lectura nos enseña como el mensaje de Dios puede llegar a través de un vaquero pastor y cultivador de higos, frente a la religión oficial. Así lo recoge la Biblia o Palabra de Dios. La Iglesia debe repensar sus posturas oficiales y saber contactar con la vida actual. El ejemplo nos lo está dando Francisco, el obispo de Roma.

   Hoy empezamos la lectura de la carta a los Efesios (1, 3-14). Dice cosas maravillosas de Cristo. Por su medio recibimos toda clase de bienes espirituales y celestiales y nos concede el perdón de los pecados. Cristo nos ha marcado con el Espíritu Santo que es la prenda de nuestra herencia.

   Para entender el evangelio de hoy, debemos saber que los Doce, al afrontar la misión entre los paganos, seguían aferrados a la idea de superioridad judía, no aceptaban la universidad del reinado de Dios. Por ello, Jesús les propone un duro entrenamiento en territorio pagano, sin encargarles que proclamen el evangelio. Los va enviando de dos en dos a tierras paganas y no a todos a la vez. Lo que le interesa a Jesús no es que prediquen el reino de Dios, sino que los Doce aprendan a ver valores y cosas buenas entre los paganos, algo que necesitamos los cristianos de hoy. De nuevo, en este evangelio aparece el presente histórico lo que nos indica que el mismo problema existe en la época que se escribe el evangelio. Los cristianos debemos estar por encima de las diferencias de cultura o religión, de ideologías, creencias o ritos. Los Doce deben aprender a derribar barreras religiosas. El conocimiento del verdadero Dios no está tanto en las creencias, sino en el modo de actuar. Debemos reflejar en nuestra conducta el amor universal de Dios.

   Compromiso:
   Examina tu vida a la luz de los comentarios.

 
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