martes, 25 de junio de 2013

XIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo C. 30/06/2013. Lucas 9, 51-62

   Las lecturas de la misa de hoy, hacen referencia, de una u otra forma, a la llamada de Dios. Llamada que es diversa en cada uno de nosotros y también en cada momento. La primera lectura es del libro de la Biblia llamado primero de Reyes, capítulo 19 (v.v.16b.19-21). En ella, se afirma que Dios ordena al profeta Elías escoger a Eliseo como su sucesor en el profetismo. Es una forma de hablar pero a la vez con fundamento. Elías se da cuenta que debe buscar quién le suceda en la defensa de los pobres y del monoteismo, y esta inspiración la toma como venida de Dios. Es propio del lenguaje de la Biblia y de los primeros cristianos, así como de los cristianos de siempre.

   Elías no prohíbe a Eliseo decir adiós a sus padres. Tampoco lo prohíbe el evangelio de hoy, a no ser que se haga una lectura equivocada del mismo.

   Elías pone su manto sobre Eliseo para indicar que le transfiere su misión profética. Los profetas no recibían la unción, pues sólo se daba a reyes y sacerdotes. Los profetas eran laicos pero, movidos por el Espíritu, hablaban y obraban en nombre de Dios. En nuestra Iglesia, la jerarquía no permite que un laico predique en la iglesia, como si el laico no pudiera estar lleno del Espíritu de Dios.

   La segunda lectura es de la carta a los Gálatas (5,1.13-18). Contiene como motivo dominante el mismo que se encuentra en toda la carta a los Gálatas: la libertad cristiana. La libertad que nos da el amarnos los unos a los otros. La libertad que nos da el vivir según el Espíritu. Una experiencia interna y una alegría especial. Si nos guía el Espíritu, no estamos bajo el dominio de la ley. Podemos añadir: si tanto nos sometemos a las leyes que dicta la jerarquía, tanto más corremos peligro de no vivir bajo el Espíritu. No olvidemos que, según el concilio Vaticano II, la Iglesia antes que jerarquía es pueblo de Dios.

   En el evangelio se narra el encuentro de Jesús con tres personajes, en el camino a Jerusalén según lo compone el narrador evangélico.

   Jesús siempre toma la iniciativa para elegir a sus discípulos, pero con el primer personaje sucede lo contrario: es este quien se ofrece incondicionalmente. La respuesta de Jesús consiste en hacerle ver las miserias por las que debe pasar el discípulo.

   Sorprende esta respuesta de Jesús que parece desanimar al que se ofrece como discípulo. Posiblemente Jesús penetró en el corazón de aquel joven, que podría ver como posible una carrera ascendente agarrándose a él. Pero Jesús va camino de la cruz, no del triunfalismo. Es el mensaje que el Papa Francisco lanza con frecuencia a los clérigos que sólo buscan el mando, el escalar y el enriquecimiento. La Iglesia debe ser la iglesia de los pobres, de los que sufren. Y esto abarca a todos los creyentes.

   Jesús le dijo a otro: "Sígueme". Y él dijo: "Señor, déjame que entierre primero a mi padre". No está claro si el padre está muerto o cerca de morir por su ancianidad. Sea como sea, es honrar a los padres conforme a la ley religiosa de Dios.

   Para entender pasajes como este, no debemos olvidar que los judios para remarcar una enseñanza usan mucho la exageración o hipérbole. Aquí, sin duda, se trata de manifestar la urgencia de anunciar el reino de Dios en todo momento, sin dilación. Pensando así ante Dios, y con sinceridad, cada uno verá lo que debe hacer en cada momento.

   Otro le dijo al Señor: "Déjame que me despida de los de mi casa". Lo mismo que Eliseo le pidió a Elías (Reyes 19, 19-21). Jesús contesta: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios". Cuando se utilizaba el arado antiguo o romano, tirado por un animal, era fundamental no mirar para atrás porque saldría el riego torcido. Hay que estar en lo que se está, con la mirada puesta en Dios.

   Cuando Lucas usa la palabra "Señor", como sucede en este evangelio, es que se está dirigiendo a los primeros cristianos, que tienen sus problemas. Propiamente, ya no es Jesús, es el Señor resucitado.

   (Si desea más ideas o completar, busque en Google: Lucas 9,51-62 teología ovetense).

   Compromiso:
   Piensa a que llama tú "vivir conforme al espíritu".

 
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