miércoles, 20 de septiembre de 2017

Domingo XXV del Tiempo Ordinario. Ciclo A. 24/09/2017. Mateo 20,1-16

   El tema central de este domingo es la libertad que debemos conceder a Dios, ya que sus caminos son más altos que los nuestros y él ve y dispone desde una visión mucho más elevada que la nuestra. Esta disposición de respetar la plena libertad de Dios y echarse en sus brazos, es fundamental para nuestra vida de fe y de santidad.

   Como texto bíblico para memorizar, meditar y reflexionar proponemos "mis caminos son más altos que los vuestros (Isaías 55,9)" o también : "¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis planes? (Mat. 20,15)".

   La primera lectura (Isaías 55,6-9) nos anima a buscar al Señor, a abandonar nuestro pernicioso camino y volvernos hacia Él, sin olvidar que Dios es rico en perdón. Echémonos en sus brazos pues sus caminos son más altos que los nuestros.

   En la segunda lectura (Filipenses 1,20c-24.27a), se enfoca la vida evangelizadora de Pablo. Vive tan unido a Cristo, que suspira por morir, para estar siempre con El. Sin embargo, mientras esté en esta vida, puede trabajar lo indecible para que las personas vivan cada vez más cerca de Dios. Esta es su meditación. Pablo ve que es necesario predicar el reino de Dios y que los nuevos cristianos lleven una vida digna del Evangelio de Cristo. ¿En las conversaciones que a lo largo de la semana hablamos con los demás, sabemos introducir alguna vez algún tema sobre las cosas de Dios? Pues esto lo hacía Pablo.

   En el evangelio, se nos presenta el tema de la libertad de  Dios. Después de referirse a los obreros contratados para la viña en diversas horas del día, incluso prácticamente al final de la jornada, el dueño comienza a pagar a cada uno, y lo hace comenzando por los últimos, que reciben un denario cada uno. Esto hace que los primeros que empezaron a trabajar se hagan la ilusión de que recibirán un salario mayor, pero no sucede así. Y protestan. El dueño se reafirma y contesta: "¿No os ajusté en un denario? ¿No os he dado lo suficiente para vivir? ¿Es que os hago alguna injusticia? Si yo quiero dar a los últimos igual que a los primeros, ¿hago alguna injusticia con ello? ¿Es que yo no tengo derecho a libertad en mis asuntos, no cometiendo injusticias? ¿O me vais a tener envidia porque soy bueno y ayudo a los demás como creo oportuno?"

   Dios mira, a menudo, nuestras necesidades, no las horas de trabajo, como hacen muchos padres con sus hijos. ¿Es que merecemos tantas gracias como recibimos de la mano de Dios? ¿Es que Dios nunca puede tener libertad para que pueda ser publicado un documento como "Amoris letitia" que puede traer tanta paz a personas que, en una situación anómala, tratan de ser fieles a Dios? ¿A quién damos la razón a Francisco, Papa, o a los cuatro cardenales que se oponen? ¿Con quién está Dios? Si está con el Papa como custodio de una recta doctrina, por qué tratamos de buscar cinco pies al gato. Seamos humanos -que es la verdadera caridad- y demos plena libertad a Dios, que será nuestro bien.

   Compromiso:
   Medita sobre la libertad de Dios, que siempre será para nuestro bien.

 
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