miércoles, 17 de octubre de 2018

XXXIX Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 21/10/2018. Marcos 10, 35-45

   En las tres lecturas de este domingo está presente la entrega de Dios de la propia vida. A su vez, se celebra hoy en toda la Iglesia el Día Mundial de las Misiones, también llamado Domund.

   Como frase que se invita a recordar se propone la de la carta a los Hebreos, 14, que nos dice: "mantengamos firme la confesión de la fe".

   La primera lectura nos habla del que va a entregar su vida por los demás. Este acto expresa el amor más grande que se puede demostrar por una causa. En la Exhortación Apostólica del Papa Francisco, Gaudete et Exultate, nº 5, hablando de los procesos de beatificación y canonización, afirma que también se tiene en cuenta el ofrecimiento de la propia vida por los demás, sostenido hasta la muerte. Se supone, al menos, un ejercicio de  las virtudes cristianas en grado ordinario. Esta ofrenda expresa una imitación ejemplar de Cristo, y es digna de la admiración de los fieles. Recordemos a la ya beata María Gabriela Sagheddu, que ofreció su vida por la unión de los cristianos.

   La segunda lectura (Hebreos 4, 14-16) nos propone la frase que hemos propuesto para memorizar: "mantengamos firme la confesión de la fe". Siempre es necesario mantener firme la fe, pero, sobre todo en estos tiempos. Debemos confesarla defendiéndola, preparándonos para ello, y con una vida de práctica creyente. Nunca nos arrepentiremos.

   Para el comentario del evangelio de hoy, debemos tener en cuenta que Marcos es el primer evangelio que se escribe, allá por el año 70 después del nacimiento de Jesucristo. Es decir, ya estaba funcionando el cristianismo primitivo. A Jesús se le acercan Santiago y Juan y le piden sentarse el día de la gloria, en este mundo, uno a su derecha y otro a su izquierda. Es decir, ocupar los primeros puestos junto a Jesús. Pero esto no es lo peor. Según los expertos en la interpretación de textos, la problemática de querer ocupar los primeros puestos en la Iglesia ya existía en el inicio de la misma. Todos somos humanos y, por lo mismo, tentados y pecadores. La problemática que refleja este relato seguía vigente en la época de Marcos como queda dicho.

   Santiago y Juan no se ofrecen a Jesús para ayudarle, para secundar su obra; piensan solamente en que la gloria sea para ellos. Jesús les dice: "¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber o de ser sumergidos por las aguas que me van a sumergir a mí?". ¿Sois capaces de pasar ese trago? diríamos en castellano. Jesús se refiere a la prueba dolorosa por la que ha de transitar él.

   No exijamos premio a Jesús, que ya él nos lo dará. La Iglesia va tomando conciencia de que los fieles laicos tienen una misión muy importante que cumplir en ella. No deben ser anulados por los obispos o por los sacerdotes. Los seglares o fieles laicos tienen un papel muy importante en la difusión del evangelio, con vistas a una acción apostólica eficaz. No son por lo tanto inferiores en responsabilidad evangélica, y no deben aspirar, como tampoco los obispos y sacerdotes, a recompensas humanas.

   Compromiso:
   Buscar responsabilidad evangélica, no tesoros y riquezas.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.