jueves, 7 de junio de 2018

X Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo B. 10-6-2018. Marcos 3,20-35



   En este día, se nos presenta el pecado y cual debe ser nuestra reacción ante él. No celebramos nada, es un domingo más o menos corriente y, sin embargo, contiene bonitas enseñanzas. Como frase a recordar, proponemos: "Creí, y por eso hablé", tomada de la segunda lectura.
   Las  enseñanzas de este domingo son pocas, pero de gran calado. Aprovechémoslas.

   La primera lectura, Génesis 3,9-15, expone el conocido relato del primer pecado del hombre, es decir, el de Adán y Eva. Lo conocemos todos. Por supuesto, no es un relato auténtico, histórico. Pero sí nos dice que, de una forma u otra, el pecado entró en el mundo por voluntad del hombre, por voluntad humana. Fijémonos en la última frase: "Pongo enemistades entre ti (la serpiente) y la mujer, entre tu descendencia y la suya; ella te herirá en la cabeza y tú la herirás en el talón". Esta es la razón por la que no podemos aplicarla a la virgen María poniendo a sus pies una serpiente, como a veces se hizo.

   La segunda lectura (2 Corintios 4,13-5,1)contiene dos preciosas ideas. Una: "nosotros creemos y por eso hablamos". La segunda: "Aún cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día". Es decir, si creemos de verdad, hablaremos mucho a favor de Dios y también creceremos continuamente en unión con él.

   El primer versículo del evangelio nos cuenta que la multitud no les dejaba ni comer pan. Esta expresión última se usaba como metáfora del estudio de la Biblia o de la Ley, que se expresa con "comer el pan". En el comienzo de esta lectura se ven dos reacciones de la gente: una mayoritaria, de simpatía; otra de rechazo total, que es la de algunos círculos cercanos a Jesús. Estos últimos afirman que la autoridad que muestra Jesús no procede de Dios Padre, sino del demonio. Esto no es una ofensa cualquiera, sino que es una calumnia consciente y fruto de muy mala fe. Jesús les responde amenazadoramente: la mala fe no tiene perdón.

   Declarar que es contrario a Dios luchar contra el fanatismo ideológico, junto al espíritu de odio y violencia, es insultar al Espíritu Santo. Es lo que hacen los letrados o maestros que dictaminan sobre la doctrina y establecen la ortodoxia, en contra de lo enseñado por Jesús. Ellos son los que afirman que Jesús está endemoniado.

   Esta forma de proceder se refleja también hoy día. Antes muchos decían: "Totus tuus"en alusión a que "siempre con el Papa". Pero hoy día muchos se han olvidado de todo ello y están en contra de él. Creen comer del pan de la Biblia, y realmente no comen.

   La Biblia, la Palabra de Dios, está por encima de los catecismos, aunque se llamen el Catecismo de la Iglesia. A estos se les debe un respeto, pero no son infalibles. Por encima está la Palabra de Dios. Hay que escrutarla en un ambiente de oración. Los conservadores ansían volver al catecismo del Padre Astete, pero olvidan las correcciones que algunos Papas recientes ya le han hecho. No pequemos contra el Espíritu Santo.


   Compromiso: revísate si eres de los conservadores que están contra el Papa o si tienes un espíritu abierto, que sin abandonar a Dios busca realmente el bien de los demás.



 
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