martes, 31 de marzo de 2009

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. 05/04/2009. Marcos 15, 1-38

La tercera lectura de este domingo es la Pasión del Señor y, por lo mismo, bastante larga. Por ello, en vez de seguirla versículo a versículo, presento unas ideas generales que pueden ayudar a profundizar en esas horas de inmensa amargura para Jesús.

Además del Nuevo Testamento, nos informan de la condena a muerte los historiadores Tácito y Flavio Josefo. Sin embargo, no sabemos quiénes fueron testigos directos de los hechos. Los discípulos escaparon a Galilea y las mujeres sólo podían observar a distancia, no les estaba permitida otra cosa. ¿Cómo se pudo conocer la conversación de Jesús con las autoridades judías o con Pilato, así como otros detalles? ¿O existieron escribanos que llenaron esos huecos o vacíos aplicando textos bíblicos del Antiguo Testamento? Y, también, cuando los primeros cristianos sufren persecución tienden a reflejar su problemática en Jesús sufriente, lo que, sin duda, influye en la redacción de los textos sobre la Pasión.

Pilato, durante las fiestas judías más importantes, pasaba a residir de su palacio de Cesarea al palacio fortaleza construído por Herodes el Grande, en Jerusalén. Estaba en el lugar más alto de la ciudad y desde allí se podía controlar la situación, dada la gran afluencia de gente. Y, allí, se encuentra un reo maniatado e indefenso llamado Jesús de Nazaret y el representante del más poderoso imperio que ha conocido la historia. Pilato era un goberador que no dudaba en recurrir a la brutalidad para resolver los conflictos.

Según la práctica de la época, el prefecto comienza a impartir justicia inmediatamente después del amandecer. Pilato ocupa su sede desde donde dicta sus sentencias. Es probable que se encuentre levantada ante la pequeña plaza que existe delante del palacio, lugar muy apropiado para un juicio público. En el proceso contra Jesús no hay defensa.

En todas las fuentes se le hace a Jesús la pregunta ¿Eres tú el rey de los judíos?. Lo que equivale, en la mentalidad de la época, a ser de Judea. Así se entiende, aunque en Jesús tenga un sentido espiritual. Es, por tanto, una pregunta decisiva, sobre todo si hay una muchedumbre que puede tener reacciones imprevisibles. Hemos visto en un evangelio reciente los miles de peregrinos que, por las fechas de Pascua, llegan a Jerusalén. Además, el suceso de los mercaderes del templo está muy vivo en el ambiente. Pilato llega fácilmente al convencimiento de que es mejor que Jesús desaparezca y todo quedará arreglado.

Condenado Jesús a la crucifixión, le esperan las horas más amargas de su vida. Para Cicerón, se trata del suplicio más cruel y terrible. El condenado a la crucifixión era víctima del mayor sadismo de los verdugos. Antes de colgarlo en la cruz, podían sacarle los ojos, flagelarlo, quemarlo, etc., pero no se le podía dañar ningún órgano vital para que la agonía durase lo más posible. Que sepamos, a Jesús, junto con la crucifixión, le aplicaron la flagelación y burlas de diverso tipo. Siempre era un acto público y las víctimas estaban totalmente desnudas; quedaban despellejadas, como afirma Flavio Josefo y con escasísimas fuerzas. Algunos morían.

Como todos los reos, Jesús debe llevar sobre sus espaldas el travesaño horizontal de la cruz. En el Gólgota ya están clavados los palos verticales. Tumban a Jesús en el suelo y extienden sus brazos sobre el travesaño horizontal, lo clavan por las muñecas y lo elevan para fijarlo al palo vertical y clavar después sus pies a la parte inferior. Los pies del crucificado quedaban a menos de medio metro del suelo, para que pudiera ser comido por los perros salvajes. Jesús es clavado en la cruz entre las nueve y las doce de la mañana. Con el peso de su cuerpo, que no resiste y se deja caer, se va axfisiando poco a poco. Pronto le llegarán las convulsiones y el extertor final. Jesús repite lo que muchos también repetimos: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?. Pero, Jesús sigue amando a su Padre Dios. Se queja de su silencio, de su aparente abandono. Todo queda ahora en manos del Padre: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!

lunes, 23 de marzo de 2009

Domingo V de Cuaresma. 29/03/2009. Juan 12, 20-33

Versículo 20. A veces, la palabra "griego" se refiere al que no es judío, sino que es, simplemente, prosélito o simpatizante de la religión judía. Muchos de estos acuden al Templo para celebrar la Pascua.

Versículo 21-22. Es necesaria una ambientación. Betsaida significa "lugar de pesca". En los evangelios, la pesca es una metáfora que significa la actividad de la misión. Los griegos expresan, ellos mismos, el deseo de acercarse a Jesús, a través de Felipe que recurre a Andrés y van a contárselo a Jesús. Aquí se refleja un problema de la primera comunidad cristiana que no se atreve a evangelizar a los paganos. Se deciden a ello después de haber consultado al Señor Jesús. Los paganos desean participar de la vida y toman la iniciativa intentándolo.

Versículo 23. Afirma Juan en 1,14, que en Jesús (en la Palabra hecha hombre) hemos visto la gloria de Dios. La humanidad de Jesús es el lugar de la teofanía, el lugar donde encontramos a Dios. La gloria de Dios es la gloria que va a manifestarse en Jesús cuando sea levantado en alto.

Versículo 24. El hombre posee muchas más potencialidades de las que aparentemente se ven. Esas potencialidades se liberan cuando se produce el don total de uno mismo. Jesús expresa esto mismo con otras palabras, es decir, con la metáfora del grano de trigo. En este caso, el fruto son los hombres que se agregan a la nueva comunidad, pasando de la muerte a la vida.

Versículo 25. El evangelio de este domingo está rodeado de alusiones a la muerte de Jesús, pero este versículo hace una referencia fuerte a nuestro comportamiento en un mundo que oprime al ser humano. Por desgracia, a menudo, hemos de incluir como opresora a nuestra propia Jerarquía religiosa, al igual que en tiempos de Jesús. Infundir temor, excomulgar, llamar al orden, condenar, prohibir, taparnos los ojos, es la gran arma de este mundo religioso cuando se convierte en opresor. Todo lo que sea dar un cerrojazo al Vaticano II - como se está haciendo - se convierte en opresión y traición al pueblo de Dios. Si denunciamos estas cosas, aunque nos condenen, estamos yendo contra ese modo perverso de obrar y se nos aplicará lo que dice el versículo 26.

Versículo 27. Sufrir es duro. Jesús sabe lo que le espera y tiene miedo. Va a sufrir como nadie en esta vida. Pero, a pesar de su inclinación natural a no sufrir, él acepta lo que le ha tocado por su defensa de la persona humana.

Versículos 28-30. Jesús huye de considerar a Dios como un talismán que nos saca de todos los apuros y que movemos a nuestro antojo. Pide al Padre que manifieste su gloria y la respuesta es rápida: lo hice y volveré a hacerlo. La gloria de Dios es visible para todos en Jesús. En él, va a brillar el inmenso amor que Dios nos tiene.

Versículo 31. Este mundo, como sistema de poder abusivo, es el enemigo de Jesús y de sus discípulos. El príncipe de este mundo personifica el círculo de poder abusador. Este príncipe, con todos los suyos es echado fuera. Con este lenguaje, afirma Jesús la sustitución del templo judío. Dios, ahora, se manifiesta en Jesús, que es el templo del mismo Dios.

Versículos 32-33. Jesús en la cruz lo atrae todo hacia sí. Para tener vida hemos de adherirnos a él con todas las consecuencias.

Compromiso: si desea apoyar la vuelta al Vaticano II, entre en:

http://www.petition-vaticanum2.org/pageID_7331924.html

En el artículo que aparece, llegue hasta donde dice: por favor, apoye usted esta petición con su firma electrónica. A continuación, busque donde esté en castellano y descargue archivo pdf y siga las instrucciones.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Domingo IV de Cuaresma. 22/03/2009. Evangelio de Juan, 3, 14-21

Hoy, el evangelista Juan se refiere a dos asuntos principales: la muerte de Jesús, es decir "del Hombre" o del "Hijo único", y el tema de la "luz" al que ya se refirió en el prólogo del evangelio o capítulo primero.

Versículos 14-15. En el libro de la Biblia llamado "Números", 21,9, aparece una plaga de serpientes venenosas y, ante ello, Moisés fabrica una serpiente de bronce y la levanta sobre un poste. El que era mordido, cuando miraba a la serpiente alzada en el palo, vivía. Sobre este suceso, se hace un paralelismo con Jesús: El que es prototipo de todos los hombres, el "Hombre" Jesús ha de ser levantado en alto, es decir crucificado, para que todo el que se adhiera a él tenga vida eterna. Este adherirse o creer implica aceptar el amor de Dios para recibir la vida definitiva. Antes era el cumplimiento de la Ley lo que falsamente prometía la vida; ahora, es el amor que Dios nos tiene lo que nos salva de verdad.

Versículo 16. Hace referencia al "Hijo único" que nos enseña el amor que Dios nos tiene. Nos recuerda a Abraham entregando en sacrificio a su hijo Isaac. Dios se comporta como Abraham, que fue capaz de desprenderse de su propio hijo. Existían tradiciones judías que afirmaban que el sacrificio de Isaac había tenido lugar a la hora en que después se sacrificarían los corderos en el templo. El sacrificio de Jesús inaugura la nueva Pascua. La comparación de ambos sacrificios es clara.

Versículo 17. Dios quiere salvar a todas las personas a través de Jesucristo, adheriéndose a él. Dios no desea condenar a nadie. Jesús hace presente el inmenso amor que Dios nos tiene. Salvarse es pasar de la muerte a la vida definitiva, a través de Jesús que nos da el Espíritu de vida.

Versículo 18. De ahí la importancia de la adhesión a Jesús. La adhesión (este es el significado del "creer" del evangelio de hoy) implica varias cosas: es un creer que significa amar de verdad, implicarse en dar a conocer lo que Dios nos ama, hacer lo que Jesús nos manda para bien de los demás. Está claro que el que se adhiere así a Jesús, se salva.

Versículo 19. Continúa ahora el tema de la luz, del que ya había tratado Juan al comienzo de su evangelio (1, 4-5). Para los judíos, la Ley, es decir, los diez mandamientos, eran lo mismo que la luz y esta daba vida al hombre. Para el evangelista Juan (1,4) sucede al revés, la vida misma es luz y no los mandamientos. La luz o ley no da vida; la vida misma sí da luz. Y la vida en plenitud que es Jesús es rechazada por muchos que prefieren las tinieblas.

Versículos 20-21. Jesús levantado en alto es la luz a la que debemos mirar todos con nuestra adhesión. Él es la única norma y la que descubre la bondad o maldad de nuestras acciones. O nos adherimos a él o lo abandonamos odiando la luz. No son doctrinas las que nos separan de Dios, sino el acercarnos a la luz o rechazarla (Juan 6,37). La adhesión a Jesús es lo fundamental. El amor es tal, en la medida en que realiza el bien del hombre y le comunica vida. De esta forma se acerca a la luz y se une a Dios.

Aplicación: a pesar de tus pecados y defectos, conserva tu adhesión a Jesús levantado en alto. Olvida las doctrinas y déjate iluminar por la luz de Cristo. Conserva las tres o cuatro cosas fundamentales y basta. Obedece al enfoque del evangelio que más te guste.

lunes, 9 de marzo de 2009

15/03/2009. Evangelio Juan 2, 13-25

En el evangelio de hoy, como en tantos otros, hay reflejos de la divinidad de Jesús. Además, se pone de manifiesto el grado de degeneración a que se había llegado en la celebración de la Pascua, y no precisamente por parte de un pueblo explotado.

Versículo 13. Mientras que en el Antiguo Testamento se dice "Pascua" o "Fiesta del Señor", en el evangelio de Juan se dice, despectivamente, la "Pascua de los Judíos". Sólo a partir del capítulo 11,55 se llama, simplemente, la Pascua, ya que va a ser inmolado el Cordero de Dios y, por lo mismo, va a ser la Pascua de Dios. En su origen, la Pascua celebraba la fiesta de la liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto y era una fiesta familiar, pero en tiempos de Jesús era realmente opresora para los bolsillos de la gente. Había obligación de sacrificar un animal en el templo y todos los israelitas mayores de 12 años estaban obligados a ir a la capital, a Jerusalén. Como detalles importantes, diré que Jerusalén tenía unos 55.000 habitantes, a los que se añadían durante estas fiestas de Pascua, unos 125.000 peregrinos. Se sacrificaban unos 18.000 animales entre bueyes, ovejas o palomas. Además, era una ocasión para revueltas o exaltación del espíritu nacionalista. En esta fiesta, con tan gran cantidad de peregrinos, la actuación de Jesús tendrá resonancia nacional.

Versículo 14. El gran mercado anual de la fiesta comenzaba tres semanas antes de la Pascua. El dinero por las licencias para los puestos de venta era para el sumo sacerdote y muchas de las tiendas eran de sus familiares, como también la venta de animales para los sacrificios. Todo quedaba en casa, en manos de la poderosa familia del sumo sacerdote.

Versículo 15. En aquella época, se representaba al Mesías con un azote en la mano para castigar las malas prácticas. Expulsa sólo a los animales, declarando con ello la invalidez de aquellos sacrificios. El templo acuñaba una moneda que era la válida para el tesoro del templo. De ahí la necesidad de los cambistas era otra fuente de ingresos. Otra forma de explotación.

Versículo 16. La paloma era el animal usado para los holocaustos propiciatorios y en sacrificios de purificación y expiación. Se ofrece por dinero la reconciliación con Dios. Jesús no condena, pero invita a la conversión.

Versículo 19. Jesús usa la palabra "santuario" aunque a veces se traduce mal. Designaba no el templo sino la capilla que simbolizaba la presencia de Dios. Jesús es, pues, el santuario de la divinidad, y afirma: "Destruid este santuario y en tres días lo levantaré".

Versículo 20. Aquí se pasa del santuario como capilla al edificio o templo.

Versículos siguientes. La humanidad de Jesús es santuario (templo) porque en Él habita la plenitud de Dios. Los discípulos lo recuerdan cuando el Señor muere y resucita . Él no se fía de la gente que se adhiere a Él.

Aplicación. Gracias a Dios, en nuestra iglesia no se logra la reconciliación con Dios a base de dinero, sino a través de Jesucristo. Pero la tentación abusiva del dinero para cosas espirituales siempre es posible. No olvidemos la referencia a la divinidad de Jesús como santuario de Dios.

martes, 3 de marzo de 2009

Domingo II de Cuaresma. 08/03/2009. Evangelio Marcos 9, 2-10

En este día, se pone de manifiesto la divinidad de Jesús y la fuerza de las ideológías junto con la muerte y resurrección del mismo Jesús.

Versículo 2. Aparte de un significado del número seis (a los seis días), relacionado con la muerte y resurrección del Señor y en lo que no me detengo, no olvidemos que el día sexto es el de la creación del hombre (Gén. 1, 26-31). Representa, pues, la culminación de la obra creadora, ahora en su final glorioso. De no dar una explicación al número seis, aquí no tendría sentido afirmar a los "seis días" ya que no hay una referencia anterior de la cual partir para contar.
Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, que son los discípulos que mayor resistencia ofrecen a su mensaje. Prueba de ello son los sobrenombres que Jesús les puso: Pedro=piedra y Truenos=autoritarios. Hay que convencerlos con una experiencia extraordinaria, porque ellos esperan un Mesías nacionalista y que use la fuerza si es necesario.
El monte es el lugar donde habita la divinidad. Un "monte alto" posiblemente alude al Sinaí donde tanto Moisés como Elías tuvieron una manifestación divina.

Versículo 3. El blanco deslumbrador de sus vestidos, según la tradición judía, expresa que Jesús ha entrado en la gloria de Dios. Además, es casi seguro que el auditorio helenista, al que se dirige Marcos, comprendería la transfiguración como una prueba de la divinidad de Jesús.

Versículo 4. Moisés y Elías representan la Ley y los Profetas. Los dos, a la vez que tienen cosas buenas, tienen bastantes muertes a sus espaldas. Moisés representa el espíritu nacionalista violento y Elías el reformismo por la violencia. Ellos hablan solamente con Jesús. Con ello, Marcos da la pauta para interpretar el A.T.: todo lo que en él se oponga a la palabra o actividad de Jesús es pura invención humana. En Marcos no existe la palabra "Ley".

Versículo 5. Pedro llama a Jesús "Rabbí" como si fuese un letrado que enseñaba ateniéndose a la tradición de los mayores. El término "chozas" (tiendas) hace mención a la fiesta de las Chozas de carácter mesiánico nacionalista, en contra del universalismo de Jesús. Pedro sigue con su ideología y la transfiguración no le sirve para rectificar. Al contrario, se confirma en ella.
Por toda esta insistencia en el nacionalismo a ultranza de Pedro y algún otro dato, parece que en la época del evangelista Marcos, Pedro y los suyos siguen interpretando equivocadamente el mesianismo de Jesús.

Versículo 7. Las palabras "este es mi Hijo amado" recuerdan las del bautismo de Jesús, tomadas del salmo 2; pero jamás se le puede aplicar el v. 9 del mismo.

Versículo 8. Después de la transfiguración se esperaría de los tres discípulos alguna palabra de rectificación u homenaje, pero Marcos no lo dice.

Versículo 9. Pedro y los otros dos no han dejado su ideología, su forma de pensar, totalmente errónea. Por eso Jésús no quiere que lo difundan, para que los demás no caigan en la equivocada interpretación de Pedro. Cuando Jesús haya muerto y resucitado, llegará el momento de difundirlo.

Aplicación: en nuestra iglesia hay cosas que deben cambiar. Algunas porque no siempre fueron así históricamente. Otras, porque además, los tiempos actuales piden cambios que se podrían hacer con el Nuevo Testamento en la mano. Pero, las ideologías dominan a muchos de nuestros jerarcas y a un cierto número de cristianos que no admitirían ningún cambio, ni siquiera dejando una libertad de acción para obrar de una u otra forma. Y eso, aunque hubiese otra transfiguración del Señor. Es triste que imitemos a Pedro en estas cosas.

 
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