lunes, 7 de febrero de 2022

Domingo VI del Tiempo Ordinario. 13/02/2022

Hoy deseo que empieces a dedicar algún tiempo a la meditación. Es algo fundamental para el cristiano y que muchas veces olvidamos. Por esta razón, hoy vamos a dar un giro a nuestro comentario del evangelio, con el convencimiento de que si vamos aprendiendo a meditar, nos sentiremos verdaderamente contentos. Esa va a ser la realidad. Si te vas introduciendo en ello te sentirás contento/a. Y si ya sabes, todos nos alegramos de verdad. Confía siempre en Dios, busca el apoyo en él. no te apartes del corazón de Dios. Pues si lo haces, es decir, si te apartas, serás como un cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia. Pues mira, aquí tienes un buen punto para la meditación. Empezamos. Imagina que eres un cardo. Estás solo. En medio del desierto. Nunca recibes el agua de la lluvia. En ti no hay ninguna flor. Estás árida. Pero se trata de acercarte a Dios, porque dice la primera lectura que estamos comentando, que serás un árbol plantado junto al agua... tus hojas siempre están verdes... no te molesta la sequía, pues no por ello vas a dejar de dar fruto. Como dice el primer salmo: "Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor". Piensa lo que eres sin agua. Estás seco de verdad. No tienes raíces, se secaron. Confía en Dios para crecer junto a él. Vive de estar junto a Dios, de no querer ser un cardo. Recuerda lo que dice el salmo. En la segunda lectura (1Corintios 15, 12.16-20) se nos recuerda que Cristo ha resucitado y eso da sentido a nuestra fe. Pablo es tajante: "si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado". Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos y es primicia de los que han muerto. No seas un cardo. Deja que Cristo haga de ti un verdadero rosal. Piensa en lo que vas leyendo. Usa tu imaginación para las cosas buenas. y progresa en la meditación. La tercera lectura es la evangélica, y en este caso es la de las bienaventuranzas. Vuelve tu mirada hacia las lecturas anteriores. Continúa tu oración. ¿Qué te parece, eres un cardo en plena sequía o eres un rosal, con borbotones, en esperanza de convertirse en verdaderas rosas? ¿Esta oración o meditación ha influido en ti? ¿Quieres completarla de verdad? Quizá necesite un poco de adorno, de embellecimiento. Nadie mejor que tú puede ver lo que necesita, lo que le falta. Es una forma de aprender y de mejorar. Ten iniciativa. ¡Un abrazo en el Señor!

 
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