miércoles, 5 de junio de 2019

Solemnidad de Pentecostés. Ciclo C. 09/06/2019. Juan 20, 19-23

   Hoy concluye el tiempo de Pascua, tiempo de 50 días, que van desde la Resurrección de Jesús hasta Pentecostés. El Espíritu Santo está presente de manera especial. En las lecturas de hoy es fundamental la experiencia de Dios, experiencia de la que carecen algunos de los cristianos que asisten a misa.

   Como frase para memorizar se propone: "vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas... posándose encima de sus cabezas. Y se llenaron todos de Espíritu Santo (Hechos 2)".

   La primera lectura se toma de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11. La idea que subyace en todo el texto es la experiencia terrenal de Dios que, aunque sea limitada porque somos humanos, son vivencias que nos tocan muy de cerca lo más profundo del corazón. Esas vivencias de los Apóstoles que nos relata la primera lectura, las han tenido también otros judíos, como lo afirman los textos históricos. Nos dicen que el Espíritu Santo descendió sobre algunos judíos cuando estudiaban el Antiguo Testamento, descendiendo sobre ellos en forma de un fuego y viento impetuoso. Se trata de una experiencia inefable sobre Dios. Y de esa experiencia de Dios hablamos muy poco. La comunión y acordarse de Dios con frecuencia, decirle que lo amamos y ayudar en su nombre al hermano nos pone en camino.

   1ª Corintios 12, 3b-7.12-13 es la segunda lectura y comienza afirmando que nadie puede decir que Jesús es el Señor, sino es por el Espíritu Santo. Es la enseñanza principal. Decir se pueden decir muchas cosas, pero decir con verdadera fe que Jesús es el Señor, sólo podemos decirlo con la luz del Espíritu Santo. No desperdiciemos las inspiraciones que Dios nos da.

   En el evangelio de hoy, Jesús se presenta una vez más como verdaderamente resucitado, enseñando a los discípulos sus manos y costado a la vez que les desea la paz. Y termina diciendo a todos sus discípulos, no sólo a los apóstoles: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados y a quienes se los retengáis, les quedan retenidos". Es la comunidad la que tiene el poder de perdonar los pecados, por tanto. Los pecados graves, se entiende. Los otros, bastará pedir perdón a Dios o al hermano al que se ofendió. La comunidad tiene el poder de perdonar los pecados porque en ella está el Espíritu Santo. Las tres lecturas de este domingo nos hablan de El. No en vano es su fiesta.

   Compromiso:
   Meditar sobre lo leído y sacar conclusiones propias.

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.