miércoles, 2 de enero de 2019

Solidaridad de la Epifanía del Señor. Ciclo C. 06/01/2019. Mateo 2, 1-12

   Celebramos hoy una gran solemnidad, la solemnidad de la Epifanía del Señor. Jesús ha nacido y, ahora, representados por los magos, vamos todos a adorarle.

   Como recordatorio de lo que es la venida del Señor nos aplicamos el pensamiento de Isaías en la primera lectura: "Estamos radiantes de alegría; nuestro corazón se asombra y se ensancha". Recitémoslo con frecuencia" (Isaías 60).

   La primera lectura es de Isaías 60, 1-6. Expresa la gran alegría de la venida del Señor a través de la historia. ¡Tanta es la alegría que a los jóvenes los traen en brazos! Todos proclaman las alabanzas del Señor.

   Efesios 3, 2-3a. 5-6 nos proporciona la segunda lectura. Cabe destacar que, como al apóstol Pablo, se nos da a menudo la gracia de Dios para que la administremos a favor de los demás. Debemos aprender a hablar de Dios con los demás. No hace falta predicar. Puede ser un sencillo hablar y conversar. El Espíritu nos habla a menudo y debemos estar atentos para oír su voz. Todos somos partícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio.

   La estrella es un personaje importante del evangelio de  hoy. Aparece cuatro veces. Se debe aclarar que los magos no se pusieron en camino porque habían visto la estrella, sino que vieron la estrella porque ya se habían puesto en camino, como dice San Juan Crisóstomo. Cuando en el fondo del corazón hay una inquietud por las cosas de Dios, es casi seguro que él, tarde o temprano, se nos hará presente. Es la ley de la gracia. Es la forma de obrar que tienen Dios. Cuando sientas que Dios llama a tu corazón, ábrete a él, no tardes en hacerlo. Ofrécele pronto el oro, el incienso y la mirra. El oro es símbolo de la fe, de las buenas obras. Con él se confeccionaba ropa de los seres celestiales y se decoraban lugares del ámbito celestial. El incienso produce un humo intenso al ser calentado y es un símbolo de oración, que asciende hacia Dios. La mirra, mezclada con aceite producía un codiciado perfume. Traducidos a su significado, crezcamos en la fe y llenémonos de buenas obras. Es un precioso homenaje al niño Jesús. Seamos personas de oración en todo momento. Escojamos cuatro, o cinco o seis lugares por donde pasemos durante el día y hagamos un esfuerzo para acordarnos de Dios y decirle lo que lo queremos. Una y otra vez. Uno y otro día. Es una forma de hacer oración. Y, hemos recogido el profundo valor del oro, del incienso y de la mirra en nuestra vida espiritual. Tres preciosos regalos para el niño Jesús, no sólo en estas fiestas de navidad, sino para todo el año 2019.

   Compromiso:
   En unas fechas de tanto encanto, que salga de ti personalmente.

 
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