lunes, 26 de abril de 2021

V Domingo de Pascua. 02/05/2021

    Un cristiano, con  buena formación como creyente debe saber que su vida del espíritu depende de su vida ascética y de su vida mística. Es decir, de su vida de sacrificio, de entrega, de ayuda a los demás cuando de verdad necesitan de nosotros, y de nuestros sacrificios y de nuestra vida de oración. Esto es lo que se llama la vida ascética pero, ¿y nuestra vida mística? ¿La tenemos abandonada? Cuando nos acordamos de Dios varias veces al día y decimos con nuestro interior, con el pensamiento, que lo amamos, estamos iniciándonos en la vida mística, que es la vida de unión con Dios. Pero, no olvidemos que esa vida en definitiva es siempre un regalo de Dios. En este domingo, en que Jesús se nos presenta como la vid verdadera es necesario hablar de nuestra vida ascética, de nuestra unión con Él. Que Jesús, Dios hecho hombre, nos inyecte su propia vida y que la vivamos plenamente.


   La primera lectura es de los Hechos de los Apóstoles 9,26-31. Cuando Pablo llega a Jerusalén, todos los discípulos le tienen miedo, porque había perseguido muchísimo a los cristianos e ignoraban que se habían convertido al cristianismo. Entonces, Bernabé lo presenta a los apóstoles, lo da a conocer y explica su conversión y cómo había defendido a Jesús valientemente. Por esa razón, los helenistas se proponen matarlo. Los discípulos de Cristo cojen a Pablo y lo llevan a Cesarea, para que marche a Tarso y pueda librarse de la muerte. La Iglesia progresaba con el temor del Señor y se multiplicaba consolada por el Espíritu Santo.


   La 1ª de Juan cap. 3,18-24 o segunda lectura, lo tiene todo muy aprobechable, pero al final dice algo verdaderamente interesante: "En esto conocemos que (Dios) permanece entre nosotros: Por el Espíritu que nos dió". Lo sabemos muy bien cada uno de nosotros. Aunque a la hora de expresar nuestras vivencias lo hagamos de forma distinta. Esque Dios es tan infinito que es inexpresable. 

 

    El evangelio es de Juan 15,1-8. Es el evangelio de la vid(Cristo) y los sarmientos(nosotros). Es tan importante, que el verbo permanecer en Cristo aparece explícitamente 7 veces. Si permanecemos en Cristo daremos fruto abundante. Nosotros, los sarmientos, somos fecundos únicamente cuando estamos unidos a la vid, a Jesús. Ello es el secreto de toda la vida cristiana. Y él es quien nos lleva a la vida mística de verdad, a la vida unitiva con Dios.

lunes, 19 de abril de 2021

Domingo IV de Pascua. 25-4-2021.

    Seguimos con los domingos de Pascua. Es necesario e imprescindible impregnarse en profundidad de vivencias místicas de la resurrección de Cristo. Y todo ello en este tiempo pascual y mientras nos dure, es decir, hasta el 16 de mayo que es el último domingo de dicho tiempo. Es necesaria la convivencia y las vivencias de Cristo resucitado. ¡Cristo sigue vivo! Como un fiel amigo que me llega a lo más íntimo del alma, así es Jesús. Si realmente nos llenamos de Cristo resucitado, nuestra vida cristiana se hará muy distinta. Digámosle varias veces durante el día, que lo amamos, que queremos seguir siempre cerca de Él.


   Hechos 4,8-12, primera lectura, nos dice que Jesús es la piedra angular. Me gusta observar las esquinas de las casas de piedra. ¡Cómo presta observar las piedras angulares y acordarse de Cristo! Pero, Cristo es único. Es piedra angular única.


   Y dice el salmo de hoy, que "La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular". Repitámoslo durante el día.


   1 Juan 3,1-2 nos recuerda que somos hijos de Dios. Pero cuando se manifieste lo que seremos, entonces veremos a Dios tal cual es. ¡Qué regalo tan bonito nos espera!¡Qué nos querrá decir Juan! Nos llena de ilusión y de amor. Gracias Señor.


   El evangelio de hoy se toma de Juan 10,11-18. Es el evangelio del buen pastor. Nada mejor se puede decir de Jesús de Nazaret. Jesús es el buen pastor. Él cuida de sus ovejas hasta el final. 


   Lo decisivo, en el plano sentido de la palabra, es siempre la aproximación de Dios que viene hacia nosotros. Es lo que se encuentra en las parábolas de Jesús. Y en concreto en la parábola del buen pastor. En esta parábola Dios, Jesús, se presenta como el buen pastor; el que cuida de nosotros en todo momento, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de nuestra vida.


   Jesús, como buen pastor, debemos corresponderle, como oveja noble que so deja llevar y que manifiesta amor y cariño. es una corriente mutua de uno al otro. 


   Que cada uno de nosotros ayude a interpretar esta parábola según sus necesidades y punto de vista.

miércoles, 14 de abril de 2021

III Domingo de Pascua. 18-4-2021. Lucas 24, 35-48.

    Seguimos con el espíritu en la resurrección de Jesús. Y por esea misma razón los textos de la misa abundan en ese recuerdo fijándose de una forma en algún aspecto de la misma. Pero la resurrección, siempre de una forma o de otra, nos trae el recuerdo de la pasión.

 

    Así, la primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles 3,13-15.17-19, nos sitúa en plena actitud mística. En efecto, poner nuestra vida plenamente en los brazos de Dios, entregarla com Jesús la entregó, sin huir de ella en ningún momento, aunque no podía, pero quiso cumplir la voluntad plena del Padre. Lo aceptó todo en su corazón. Y esto es el mayor acto de amor que podemos hacer. Un acto plenamente místico, de unión con Dios Padre. Digamos con el salmo 4: Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro. Que sea nuestra oración en el día de hoy varias veces al día.


   Veamos ahora la segunda lectura de este día. Se toma de la primera carta de Juan 2, 1-5a. Jesucristo es nuestro abogado ante Dios Padre. Lo conocemos cuando guardamos sus mandamientos. Y entonces el amor de Dios ha llegado a nosotros en su plenitud, que nunca será tan total porque somos muy débiles.


   El evangelio es de Lucas 24, 35-48. Cuando Dios llega a nosotros y lo racivimos con el corazón abierto, nos llega una paz especial, es la paz de Dios que inunda nuestro corazón. Es una gracia especial que Dios te dará si buscas vivir unido a Él. Acuérdate de Él varias veces durante el día , dile que le amas y que te ayude a seguir amándole. Ayuda a los demás si puedes, por amor a Dios. Todo ello te dará una alegría especial y te abrirá el entendimiento para saborear las cosas de Dios. No te separarás jamás de Él. Es el camino de todos los grandes místicos de la Historia. Es el camino de Dios en el que todo lo que se logre es gracias a Él. 

   

   Y termina el evangelio de hoy afirmando que se predicará la conversión para el  perdón de los pecados a todos los pueblos. Pero, no cabe duda que esto depande de tí y de mí. ¿No te da qué pensar todo esto? La entrega a Dios, amarlo cada vez más, transmitirlo de una u otra forma... A ver si eres capaz de llegar a un verdadero compromiso. ¡Pídele a Dios que veas claro en este sentido!

 

    Propócito: llevo muchos años, dandote sugerencias. Ahora, deposito en tí la confianza. Eres capaz de eso y de mucho más.

martes, 6 de abril de 2021

Domingo II de Pascua. 11-4-2021. Juan 20,19-31.

   Todavía escuchamos los ecos del día de la resurrección. Si vivimos los días de la Pasión con verdadero espíritu cristiano, también sentiremos una inmensa alegría y paz espiritual saboreando los comienzos de la Pascua del Señor. Y, si no tenemos ya una alegría fuerte, al menos, nos quedará el recuerdo de la misma... Lo importante es vibrar con Dios, estar cerca de Él.


    Hoy, en la primera lectura, Hechos 4,32-35, se nos habla del amor entre nosotros, entre los creyentes, que lo poseían todo en común. Entre ellos no había necesitados. Pero, conociendo el espíritu cristiano, podemos estar seguros que los no cristianos también disfrutarían del espíritu de caridad, de amor que Cristo nos transmite. Llenos del amor de Dios en nosotros, digamos a menudo el salmo 117: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. 


   La segunda lectura se toma de la primera carta de Juan 5,1-6. El amor a Dios y a Cristo están íntimamente relacionados. Aprendamos nosotros a relacionarlo sin que se nos explique. Que nuestras vivencias sean las de amar a Dios y a los hermanos en Cristo Jesús. Hay una realidad, y es que los mandamientos de Dios no son pesados, cuando lo amamos de verdad.


   El evangelio de este domingo se toma de Juan 20,19-31. Lo primero que hace Jesús es darnos la paz. Paz que penetra en nosotros y nos da una profunda paz. Y así vamos de paz en paz. Y somos enviados por el mundo a comunicar la fe en Cristo. Somos todos llamados a callejear para darlo a conocer. Deben hacerlo no solo los misioneros, no solo los sacerdotes. ¡También tú y yo! No debemos balconear, sino callejear, estar entre la gente, hablar de nuestra relación con Dios, con Jesús de Nazaret. Jesús no dijo solo a los apóstoles. sino también a los discípulos, "recibid al Espíritu Santo; a quienes perdoneis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengaís les quedan retenidos". Y los discípulos somos todos. Por lo tanto pensemos ¿a quiénes dijo jesús la frase anterios? La dijo a todos nosotros, a tí y a mi. Luego, todos podemos perdonar los pecados. Pero, además, el evangelista Juan tiene un concepto especial de pecado. EL pecado consiste en integrarse voluntariamente en el orden injusto. Juan no concibe el pecado como una mancha, sino como una actitud del individuo: pecar es pertenecer a un sistema opresor contra el ser humano. Cuando uno entra en el grupo cristiano, rompe definitivamente con el orden injusto y se propone vivir según el mensaje de Jesús, y sus pecados ya no pesan sobre Él. Según lo dicho, recordemos que el poder de perdonar los pecados lo tiene la comunidad, con todas las conclusiones que de aquí puedan derivarse.



   Compromiso: No pertenezcas a un oreden injusto, ni lo favorezcas.

 
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