Es verdad que Dios, a veces, suscita determinados profetas para llevar su testimonio. Y sin ser profetas, tu... yo... otros podemos ser profetas que hablen de Dios a otras personas. Esto, precisamente, es lo que hace otro profeta: ¡Hablar sobre Dios! Y todos podemos ser profetas de Dios porque el papa Francisco quiere que todos seamos "Iglesia en salida". Es decir, cristianos que no se queden dentro de la Iglesia, si no que salgan y hablen de Dios a la gente en las conversaciones que surgen tan a diario entre nosotros. Pensemos en la gran gracia que es para nosotros haber conocido a Dios, tan bueno, y hablarle sobre la vida espiritual y material. Hemos comentado la primera lectura tomada del libro bíblico Deuteronomio 18,15-20.
Como salmo se recita el número 94: Ojalá escuchéis hoy su voz: no endurezcáis vuestro corazón.
La segunda lectura es de 1 Corintios 7, 32-35. Hoy nos presenta la influencia que tiene nuestra vida para dedicarnos, más o menos, a las cosas de Dios. Es verdad que aquí, el autor de la carta no nos habla de la unión Mística con Dios, ni para el soltero ni para el casado. Yo diría que, tanto en la vida de uno como en la del otro, se puede alcanzar la unión con Dios en sus diversos grados. Y esto es la importante. Lo importante está en el final de esta lectura: el trato con el Señor. No caba duda que el trato con el Señor es más fácil de alcanzar en unas situaciones que en otras, pero la obra principal es obra de Dios.
El evangelio es de Marcos 1,21-28. Como tema principal es el de Jesús predicando con autoridad. Autoridad por la seguridad de su doctrina y sobre el espíritu maligno: "Cállate y sal de él". La gente queda estupefacta y se pregunta asustada:"¿Qué es esto?, ¿una enseñanza nueva expuesta con autoridad?". Jesús no pronuncia palabras sólamente, sino que además actua. De esta forma manifesta el proyecto de Dios de una forma mucho más completa.
Uniendo las tres lecturas tenemos un programa completo de actuación cristiana. La primera nos presenta la necesidad que tenemos de hablar de Dios, o sobre las cosas de Dios, cuando estamos con otros. A lo largo del día se nos pueden presentar diversas ocasiones. Aprovechémoslas.
En cuanto a la segunda lectura, cualquiera que sea nuestro estado o situación, busquemos el vivir siemprecerca, muy cerca de Dios. Pero, no solo con oraciones sino también con obras de amor a las demás, de ayuda...
Y sobre la tercera, sepamos que las vivencias de la cercanía a Dios nos dan seguridad y firmeza para el camino...
Compromiso: Escoge sólo uno de los que se pueden proponer.
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