martes, 23 de noviembre de 2010

Domingo I de Adviento. 28/11/2010. Mateo, 24,37-44.

   Hoy dejamos a un lado el evangelio de Lucas que se leyó durante el año y nos viene un pasaje de Mateo. Nos habla de la venida del Hijo del hombre. Nos pone como ejemplo, el arca de Noé en la que unos entraron para salvarse del diluvio y otros quedaron fuera y se los llevó el agua.

   En el versículo anterior al evangelio de hoy, es decir, el 36, dice Jesús acerca de lo que sucederá, que nadie sabe cuando ha de ser; no lo saben ni los ángeles ni el Hijo, sólo el Padre. Esta ignorancia que manifiesta Jesús goza de gran credibilidad histórica, pues los primeros cristianos no lo habrían puesto si fuera mentira, ya que desdice de él. Existen varios criterios para determinar lo que es realmente histórico en los evangelios. El criterio que se aplica en este caso se llama el criterio de dificultad, por ser muy difícil para los cristianos ver ignorancias en Jesús, aunque sea como hombre.

   Saber estas cosas sobre exégesis bíblica haría a los creyentes personas más ilustradas y capaces para responder a los problemas que hoy pueden presentar los no creyentes. En los evangelios hay verdadera historia y hay criterios para investigarla. Las nuevas ideas de la investigación bíblica rara vez llegan a los bancos de las iglesias y esto es , hoy, muy necesario.

   El evangelio leído trata del fin, que puede ser el fin individual o el fin de la historia. Nos interesa el primero, porque, sin duda, no llegaremos al fin del mundo. Este trozo evangélico dice: "Estad en vela, pues no sabéis qué día va a llegar vuestro Señor". Esta palabra, "Señor", es la clave de la interpretación. El Señor es Jesús resucitado, por lo que este evangelio hace referencia a los primeros cristianos que tienen determinados problemas. Antes de los primeros cristianos aún no podemos hablar de Jesús como el Señor, título que se le aplica como resucitado. Porque resucitó, es el Señor. Hay persecuciones para los primeros cristianos y como dice este evangelio, a un hombre se lo llevan y a otro lo dejan; a una mujer la llevan y a otra la dejan. Para dar ánimo a aquellos cristianos se recuerdan algunas de las cosas que predicó Jesús durante su vida y se hace con ellas una nueva redacción. Aunque no sean palabras literales de Jesús, se recoge en ellas la fidelidad que debemos profesar para con Dios. Sean o no sean tiempos de persecución.

   Compromiso:
   Reaccionar de forma parecida a la de un joven hace unos días: ¿váis contra la religión? ¡¡¡pues ahora yo vuelvo a ir a misa!!!

 
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