lunes, 9 de marzo de 2009

15/03/2009. Evangelio Juan 2, 13-25

En el evangelio de hoy, como en tantos otros, hay reflejos de la divinidad de Jesús. Además, se pone de manifiesto el grado de degeneración a que se había llegado en la celebración de la Pascua, y no precisamente por parte de un pueblo explotado.

Versículo 13. Mientras que en el Antiguo Testamento se dice "Pascua" o "Fiesta del Señor", en el evangelio de Juan se dice, despectivamente, la "Pascua de los Judíos". Sólo a partir del capítulo 11,55 se llama, simplemente, la Pascua, ya que va a ser inmolado el Cordero de Dios y, por lo mismo, va a ser la Pascua de Dios. En su origen, la Pascua celebraba la fiesta de la liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto y era una fiesta familiar, pero en tiempos de Jesús era realmente opresora para los bolsillos de la gente. Había obligación de sacrificar un animal en el templo y todos los israelitas mayores de 12 años estaban obligados a ir a la capital, a Jerusalén. Como detalles importantes, diré que Jerusalén tenía unos 55.000 habitantes, a los que se añadían durante estas fiestas de Pascua, unos 125.000 peregrinos. Se sacrificaban unos 18.000 animales entre bueyes, ovejas o palomas. Además, era una ocasión para revueltas o exaltación del espíritu nacionalista. En esta fiesta, con tan gran cantidad de peregrinos, la actuación de Jesús tendrá resonancia nacional.

Versículo 14. El gran mercado anual de la fiesta comenzaba tres semanas antes de la Pascua. El dinero por las licencias para los puestos de venta era para el sumo sacerdote y muchas de las tiendas eran de sus familiares, como también la venta de animales para los sacrificios. Todo quedaba en casa, en manos de la poderosa familia del sumo sacerdote.

Versículo 15. En aquella época, se representaba al Mesías con un azote en la mano para castigar las malas prácticas. Expulsa sólo a los animales, declarando con ello la invalidez de aquellos sacrificios. El templo acuñaba una moneda que era la válida para el tesoro del templo. De ahí la necesidad de los cambistas era otra fuente de ingresos. Otra forma de explotación.

Versículo 16. La paloma era el animal usado para los holocaustos propiciatorios y en sacrificios de purificación y expiación. Se ofrece por dinero la reconciliación con Dios. Jesús no condena, pero invita a la conversión.

Versículo 19. Jesús usa la palabra "santuario" aunque a veces se traduce mal. Designaba no el templo sino la capilla que simbolizaba la presencia de Dios. Jesús es, pues, el santuario de la divinidad, y afirma: "Destruid este santuario y en tres días lo levantaré".

Versículo 20. Aquí se pasa del santuario como capilla al edificio o templo.

Versículos siguientes. La humanidad de Jesús es santuario (templo) porque en Él habita la plenitud de Dios. Los discípulos lo recuerdan cuando el Señor muere y resucita . Él no se fía de la gente que se adhiere a Él.

Aplicación. Gracias a Dios, en nuestra iglesia no se logra la reconciliación con Dios a base de dinero, sino a través de Jesucristo. Pero la tentación abusiva del dinero para cosas espirituales siempre es posible. No olvidemos la referencia a la divinidad de Jesús como santuario de Dios.

 
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