viernes, 1 de agosto de 2014

XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. Ciclo A. 3-8-2014. Mateo 14, 13-21

     El tema principal de este domingo y que actúa como hilo conductor de las tres lecturas, es el del amor que Dios nos tiene.

     La primera lectura tomada del libro bíblico de Isaías (55, 1-3), es una especie de alegoría en la que se toma el alimento como base de la enseñanza. El alimento divino no cuesta dinero: la gracia de Dios nos viene gratis. El agua de la purificación, la leche de la abundancia, el pan del alimento de nuestro espíritu nos lo da graciosamente el Señor Dios. ¡Busquémoslo! ¡No vayamos tras otras cosas que nos hagan olvidarnos de Dios, de lo auténtico! Termina la lectura afirmando Dios: "Escuchadme y viviréis. Sellaré con vosotros una alianza eterna".

     Tal es el amor que Dios nos tiene, que la segunda lectura (Romanos 8, 35.37-39) comienza preguntando: "¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?". Continúa enumerando una serie de posibles causas que nos podrían apartar del gran amor que Dios nos tiene y que se manifestó en Cristo Jesús, Señor nuestro. Los cristianos a quienes se dirige esta carta de Pablo, están dispuestos a dar la vida por no renegar de Cristo, aunque la pierdan a través de la espada. Es la respuesta al amor que Dios nos tiene.

     Ante la tercera lectura, es decir ante el evangelio, Jesús nos enseña cómo debe ser el amor con todos. Lo primero, Jesús nos quiere pero más libres. Por eso, manda a la multitud que se recuesten para comer, ya que era así como se sentaban los hombres libres para comer la Pascua. Jesús cuenta con cinco panes y dos peces para racionarlos a todos. No estamos ante un hecho real milagroso, sino ante un hecho significativo. Cinco (panes) y dos (peces) suman siete unidades de lo que sea, y el número siete indica la totalidad. Repartir el pan y los peces significa que prolongamos la generosidad de Dios creador.

     Jesús pronuncia la bendición, significando que el pan deja de ser don de hombres y pasa a ser regalo de Dios. Cuando se libera la creación del egoísmo humano, sobra en el mundo para cubrir las necesidades de las personas. Sin querer amasar miles de millones, sobraría para eliminar las hambrunas del mundo.

     Los doce restos que sobran representan las doce tribus de Israel. Es decir, que compartiendo habría para todos y sobraría muchísimo. Dice el evangelio que eran cinco mil los hombres que comieron. Es también una cifra simbólica: 5000=50x100, indica repetición ilimitada, y en este caso, la importancia del compartir. Compartiendo, la tierra da para todos.

Compromiso: desprenderme de algo, para compartir.


 

 
Licencia de Creative Commons
Teología Ovetense by longoria is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported License.