martes, 23 de febrero de 2010

Domingo II de Cuaresma. 28-2-2010. Lucas, 9,28b-36

En este día, se pone de manifiesto la divinidad de Jesús y la fuerza de las ideológías junto con la muerte y resurrección del mismo Jesús. La Transfiguración del Señor, según la tradición sucedió en Galilea, en el monte Tabor. Pero, actualmente, muchos afirman que fue en el monte Hermón, en Transjordania, al otro lado del nacimiento del rio Jordán. Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, que son los discípulos que mayor resistencia ofrecen a su mensaje. Prueba de ello son los sobrenombres que Jesús les puso: Pedro=piedra y Truenos=autoritarios. Hay que convencerlos con una experiencia extraordinaria, porque ellos esperan un Mesías nacionalista y que use la fuerza si es necesario.El monte es el lugar donde habita la divinidad. Un "monte alto" posiblemente alude al Sinaí donde tanto Moisés como Elías tuvieron una manifestación divina. El blanco deslumbrador de sus vestidos, según la tradición judía, expresa que Jesús ha entrado en la gloria de Dios. Además, es casi seguro que el auditorio helenista, al que se dirige Lucas, comprendería la transfiguración como una prueba de la divinidad de Jesús. Moisés y Elías representan la Ley y los Profetas. Los dos, a la vez que tienen cosas buenas, tienen bastantes muertes a sus espaldas. Moisés representa el espíritu nacionalista violento y Elías el reformismo por la violencia. Ellos hablan solamente con Jesús. Con ello, Marcos da la pauta para interpretar el A.T.: todo lo que en él se oponga a la palabra o actividad de Jesús es pura invención humana. Pedro llama a Jesús "Rabbí" como si fuese un letrado que enseñaba ateniéndose a la tradición de los mayores. El término "chozas" (tiendas) hace mención a la fiesta de las Chozas de carácter mesiánico nacionalista, en contra del universalismo de Jesús. Pedro sigue con su ideología y la transfiguración no le sirve para rectificar. Al contrario, se confirma en ella. Las palabras "este es mi Hijo amado" recuerdan las del bautismo de Jesús, tomadas del salmo 2. Después de la transfiguración se esperaría de los tres discípulos alguna palabra de rectificación u homenaje, pero Lucas no lo dice. Pedro y los otros dos no han dejado su ideología, su forma de pensar, totalmente errónea. Por eso Jésús no quiere que lo difundan, para que los demás no caigan en la equivocada interpretación de Pedro. Cuando Jesús haya muerto y resucitado, llegará el momento de difundirlo.Aplicación: en nuestra iglesia hay cosas que deben cambiar. Algunas porque no siempre fueron así históricamente. Otras, porque además, los tiempos actuales piden cambios que se podrían hacer con el Nuevo Testamento en la mano. Pero, las ideologías dominan a muchos de nuestros jerarcas y a un cierto número de cristianos que no admitirían ningún cambio, ni siquiera dejando una libertad de acción para obrar de una u otra forma. Y eso, aunque hubiese otra transfiguración del Señor. Es triste que imitemos a Pedro en estas cosas.

 
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