miércoles, 2 de junio de 2021

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo. 6-6-2021.

    Hoy celebramos la llamada, con una expresión latina, fiesta del Corpus Christi o del Cuerpo de Cristo. Es la fiesta de la Eucaristía. Por la cansagración, en la Santa Misa, el pan y el vino se convierten, y el creyente lo sabe, en el cuerpo y la sangre de Cristo. Para celebrarlo, los cristianos nos reunimos cada domingo para la eucaristía. No deberíamos pasar sin comulgar, sin recibir a Cristo en la comunión. Haciendo las cosas como es debido, nos arrenpentimos en nuestro interior de todos los pecados que podamos tener, disposición a pedir el perdón que debamos a las demás y comulgamos con deseos de ser mejor. 


   El libro del Exodo 24,3-8 nos de la primera lectura de hoy. Al empezar ya se nos presenta el primer compromiso: cumpliremos todo lo que nos manda el Señor. Tengámoslo muy presente. No nos dejemos llevar de las pocas ganas que nosotros tengamos. 

   Digamos con el salmo 115:"Alzaré la capa de la salvación, invocando el nombre del Señor". Precioso brindis. Repitamoslo varias veces durante el día.


   La segunda lectura es de Hebreos 9,11-15. Hoy no usamos la sangre de animales como sacrificio por nuestros pecados. Hoy es Cristo que repite su entrega al Padre por todos nosotros. Él se ha ofrecido a Dios Padre como sacrificio sin mancha y nos renueva totalmente. Aprovechemos el momento y abracémonos a Dios definitivamente. No nos separemos jamás de Él por el pecado.


   El evangelio es de Marcos 14,12-16.22-26. Jesús manda a dos discípulos a preparar la cena de Pascua. Así lo hacen. El evangelio menciona las palabras de la consagración escuetamente. A pesar de que el tiempo urge, cantan el himno de oración a Dios y salen para el monte de los Olivos. Jesús nos deja su Eucaristía. Gracias, muchas gracias. Pero ¡cómo va tu corazón! Visto desde tu lado humano, ¿estás muy nervioso?¿Cómo te pones en las manos de tu Padre?¿Eres capaz de hacerlo?¡Y el caso es que hay que hacerlo!¡Echarse en los brazos de Dios! En estos momentos, parece totalmente imposible, pero Dios lo hace en nosotros. Conservemos la total confianza en Dios y Él lo hace en nosotros como lo hace con los que llevan al martirio por ser fieles a Cristo, a Dios. Es un momento culmen de amor a Dios y de inmensa felicidad para el mártir. Estemos dispuestos a hablar a Dios de esta manera. ¡Que se haga su santa voluntad!


Propósito: Te repito, mucho mejor que lo hagas tú. Da el paso ante Dios. Decídelo. Estás haciendo una preciosa oración. No lo dudo.

 
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