miércoles, 11 de junio de 2008

Domingo XI del tiempo ordinario. 15 de junio de 2008. Evangelio de Mateo, 9, 36-10,8

El presente evangelio, nos ayudará a comprender el significado de los "doce discípulos o apostoles", así como lo que Jesús entiende por misión. Comienza aquí una nueva sección del evangelio de Mateo que, unificando lo anterior, comprende la instrucción a los doce para la misión. Previamente, se afirma que Jesús recorría pueblos y aldeas, enseñando en las sinagogas y curando como señal de la buena noticia. Además, pide a los discípulos que rueguen al Padre para que envíe obreros a su mies.
Podemos hacernos la pregunta sobre qué enseñaba Jesús en las sinagogas. Como sabemos por la lectura del evangelio de Mateo, Jesús predicaba en las sinagogas a base de la Biblia, entendiendo por ella la parte que ya, en aquella época, estaba escrita. Es decir, lo que llamamos Antiguo Testamento. Hace poco le oí a una persona que para ella, lo único válido es lo que diga el Papa de cada momento, aunque el anterior haya dicho lo contrario. La Biblia no contaba para su fe porque se puede interpretar de muchas maneras, decía. ¿Qué respuesta daremos, pues la Biblia tiene la supremacía sin lugar a duda? Afirmamos en la misa que la Biblia es la Palabra de Dios. Entonces, o la Biblia es de verdad la Palabra de Dios o no lo es, y entonces no sirve para nada. Si ponemos la Biblia en manos de los fieles y estos no pueden entenderla ¿qué tratamos de hacer?. Se debe admitir que hoy hay muy buenas traduccciones de la Biblia y unos muy buenos comentarios. Hoy somos capaces de entender la Biblia mejor que nunca y se pueden cristicar mensajes de un Papa porque no dan la suficiente talla bíblica en el comentario de algún texto, en el que pretende apoyarse. Es verdad que hoy difícilmente puede darse, pero todavía cae dentro de lo posible.
En el capítulo 10, se habla primero de los doce discípulos y luego, de los doce apóstoles. Mateo no describe la institución de los Doce y, además, el número Doce es un número simbólico. Para Mateo, la gran importancia la tienen las bienaventuranzas, como estatuto de la nueva alianza. Estas consideraciones (la equivalencia entre discípulos y apóstoles, el número doce como simbólico, el no describir la institución de los Doce), así como otras, nos conducen a afirmar que la figura de los Doce representa a todo Israel y es equivalente a todos los discípulos. Los "doce discípulos" nos pone en la pista de que la misión es propia de todo discípulo de Jesús.

 
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